El Mides evalúa elevados niveles de pobreza en interior departamental

Vivero en Lorenzo Geyres, destacado por Ifer dentro del programa Ruralidad.

El director departamental del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Ignacio Ifer, recorre localidades del Interior del departamento, acompañado por un equipo de la oficina local, que recibe inquietudes y reclamos de pobladores organizados y residentes en asentamientos ubicados en zonas alejadas del departamento.
En los encuentros, precisó que constató necesidades básicas de larga data, donde la presencia institucional demoraba su llegada a los territorios. “Sabíamos que los números que el Mides decía con respecto a la reducción de la pobreza, no eran verdaderos. Lo decíamos durante la campaña electoral y lo repetimos ahora. Maquillaron los números y eso se ve en el crecimiento en la cantidad de asentamientos. Notamos con mucho recelo el olvido durante 15 años en el Interior del departamento”, dijo Ifer a EL TELEGRAFO.
Consultado por el seguimiento y desarrollo de los programas ministeriales en las familias de alta vulnerabilidad económica, señaló que “en el caso de las Tarjeta Uruguay Social que se entregaron, el dato es que nunca más se hicieron seguimientos en la familia para saber si mejoró o empeoró su condición. En esto hubo un gran desaire”.

Ruralidad

“No podemos creer que el programa Ruralidad, que es de los que más me gustan, porque es típicamente de desarrollo y no de asistencia, no haya tenido el seguimiento que necesita en el territorio. El gobierno pasado hizo un ministerio de asistencia, pero no de desarrollo social”, destacó.
Explicó que “hubo una decena de emprendimientos de Ruralidad, pero funcionando efectivamente recibimos uno. En todos los demás, se hicieron inversiones y ahora no hay nada”. Ejemplificó que “hay un criadero de pollos en funcionamiento, pero se impulsaron invernáculos –que son varios metros cuadrados de construcciones– que recibimos vacíos. Fuimos a Piedras Coloradas a visitar uno y está sin funcionar, otro en convenio en Orgoroso sin funcionar, al igual que en Guichón, o uno en La Cuchilla y otro en Cerro Chato, sin funcionar”, reiteró.
Agregó que “huertas o producción de huevos, no funcionó casi ninguno y el único, que es un gran proyecto, es el de Lorenzo Geyres. Allí hay producción de flores y salió a flote porque hay proyectos con privados. Además, hay buena voluntad porque está la Intendencia que le compra las flores para ornamentar Paysandú”.
Ifer recordó que “la administración anterior le compraba a Maldonado y a Rocha las flores que salían unos 40 pesos, aproximadamente. Ellos las venden a 24 pesos, tomando en cuenta todos los cambios en la cotización de las monedas que hubo hasta ahora”. Por este emprendimiento, informó que “hay contactos e intereses fuertes para continuar las ventas con barrios privados, e incluso que los mismos trabajadores del vivero de Lorenzo Geyres les arreglen los parques”.

Problema habitacional

Durante las recorridas, constataron una alta demanda por mejoras en viviendas y soluciones habitacionales. “Por intermedio del convenio que el Mides tiene con Mevir, vemos las posibilidades existentes y que están sujetas a la disponibilidad de casas del programa. En el Interior, algunos vecinos nos señalan casas como deshabitadas, pero después vemos que se encuentran en un proceso legal. En otros casos, los beneficiarios pagan la cuota al día, pero están poco en la finca y eso no necesariamente significa que esté deshabitada”, relató.
Explicó que “hacemos una radiografía de los Mevir en la zona, por intermedio de un equipo que está en Montevideo y una asistente social que lleva adelante este convenio con el Mides. Hubo una situación particular en Merinos, en un caso clarísimo de violencia doméstica, donde era necesario separar a las dos personas. La mujer con sus hijos se fue a esta localidad”.
En otra zona cercana “procuramos solucionar la problemática de una persona con patologías médicas y que no puede vivir en el asentamiento instalado en La Cuchilla. Allí, el Mides trabaja desde hace mucho tiempo en un emprendimiento del programa Ruralidad, con la producción de huevos y cría gallinas”.
En este asentamiento por ruta 26, “hay un predio donado para regularizar la situación de los vecinos. Las gestiones llevaron a que Mevir vuelva sus ojos a esta zona, porque los lineamientos del gobierno pasado para este quinquenio, eran fortalecer los programas instalados en el eje de la ruta 5. Ahora hay avances para que el programa se expanda en nuestro departamento”.
Según Ifer, “encontramos a personas incentivadas para trabajar, pero sin posibilidades de colocar su producción. En ese lugar, me animo a decir que hay un montón de familias que son los mejores quinchadores de la zona. Son personas con buenos oficios que se van perdiendo en el tiempo y eso hace que no tengan trabajo”.

Una carta de 2012

En la frontera con Salto se encuentra el asentamiento Camino Rodríguez, en la margen sanducera del río Daymán, donde referentes locales asistieron en coordinación con autoridades del vecino departamento.
“Cuando fuimos al asentamiento sobre el Daymán, lo hicimos por un pedido de ediles salteños a través de una carta enviada en 2012. La Junta Departamental recibió un oficio de la Junta de Salto, donde solicitaba que la oficina sanducera del Mides se haga presente. Tenemos entendido que fueron una vez, pero sin una intervención necesaria. Allí hay problemas de agua potable. La gente se compró una bomba para sacar del río, pero no es potable, porque hay muchos desechos de la producción que van allí”.
En la visita efectuada en acuerdo con el director departamental de la oficina del Mides de Salto, Aquiles Mainardi, “hemos notado una mayor presencia del programa Uruguay Crece Contigo (UCC). Hay muchos niños de corta edad y también vimos la necesidad de llevar talleres sobre salud sexual y reproductiva”. En este nucleamiento, sus residentes “son muy buenos trabajando la madera. Vimos la techumbre de sus casas, que son de muy buena calidad, utilizando los mismos materiales que en otros lugares”.
No obstante, Ifer comparó que “Salto tiene 35 asentamientos y en Paysandú hay 9, pero lo atribuyo a la solidaridad de los sanduceros, que de alguna forma extienden su mano a quienes lo necesitan. Por eso digo que estamos ‘menos peor’”. El director del Mides recordó que “el proyecto del presidente Lacalle Pou de lograr el asentamiento cero era importante. En 10 de los 15 años de bonanza, vemos que la asistencia social no llegó a combatir este problema, sino que claramente se ha duplicado”.

Ayuda alimentaria

El Mides brinda ayuda alimentaria a través de la entrega de canastas a personas que se encuentran en cuarentena. “Vemos personas sin trabajo y en cuarentena a las que asistimos para que no salgan a comprar. Hacemos rondas diarias de abastecimiento de comida a quienes se encuentran en esta situación, pero no significan casos positivos de COVID-19, sino que esperan por los resultados de los hisopados. El miércoles llegaron 2.500 canastas que nos dará para unos dos meses”.
Ifer precisó que “personalmente” supervisa el trabajo de los técnicos en los territorios. “No es control, sino reforzamiento. Visitamos a los asistidos por canastas, usuarios del programa UCC, otros de Inmayores, o Inmujeres. Porque si no vamos al territorio, no nos enteramos que existen”. Al asumir en la dirección, Ifer recordó que “pedimos que salgan. Por ejemplo, nunca habían salido de Paysandú los Socat. Este servicio de orientación empezó a tener una ventanilla de atención en cada localidad. Hay una en Quebracho y otra en Porvenir, con la coordinación de los municipios. No descartamos implementar una especie de ventanilla móvil, que evaluamos para los próximos meses”.
Explicó que “tenemos un proyecto más ambicioso con Salto, en acuerdo con ASSE, para llegar con los servicios de asistencia del Estado en cada pago del Interior. Ya tuvimos una primera reunión en Salto por un móvil de primera infancia con ASSE y UCC rotativo en el interior.
estructura
El Mides es una red de programas que, de acuerdo a Ifer, funcionaban con autonomía e independencia de otros. “Recién ahora hay una estructura organizada. Cada programa estaba desconectado de otro y la idea es que se optimicen los recursos. Por ejemplo, antes iban a visitar a un usuario de primera infancia, pero si había un adulto mayor, que pertenecía a otro programa, no lo atendían. Un asistente iba un día para un usuario y al día siguiente, iba otro técnico para otra persona. Una familia no puede estar separada por programas, sino entrelazada”.
Destacó que “uno de los programas con mayores resultados en los territorios es UCC. Estamos muy orgullosos porque atiende a la primera etapa de la vida, donde la formación del cerebro condiciona la evolución, el crecimiento y aprendizaje de las personas”.