Pocas horas transcurrieron del partido en el que Nacional perdió feo ante River Plate argentino, por 6 a 2 en cuartos de final de la Copa Libertadores, para que se conociera un positivo de coronavirus adentro de la burbuja sanitaria en la que los tricolores estaban sumergidos.
No se trató de un jugador sino de un funcionario, integrante de la seguridad, pero Nacional pidió, ante la situación, postergar la final del Torneo Intermedio ante Wanderers, que debía disputarse mañana.
La Mesa Ejecutiva de Primera División de la AUF confirmó que se aceptó el pedido a través de un comunicado.
“Recibida en el día de la fecha nota del Club Nacional de Football, solicitando la suspensión de su partido correspondiente a la final del Torneo Intermedio ante el Montevideo Wanderers Fútbol Club, con motivo del resultado positivo de COVID-19 de un funcionario de la institución”, y “considerando los antecedentes de suspensión de partidos anteriores por disponer el MSP la prohibición de salir del lugar de aislamiento del plantel deportivo de la institución”, la Mesa Ejecutiva resolvió “hacer lugar a la suspensión solicitada, con motivo de la imposibilidad de jugarlo debido al aislamiento que dispone el Ministerio de Salud Pública”.
Y se aclara en el comunicado, que “será considerada una nueva fijación oportunamente”.
Minutos después del comunicado, Nacional anunció en sus redes sociales que “tras gestiones coordinadas con autoridades sanitarias y deportivas con el objetivo de minimizar la propagación de posibles casos, Nacional decidió que los miembros de la delegación puedan cumplir con el régimen de aislamiento individual y cuarentena obligatoria en sus domicilios”, por lo que los futbolistas abandonaron la burbuja.
En Wanderers el pedido de Nacional no cayó bien, teniendo en cuenta que el tricolor llegaba golpeado deportivamente a esta final.
Pero el presidente Gabriel Blanco se mostró además molesto por el protocolo sanitario, y opinó a Ovación que hay que realizar cambios.
“Van a seguir existiendo casos positivos y nada asegura que cuando volvamos a la competencia en enero no hayan casos. Hay que cambiar el protocolo y adaptar al mismo protocolo que hasta incluso el Ministerio de Salud Pública (MSP) aplica en algunos casos, que permite jugar las copas internacionales cuando vienen delegaciones que tienen positivos en sus burbujas, sacan al positivo y la delegación viaja y jugaron en Uruguay determinados cuadros en esa situación”.
Más tarde, los bohemios emitieron un comunicado en el que señalan que “de acuerdo al protocolo elaborado por la AUF y aceptado” por el MSP, “no se configuró ninguna de las causas previstas para la suspensión del encuentro”, que “solo se aplicarían para el caso de que el rival de turno tuviera cinco o más casos de COVID-19 confirmados”.
El bohemio señaló además que “hay responsabilidad de la AUF”, dado que “cuando se elaboró el protocolo que ahora se está incumpliendo, Wanderers envió un documento previendo este tipo de situaciones”, pero “la inmensa mayoría de las sugerencias de Wanderers fueron ignoradas, con la excepción de nombrar un Oficial de Cumplimiento por equipo”.
Wanderers agregó que “la falta de previsión y las diferencias de criterios nos llevan a vivir esta realidad. Quien hace bien las cosas, se ve perjudicado. Por el contrario, quienes no cumplen con los protocolos, hechos que son públicos y notorios, se ven favorecidos”.
Por último, sentencia: “Wanderers manifiesta que se siente perjudicado en sus legítimos derechos y que el fútbol de esta manera no puede continuar”.
El partido, por lo pronto, se jugará el próximo año, teniendo en cuenta que desde el lunes y hasta el 10 de enero se suspenderán los espectáculos públicos.