Con la muerte de Diego Maradona, nació la leyenda

La gloria máxima: Maradona y la Copa del Mundo de México 1986.

Murió Maradona. Los rumores en las redes sociales hablaron en el mediodía de la víspera de una descompensación del exastro del fútbol mundial, pero fue Clarín el que lo dio a conocer con todas las letras: Diego Armando Maradona murió a los 60 años.
Hace algunos días la preocupación del mundo del fútbol fue mayúscula cuando Diego Maradona ingresó a la cancha del brazo de un colaborador y con serias dificultades para caminar. Con su cara hinchada, su mirada ida, fue abrazado por Marcelo Tinelli, el presidente de la Liga Profesional del fútbol argentino.
Días más tarde, el 3 de noviembre, la noticia de que Diego Maradona era operado con éxito de un hematoma subdural que se le detectó tras haber sido internado por un cuadro de depresión, brindó tranquilidad.
El 11 de noviembre fue dado de alta. Maradona se estableció en el barrio San Andrés, en la localidad de Tigre, donde la muerte lo encontró sobre el mediodía de la víspera tras una descompensación.
Amado y odiado. Ídolo y defenestrado. Diego Armando Maradona murió pocos días después de haber cumplido 60 años (el 30 de octubre), y de que el mundo del fútbol le brindara su reconocimiento ese día.
Murió Maradona, el de esa personalidad complicada, con aristas a veces inentendibles, que llevó a conocer el infierno luego de haber tocado el cielo con las manos dentro de las canchas de fútbol.
Falleció el que para muchos fue el mejor jugador del mundo. Y nació de inmediato una leyenda.

De la nada a las estrellas

Diego Maradona nació el 30 de octubre de 1960. Hijo de Dalma Salvadora Franco y Diego Maradona, o de “La Tota” y “Don Diego”, fue el quinto hijo de los ocho que tuvo el matrimonio. Y el primer varón.
Nacido en medio de la pobreza, en Villa Fiorito, Maradona no dudó en contar a lo largo de su vida las peripecias de la familia en esa parte abandonada de la provincia de Buenos Aires.
Rápidamente Maradona comenzó a acercar las miradas en “Las siete canchitas”, como se le decía al sector de los potreros, donde los pequeños se divertían descalzos y en medio de la tierra con la pelota, olvidándose de las dificultades.
En 1969 se sumó a ‘Los Cebollitas’, un equipo juvenil de Argentinos Juniors, en los que comenzó a destacarse con la pelota, gracias a su técnica, su atrevimieto y su personalidad.
Su debut en la Primera División fue el 20 de octubre de 1976, a 10 días de cumplir los 16 años. Su primer partido oficial en Primera fue derrota ante

Talleres por 1 a 0.

Le bastó tocar la primera pelota para dejar en ridículo a su marcador, Juan Domingo Cabrera, al que le metió un caño.
Los hinchas comenzaron a hablar del chico maravilla, del “Pelusa”, el que hacía malabares con la pelota.
Maradona vistió la camiseta de Argentinos Juniors hasta 1981, cuando pasó a Boca, el club de sus amores (1981-1982 y 1995-1997). De allí dio el salto a Europa, para recalar en el Barcelona (1982-1984) y luego encontrar su lugar en el mundo en el viejo continente, Nápoli (1984-1992), donde se transformó en ídolo indiscutido.
El “10” pasó luego por el Sevilla (1992-1993), y luego cruzó otra vez el Atlántico para recalar en Newell’s Old Boys (1993-1994). Se retiró en Boca el 25 octubre de 1997. Maradona ganó un Metropolitano (1981) con Boca, la Copa del Rey (1983), la Copa de la Liga (1983) y la Supercopa de España (1983) con el Barcelona y dos Ligas italianas (1987 y 1990), una Copa de Italia (1987) y una Copa de la UEFA (1989) con el Napoli.
La selección, su debilidad
Pese a haber jugado algunos partidos con Argentina, el seleccionador, César Luis Menotti, lo dejó fuera de la Copa del Mundo que Argentina ganó en 1978.
Al año siguiente, Maradona ganó el Mundial Sub 20 de Japón, bajo la dirección técnica del propio Menotti.
De ahí en más fue imposible despegar a Maradona de la albiceleste, con la que más adelante se transformaría en inmortal: llevó de la mano a Argentina al título más recordado por propios y extraños, el del Mundial de México 1986.
Decir que Maradona anotó ante Inglaterra en cuartos de final el mejor gol del Siglo XX, y que en ese mismo partido marcó con “la mano de Dios”, es poco. El “10” desplegó toda su clase, se puso el equipo al hombro, y lo llevó de la mano a la consagración.
Cuatro años después, volvió a rozar la gloria en Italia 90, alcanzando el vicecampeonato.

La aventura como DT

El paso siguiente tras colgar los botines fue ser entrenador. Dirigió a Deportivo Mandiyú (1994), a Racing Club (1995), al Al Wasl (2011-2012) y Al Fujairah (2017-2018) de los Emiratos Árabes, a los Dorados de Sinaloa (2018-2019) de la Segunda División de México, y en setiembre de 2019 asumió en Gimnasia y Esgrima La Plata, equipo que dirigía al momento de su muerte.
Y fue el técnico de la selección argentina en el Mundial 2010 (asumió dos años antes), en el que los albicelestes se despidieron en cuartos de final.
Declaraciones polémicas, atrevidas. Peleas de todos los colores y excesos de todo tipo.Las críticas a la Iglesia, a la FIFA, a la AFA fueron moneda corriente. Ídolo indiscutido adentro de la cancha, y con una personalidad y actitudes cuestionables, Maradona coqueteó varias veces con la muerte, producto de sus adicciones, incluyendo aquel incidente en Punta del Este. Pero esta vez no la pudo gambetear.