LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
Es una tarea nada fácil, no hay recetas, se necesita mucho afecto, apertura, diálogo, criterios claros, respeto, confianza, preparación y sobre todo testimonio práctico y coherencia de vida.
Nuestros hijos son nuestro tesoro más preciado, esta labor singular de educarlos no la podemos delegar y sí que ¡vale la pena!
Quisiera compartir algunas pautas educativas para una formación integral:
La exigencia permite llegar más lejos, abre horizontes, capacita para la superación de obstáculos, es necesario exigir, crear una sana rebeldía contra la mediocridad y el conformismo, es la forma de ayudar a nuestros hijos en un mundo cada vez más competitivo. No hemos de exigir a todos lo mismo ni en el mismo momento, debemos tener en cuenta las posibilidades y dificultades de cada uno, las circunstancias familiares o personales que pueden incidir en su proceso educativo. La confianza es un elemento clave, confiar es creer en las personas y en su capacidad de mejorar, tener empatía, abrazarlos, ponerse en el lugar del otro, tener respeto, motivar y estimular, más que corregir y reñir. Sólo quien tiene metas puede avanzar y el afán de superación está relacionado con el espíritu deportivo, los obstáculos están para ser vencidos y de los tropiezos se aprende, educar para la felicidad es enseñar a preocuparse por los demás con generosidad.
No alcanza con proponerse metas, es necesario tener capacidad y voluntad de alcanzarlas, en general lo que cuesta vale; no se es verdaderamente libre si no se es responsablemente libre. Ing. Agr. José Francisco Ramos Peralta
