Elepem con cumplimiento “aceptable”de protocolos sanitarios por COVID-19

Los establecimientos de larga estadía para personas mayores (elepem), bajo la órbita de los ministerios de Salud y Desarrollo Social, se rigen por un protocolo sanitario establecido para evitar o minimizar el riesgo de contagios por COVID-19. A nivel mundial se han registrado miles de fallecidos en residenciales de ancianos, en tanto en Uruguay –a partir de los casos constatados en el país y en el departamento– se destaca una contención de la situación.
“Los elepem tienen protocolos con diferentes características, adaptados a su planta física o recursos humanos y se vienen cumpliendo dentro de un límite aceptable. Lo que sucede es que se trata de una población de riesgo. Son adultos muy mayores y siempre tendrán comorbilidades”, aseguró a Pasividades el director departamental de Salud, Carlos Leoni.
Explicó que “solamente por el hecho de ser mayor de 70 o 75 años, tienen disminuidas las defensas del aparato inmunológico. Está gastado, responde poco y genera pocos anticuerpos. Por otro lado, a medida que envejecen aumenta el riesgo de las denominadas comorbilidades, enfermedades metabólicas como diabetes, del corazón, riñones, pulmones y eso hace que tengan un sistema con menores reservas”.
Ante la existencia de mayores riesgos, Leoni recomendó evitar los ingresos a los residenciales, “porque su población es vulnerable”. El jerarca evaluó que “hasta ahora ha marchado todo muy bien porque tenemos 36 residenciales. Pero debemos recordar que primero vimos la película en otros países y cuando llegó a Uruguay, comenzó en Montevideo, Canelones y Durazno”.
Leoni informó que los casos positivos pueden agravarse si la persona mayor tiene otras enfermedades diagnosticadas pero siente la necesidad de transitar el camino hacia la denominada “nueva normalidad”. “En el momento actual hay que empezar a decidir. Ya no se puede decir a la población ‘quedate en casa’ porque no aguanta la economía. Uruguay pudo contener los casos durante 8 meses, donde la mortalidad registrada fue del uno por ciento. Ese índice de mortalidad, que es esperado en cualquier lugar del mundo, es una señal de que hemos actuado bien”.
Sin embargo, resaltó la necesidad de “mantener en todos los residenciales un estricto protocolo. Las personas mayores no usan tapaboca dentro de los residenciales porque les hace mal. Pero deben ingresar únicamente los cuidadores, con tapabocas y extremar las medidas de prevención al máximo, con el distanciamiento y no recibir visitas, con la excepciones de aquellos que se encuentren en etapas terminales o con problemas sicológicos. Porque ellos no juegan ningún papel en la economía y el aislamiento es necesario para evitar infestaciones”.
Los residentes de estos establecimientos y sus cuidadores estarán en segundo lugar para la futura vacunación, sólo detrás de los trabajadores de la salud.