El camino del medio

Lo que sucede en Venezuela sigue llamando la atención; siempre queremos saber qué está pasando en esa nación en crisis, en ese país gobernado por el inefable Nicolás Maduro. Todos sabemos de alguna historia de algún venezolano. En estos momentos de pandemia por el nuevo coronavirus COVID-19, las penurias por allá se han agudizado, así como los enfrentamientos políticos y de los otros. En ese contexto, se vislumbra un nuevo posicionamiento de los ciudadanos que, hastiados, ven más allá de Maduro y del líder de la oposición, Juan Guaidó, quien ha perdido fuelle y la aureola de meses atrás.
Un muy interesante informe de la agencia Efe, divulgado esta semana, ahondaba en este análisis. Hace un año la polarización estaba muy clara: o estabas con Maduro o con Guaidó. Sin que el fanatismo haya cedido del todo, parece que el tiempo ha difuminado esa conducta, por lo que para muchos en Venezuela resulta necesario un cambio, una variante sin ninguno de ellos dos. De repente, sea lo que este país necesita. Con todo el petróleo con que cuenta, precisa de un buen timonel que le permita resurgir de las cenizas.
Los caribeños han canalizado sus frustraciones a través de las redes sociales, canales ideales para ellos que han tenido problemas de libertad de expresión y por medio de las cuales evitan, como ha sucedido, ser detenidos por expresar ideas contrarias al régimen. En ese desahogo constante no solo llegan críticas hacia el presidente Maduro, sino también contra Guaidó. El descontento hacia el líder opositor se acrecienta con el paso de los días.
El reporte de Efe recuerda que los desencantados con las dos opciones actuales defienden la propuesta planteada el pasado marzo por el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, quien abogó por conformar un gobierno de Emergencia para “resolver la crisis” sin Maduro ni Guaidó.
Abrams propuso que “se hagan a un lado, de modo que miembros elegidos en la Asamblea Nacional (Parlamento) de ambas partes puedan crear un Consejo de Estado que sirva como gobierno de transición, que organice elecciones presidenciales libres y justas”. La analista venezolana Giovanna de Michele tiene claro lo que sucede: los ciudadanos han visto, con el paso del tiempo, que Maduro no tiene “capacidad” para afrontar los problemas del país, y Guaidó ha diluido las esperanzas del pueblo por transmitir la idea errónea de que se podía “lograr una pronta solución” a la crisis. La pachorra del opositor para avanzar ante la demandas de sus seguidores, ha colmado la paciencia.
“En el caso de la pérdida de apoyo de Maduro, evidentemente, ha sido consecuencia de su pésima gestión y el deterioro galopante y progresivo de la calidad del vida de los venezolanos, y también de los extranjeros que viven en Venezuela. Ha demostrado no tener capacidad para resolver los problemas de los venezolanos”, señaló De Michele.
En referencia a Guaidó, detalló que el tiempo “ha conspirando en su contra (…) un gravísimo error que cometió la oposición venezolana fue tergiversar las verdaderas posibilidades de lograr una pronta solución a la crisis venezolana y hacer creer a los venezolanos que la salida de esta situación era mucho más fácil de lo que en realidad es”. Clarito.
La oposición hizo creer que la comunidad internacional podía poner fin a la crisis venezolana y que una vez recuperada una parte del dinero incautado, por Estados Unidos y otros países, a los sancionados –gobierno y funcionarios–, iba a poder ser utilizado para mejorar la calidad de vida de forma inmediata. Algo que, claramente, no ha sucedido.
Al no ser posible el cumplimiento de promesas por parte de Guaidó, la decepción y las críticas a su gestión fueron en aumento y el cansancio en la ciudadanía, a la espera de los pasos adecuados para generar el cambio, hizo mella. Al punto de que muchos de los que fueron sus fieles defensores aseguran que es “igual que Maduro”, dice la analista De Michele. En especial, porque se ha metido en operaciones poco ortodoxas para terminar con el gobierno chavista y por la opacidad en la gestión de los recursos financieros. Se sabe, esta acusación también cae sobre Maduro, acusado de enriquecerse a costa de empobrecer, cada día más, a los ciudadanos.
Cabe decir también que los únicos en Venezuela que sustentan un liderazgo entre la opinión pública son estas dos figuras, y que por el momento no existen otras opciones en esta nación. Esa falta de una personalidad alternativa a ese nivel, resulta ser uno de los mayores problemas.
De todas maneras, en este ámbito de grave crisis a todo nivel de Venezuela y de descontento general hacia los principales políticos, favorece la aparición del camino del medio o de una tercera vía, que permita a los ciudadanos ganar en esperanza y en avances hacia el retorno de la democracia.
Estas dos décadas de régimen chavista se tienen que acaba de una vez por todas. Sin nombrar ideología alguna, Venezuela se ha convertido en un Estado mafioso enfrentado a una oposición que también ha caído en vicios.