Dieciséis meses después de la desaparición de la sanducera Amparo Fernández, cuyo último rastro de vida permitió ubicarla en Sarandí Grande (Florida) –donde había viajado a visitar a un amigo–, se celebró ayer la primera de cinco audiencias correspondientes al juicio oral al que será sometido el principal sospechoso del hecho. Aunque el cuerpo de la enfermera de 36 años, madre de tres hijos, no ha podido ser encontrado, la fiscal del caso Alicia Gómez pidió que Luis Alberto De Orta sea castigado con la pena máxima de 30 años de cárcel efectiva.
El juicio, que le daría un cierre al caso, consta de cinco audiencias correlativas, en las que debe estar presente el acusado. En la víspera se tomó declaración a testigos y se reprodujo una declaración del imputado realizada el año pasado, que el juez escuchó íntegramente. En tanto, la comparecencia de testigos será hasta el lunes, ya que el martes se reserva para el cierre del juicio, informaron fuentes judiciales.
La doctora Adriana Candussi, abogada del acusado, presentó cuatro testigos que son familiares directos del imputado. Asimismo, volvió a indicar ante la prensa que la ausencia del cuerpo es un elemento clave.
“Es un juicio sin cuerpo, sin testigos, sin arma, sin motivo, sin nada. Un juicio de homicidio sin cuerpo es muy difícil”, explicó.
Sin embargo, la Fiscalía solicitó la pena máxima para De Orta al entender que se encuentran elementos contundentes en su contra, tales como la ubicación por antena de los celulares de los involucrados, que precisan que Amparo estuvo con De Orta hasta que se adentraron a una zona de monte; cabellos de ella encontrados en un carro que se presume fue usado para trasladar su cuerpo; y que De Orta fue la última persona con la cual la sanducera estuvo con vida.
