Destete temprano: la solución de un productor del basalto ante acentuado déficit hídrico en la región

El primer lote destetado en “Cerro del Bombero” fue el 24 de noviembre.
Ingeniero agrónomo Juan Bazzano De León.

El acentuado déficit hídrico que los productores del litoral norte del país sufrieron durante varios meses –las lluvias de la primavera recién se generalizaron el pasado sábado 28 de noviembre–, llevó a que se debieran implementar medidas de manejo en el sector ganadero, como es el destete precoz, herramienta que permite diferenciar y mejorar la alimentación de los terneros, pero también adoptar medidas que permitan mejorar la condición de los vientres en época de entore.
Esta situación llevó al ingeniero agrónomo Juan Bazzano De León, administrador de “Cerro del Bombero”, establecimiento de la zona de Merinos, departamento de Paysandú, a implementar el destete temprano. “El destete lo adelantamos este año, dado que tuvimos tres meses sin lluvias. A fines de agosto y durante lo que se conoce como temporal de “Santa Rosa” fue el último episodio de lluvias importante de 100 milímetros. Y desde ese entonces hasta el pasado 28 de noviembre, había llovido en el entorno de 15 milímetros, por lo que prácticamente no llovió”, sostiene.
En diálogo con EL TELEGRAFO, explicó que “eso nos afectó en los campos el rebrote de primavera, sumado a que veníamos con un déficit hídrico, ya que en el otoño tampoco tuvimos muchas lluvias. Dada la evolución del estado del ganado, y como venían los terneros, decidimos adelantar el destete, aún más de lo que lo hacíamos normalmente”.
Recordó que hace 13 años que “venimos destetando y pasamos otras sequías, pero en esta condición así tan extrema nunca nos había pasado”. Precisó que las precipitaciones de esta primavera “se dieron sobre el final de la época, y fue el desencadenante que se decidiera adelantar y tomar como fecha para el destete, los 60 días de vida del animal y su madurez”.
El primer destete se realizó hace 2 semanas –el 24 de noviembre–, preparándose los terneros al pie de la madre (inmunizándose) los ejemplares a destetarse.
La primera tanda de terneros comprendió algo más de 400 ejemplares, alrededor del 40% de los terneros que habían nacido hasta noviembre. “La primera inmunización fue al mes de nacido, dándole clostridiosis, leptospirosis y queratoconjuntivitis, y al mes siguiente el refuerzo”, explicó por su parte el técnico agropecuario Manuel Soca.
El capataz del establecimiento indicó que en el manejo “se prioriza la edad del ternero –mínimo 2 meses–, y sus kilos, además de las vacas viejas y la vaca de segunda cría, sacando todo lo que se pueda: las vaquillonas por su preñez y las vacas más adultas para la invernada del año siguiente”.
En el destete mismo, los terneros son loteados por su tamaño debido a la competencia que hay en el comedero cuando se le brinda la ración. Respecto a la forma de implementar la herramienta, dijo que “están 10 días encerrados en donde se les enseña a comer. Primero quedan 24 horas solo con agua y sombra y luego se les enseña a comer. El primer día se les brinda fardo con 100 gramos de ración y así los días siguientes, hasta que el quinto día se les saca el fardo y comen solo ración”.
Manuel Soca precisó que “el quinto día ya está comiendo unos 500 gramos de ración en el comedero, y fardo libremente”. Los terneros que pesan 70 kilos y un poco más, comen acelerador 21 y los más grandes comen Ternero 1, que tiene 18% de proteína, en tanto que los fardos son de alfalfa, y cuando salen a comer al campo se les cambia por fardo de avena.
Sostuvo que a los 10 días de estar encerrados, “tienen que estar comiendo entre 1 kilo y 1,2 kilo de ración, y comienza a largarse al campo, aunque de noche se los encierra nuevamente para que coman ración, largándolos al día siguiente”.

Los vientres

Bazzano explica que “una ventaja del destete que venimos haciendo desde hace 13 años, es que el ganado entró al invierno y parió en excelente condición corporal, lo que da una ventaja”. Y aclaró que “si bien hay animales sentidos, no llegan a estar en muy mal estado”.
Indicó que sobre todo las vacas que van a ser de segunda cría, algunas están un poco más sentidas, pero con este manejo que le permite un ahorro de 30% de energía al sacarle el ternero, y con las lluvias que llegaron en la última semana, van a impactar directamente en su condición corporal”.
Sobre la carga de Unidad Ganadera (UG) por hectárea, manifestó que “siempre buscamos que esté ajustada, y que el promedio del año oscile en 0,66 a 0,68 UG /há”. Y agregó que “este año tuvimos la suerte de embarcar todo lo que era novillo a frigorífico y para el 15 de noviembre nos habíamos sacado toda la hacienda gorda, y además la categoría de capones en los ovinos”.
Se realizó en el establecimiento Diagnóstico de Actividad Ovárica (DAO) en las vaquillonas que fueron inseminadas el 1º de noviembre. “El indicador de cómo está el DAO en los animales más jóvenes también es un reflejo del ganado”, y aunque consideró que “no es totalmente extrapolable, sostiene que este año “las vaquillonas están casi un 75% en actividad ovárica, y un 25% en anestro, pero no era profundo”.
Para Bazzano, el destete “nos permite en vacas de última parición (que serán de invernada), adelantar la terminación de esos animales. En enero de 2020, logramos sacar vacas de invernada y destetadas en diciembre. Este año, al adelantar el destete y colocar esos vientres en donde hay forraje seco, nos permitirá rápidamente terminarlos y venderlos con kilos baratos porque se engordan barato”. Y precisó que el único costo extra “es que agregamos algún bloque proteico para que haya mayor digestibilidad de las pasturas”.
Sobre costos de la herramienta, el productor se remontó a lo sucedido en el período de destete anterior –del actual aún no hay números porque comenzó recientemente–, y explicó que “tomando en cuenta la ración, la sanidad y mano de obra, en el entorno de U$S 48 por animal fue el costo del destete. Calculamos que este año será un poco más porque las raciones subieron, al igual que los insumos veterinarios”.
Bazzano no solamente está convencido de lo que hace, “sino que cada año que pasa más convencidos estamos. Es una herramienta que la usamos hace muchos años, hemos adquirido el conocimiento y seguimos adquiriéndolo. En 11 años de gráfica, hemos obtenido 93% de preñez en el ganado, lo que se traduce no solamente en mayor cantidad de terneros, sino también en los kilos que gana el animal al ser destetado”.