A dos años del cierre de Pili, mantienen expectativas con unidades productivas

Trabajadores, autoridades nacionales y departamentales mantienen expectativas por las plantas, pero reconocen que falta la materia prima que mueva la industria láctea local.

El 30 de noviembre de 2018 cerró la industria láctea Pili y comenzaba un largo proceso para su liquidación. El síndico Liga de Defensa Comercial (Lideco), encargado del concurso y el Banco República, como el principal acreedor, organizaron la apertura de licitaciones que resultaban desiertas hasta que limitaron los llamados a dos empresas extranjeras interesadas, que tampoco se presentaron a comienzos de este mes ante la coyuntura sanitaria en la región.
El 1º de diciembre de aquel año, más de un centenar de trabajadores fueron enviados al seguro y decenas de tamberos pasaron a remitir a otras empresas.
Pili se transformaba en ese entonces, en la tercera industria láctea que dejaba de trabajar, luego de los sucesivos cierres de Ecolat y Schreiber Foods. Las gremiales lecheras publicaban un comunicado donde resumían que cada mes, una decena de productores familiares abandonaban el sector e informaban que retiraban a sus representantes del Instituto Nacional de Leche (Inale).

Débil eslabón

El intendente, Nicolás Olivera, recordó que cuando ocupaba su banca de diputado “trabajamos desde antes de lo ocurrido. Siempre se trató de buscar un acuerdo con los empresarios para que no tomaran esa decisión y fue inevitable el concurso. A partir de allí se puso toda la carne en el asador para que alguien se hiciera cargo”. Desde hace dos años, “se logró que el Banco República (BROU) priorice la unidad productiva para cualquier liquidación y eso es bueno, porque el BROU no está en clave de hacerse del activo por la vía del remate o el desguace de las plantas quesera y de suero”, dijo a EL TELEGRAFO.
Sin embargo, reconoció que “desde aquel entonces hasta ahora, lo difícil dejó de ser encontrar a alguien que se haga cargo porque la reestructura de la empresa tenía varias patas. Una era conseguir a quien se hiciera cargo de la parte industrial, la segunda era la colocación de los productos y la tercera, era la reafirmación del sector productivo en la región”.
Olivera señaló que “hemos conversado con empresarios con intenciones de hacerse cargo y que pueden ocuparse de la producción, pero el eslabón más débil es el sector productivo. Para eso, hemos intentado una cantidad de variantes y abierto diversas líneas. Incluso con criterios asociativos, para ver si se puede destrabar”. No obstante, “si no hay un fortalecimiento de la cuenca lechera, es difícil que un emprendimiento que hace quesos a partir de la leche, pueda ocuparse de la producción”.
Según el intendente, “hay gente interesada. El tema es que hay que levantar una cuenca lechera y tener disponibilidad de la materia prima en el corto plazo. Y en la producción, que depende de otros ciclos, no podemos hablar de plazos cortos”. Explicó que “desde esta nueva responsabilidad, nuestro compromiso es ayudar en todo lo que podamos para recomponer la cuenca, con miras de que Pili pueda funcionar con el fortalecimiento del sector primario”.

Problema profundo

El subsecretario del ministerio de Industria, Walter Verri, aseguró que la problemática del sector lácteo no tiene dos años, “sino que es de más tiempo”. “Pili hace dos años que cerró, pero en el país tenemos un problema más profundo en la industria láctea. Lamentablemente, la cuenca lechera no se ha dinamizado como para atraer inversores, pero somos optimistas, para evitar su desguace. Ahora lo resuelve Lideco con los llamados a licitación para las empresas –una argentina y otra polaca– que pidieron prórrogas”.
De acuerdo al jerarca, “la unidad productiva se preservará con el fin de venderla en conjunto. Habrá que estudiar otros escenarios, pero todo depende de la mejora en la cantidad de leche producida en la región”. Verri informó que, mientras tanto, “se plantean otros escenarios muy incipientes y se estudian nuevas instancias de negociación que puede ser una nueva prórroga para darle más tiempo a estas dos empresas o abrir una nueva instancia. Pero eso lo resolverá el síndico e incide mucho la decisión del BROU, que tiene la mayor parte de las garantías. Lo cierto es que, desde el Poder Ejecutivo, no bajamos los brazos”, concluyó.

Los trabajadores

El sindicato de trabajadores Osepi participó activamente en las negociaciones, porque “golpeamos muchas puertas junto a los productores en la búsqueda de alternativas que no dieron frutos para que la industria siguiera abierta”, dijo el dirigente Marcel Petrib.
A partir del cierre, unos treinta operarios comenzaron un proceso de formación y capacitación para la conformación de una cooperativa de trabajo.
“Coosepi se fundó como tal en diciembre de 2019 y empezamos con la custodia de las dos plantas”. Petrib recordó que “se hicieron varios llamados y los interesados recorrían las plantas. Incluso se presentó un uruguayo-mexicano con una propuesta donde estuvimos presentes los productores y los trabajadores, acompañados por la federación láctea (FTIL). Para nosotros era buena, pero el BROU y la sindicatura lo descartaron”. El dirigente señaló que luego de varios llamados, hasta ahora “no hubo soluciones. Los trabajadores quedamos como acreedores frente a la sindicatura y hasta el momento solo recibimos el pago correspondiente al 30% del total de lo adeudado por concepto de créditos laborales. Mantenemos la expectativa de que se concreten nuevos pagos esta semana, dadas las fechas que se vienen. Y recordamos, también, que el pago es para toda la plantilla que son unos 150 o 160 extrabajadores”.

Contacto con el gobierno

Los trabajadores mantienen contactos con el nuevo gobierno, en tanto “presentamos una carpeta con toda la información al presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, cuando estuvieron en Paysandú. Además continuamos en permanente contacto con Verri y nuestra idea es coordinar una reunión esta semana con el intendente Olivera y los tres diputados por el departamento”.
Petrib consignó que mantienen “expectativas sobre lo que ocurrirá y si habrá un nuevo llamado, porque nos está preocupando el tiempo que pasa. La cobertura del seguro se extiende hasta el 28 de febrero y si no hay una nueva extensión, será un problema para los trabajadores”.
Por su parte, con la cooperativa “golpeamos puertas y constantemente entregamos carpetas para vender nuestros servicios, pero la situación sanitaria actual vuelve dificultoso conseguir interesados. Con la FTIL y el Instituto Cuesta-Duarte trabajamos para finalizar nuestro proyecto destinado a la planta de secado de suero para la producción de leche fluida”.
La idea es “utilizar el mercado que tenía Pili en Paysandú porque lo que se vende ahora, se produce en Los Cerrillos, Canelones, donde un empresario paga un canon por el uso de la marca. Pero no es producción local”, aclaró.
Según el dirigente, “cuando se habla de apostar a la cuenca lechera, sabemos que no es fácil reconstruirla porque se perdieron productores chicos. Hoy hay mucha más producción de leche, pero está concentrada en grandes productores”.