Investigan uso de metabolitos en el desarrollo de diagnósticos de males hepáticos y endometriosis

Desde el Departamento de Química del Litoral (DQL), se emitió una convocatoria para contar con voluntarios que quieran participar en dos proyectos de investigación que tienen por propósito el desarrollo de métodos de diagnóstico para diferentes enfermedades. Por un lado se trabaja en hepatopatías, es decir, enfermedades que afectan al hígado, y por otro la endometriosis, un mal que aqueja al 10% de las mujeres, de acuerdo a las estimaciones.
Las investigaciones forman parte del doctorado en Química que cursa Lucía Bergalli, bioquímica clínica, investigadora del DQL, que funciona en la estación experimental Mario Cassinoni, y pertenece, además de al Centro Universitario, a la Facultad de Química. En ambos casos quienes deseen colaborar pueden contactarse con Bergalli (por el 099 396 631) o a través de las redes sociales del DQL o del CUP.
Para esta investigación se emplean los equipos de alta tecnología que se encuentran en Paysandú. “Son equipos de resonancia magnética nuclear, hay solo 3 en Uruguay y dos de ellos los tenemos acá en Paysandú, son nuestras estrellas en el Polo”, dijo. La toma de muestras se desarrollará durante los días 13, 15 y 16 de octubre.

VOLUNTARIOS

Para el proyecto referido a las enfermedades hepáticas están solicitando la participación de voluntarios sanos. Esto se debe a que cuentan con el apoyo del Servicio de Enfermedades Hepáticas del Hospital Central de las Fuerzas Armadas, “que es donde se encuentra el Programa Nacional de Trasplante Hepático. A este programa, tengas la cobertura médica que tengas, si en algún momento llegás a necesitar un trasplante hepático, todas las personas van a este servicio. Ellos nos propician los pacientes enfermos, digamos, que suele ser la parte más difícil”.
Procuran contar con voluntarios sanos, ya que la investigación consiste en analizar “muestras de sangre, son cinco mililitros, como cualquier análisis clínico de rutina, y hacemos comparación de pacientes que tienen la enfermedad con pacientes sanos. Lo que hacemos es buscar, dentro de todo lo que podemos ver, qué es lo que diferencia a los sanos de los enfermos. Puede ser algo que a los sanos les falte o que tengan de más”.
Se requieren personas saludables, “que no tengan enfermedades hepáticas, que no tengan colesterol alto o diabetes, de entre 18 y 70 años, tanto hombres como mujeres”. La idea es que se comuniquen con la investigadora para coordinar fecha y una hora para hacer la entrevista y la extracción de sangre. La investigadora señaló que específicamente están trabajando con enfermedades hepáticas de origen autoinmune, es decir causadas por el propio cuerpo, pero también con hepatocarcinomas –cáncer hepático–, “que es una de las principales causas de trasplante en Uruguay”.
Luego seguirán con hígado graso, de alta prevalencia en Uruguay “a causa de la mala alimentación y el sedentarismo, factores metabólicos que llevan a que haya grasa en el hígado y eso cause un daño tal que llegan a la necesidad de un trasplante. Los alcohólicos por ahora no los vamos a trabajar, porque es un poco más difícil”, indicó.

ENDOMETRIOSIS

El otro proyecto aplica la misma tecnología pero para diagnosticar la endometriosis, “una enfermedad que afecta solo a mujeres, es el crecimiento del endometrio, que naturalmente crece dentro del útero, y que es lo que las mujeres expulsamos durante la menstruación, es el sangrado menstrual, que en estos casos crece por fuera del útero”, explicó Bergalli.
“Eso causa como síntomas principales dolor incapacitante, son mujeres que refieren que durante el período menstrual no pueden hacer sus actividades diarias, cocinar o ir a trabajar, o siquiera levantarse de la cama”, dijo. Los analgésicos de uso común no hacen ningún efecto ante este mal y las pacientes suelen someterse a terapia en policlínicas de Terapia del Dolor, “con morfina, con tramadol, son dolores muy excesivos”.
La endometriosis también provoca pérdida de fertilidad o dificultad para embarazarse y su diagnóstico actualmente es muy complejo, tanto que puede pasar más de una década desde la aparición de los síntomas.
“Por suerte hoy en día los ginecólogos tienen mucho más conocimiento de esta enfermedad y le prestan mucho más atención. Pero el diagnóstico de esta enfermedad es mediante una laparoscopía, una cirugía, entonces ningún médico por una sospecha leve te va a someter a una cirugía, que por más que sea poco invasiva no deja de tener todas las consecuencias y todos los requerimientos para hacerla”, señaló.
La prevalencia, dijo, es de un 10% de la población mundial de mujeres en edad fértil. “Una de cada 10 mujeres en Uruguay tendrían endometriosis, es un número muy elevado y vimos la necesidad de buscar una nueva metodología para diagnosticar, que sea principalmente rápida”, afirmó.
En este proyecto cuentan con el apoyo de la especialista Gladys Germano, “quien atiende en Montevideo a la mayoría de estas mujeres, y nos ha referido a muchas pacientes.
Acá estamos haciendo la convocatoria tanto para mujeres enfermas como mujeres sanas, porque al igual que en el proyecto de hepatopatías necesitamos voluntarias sanas para comparar las muestras”.

RECURSOS

La metabolómica, el uso de metabolitos para desarrollar diagnósticos, es una línea de investigación en las que trabaja el director del departamento, el doctor Guillermo Moyna. Además de Bergalli, que se enfoca en enfermedades humanas, también integra el equipo el químico farmacéutico Andrés López, que se especializó en la búsqueda de patologías animales.
Ambos estudios se llevan a cabo en Paysandú, empleando los recursos del DQL, pero cuentan con financiamiento externo. En el caso del de las enfermedades hepáticas, se trata del fondo María Viñas, de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, ANII. Para el proyecto sobre endometriosis se ganó el financiamiento de la Cesic, Comisión Sectorial de Investigación Científica.
“A su vez, como yo me traslado a Montevideo, a buscar muestras, cuento con una beca de la Comisión Coordinadora del interior, que le da becas a estudiantes de doctorado que viven en el interior, que hacen docencia e investigación en alguno de los cenures, pero que tienen actividades de su posgrado en Montevideo y deben trasladarse”, agregó Begalli.