El derecho de imagen, ¿mito o realidad?

La Justicia recibió hace algunas semanas el reclamo de 640 jugadores, integrantes de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, por varios millones de dólares contra la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y la empresa Tenfield, que tiene los derechos de televisación del fútbol uruguayo, por el pago del derecho de imagen utilizado sin su consentimiento desde 2016 a esta parte.
Pero, ¿qué es lo que se reclama a la hora de hablar de derecho de imagen? El tema es sencillo: usted organiza un campeonato y vende el derecho de televisación a una empresa que tendrá como único objetivo ganar dinero no solo a través de la venta del producto a los abonados de la televisión por cable, sino que venderá además publicidad.
Usted cobra lo acordado con la empresa por la venta de los derechos de televisación, pero hay que tener en cuenta que no es usted el que correrá detrás de la pelota, sino los futbolistas.
El derecho de imagen es individual e intransferible, por lo que tanto el vendedor de la competencia como el comprador, deben contemplar ese aspecto. Y ahí hay dos caminos: o usted logra que cada jugador le venda o le ceda su derecho de imagen, o bien la empresa compradora es la que tiene que negociar y pagarle al futbolista por ese concepto.
La lucha no es nueva, y tampoco los antecedentes más allá de que hay muchas voces, sobre todo del otro lado del mostrador, que están en contra y establecen que el derecho de imagen no existe.
¿Por qué el derecho de imagen se reclama desde 2016? Porque antes Tenfield pagaba una cifra de pocos dígitos de forma anual a la Mutual, que a través de una Asamblea cedía el derecho de imagen de todos los jugadores.
Antes del Mundial de Sudáfrica 2010 los futbolistas de la Selección, ya con experiencia y asesoramiento en el tema al estar jugando en clubes del exterior, se preguntaban por qué se trabajaba de esa manera. La Celeste fue cuarta en la cita, y Diego Forlán se preguntaba por qué aparecía en publicidades de cerveza pese a que él no quería, no había dado el sí y, por si fuera poco, tampoco cobraba por ello. “Aparecíamos en cuadernos, libros, carteles, la televisión, macaquitos y hasta en preservativos”, recordó en su momento Diego Lugano, capitán de aquella selección, a este medio.
Los futbolistas comenzaron a despertar, asesorados por profesionales del exterior y en base a su experiencia fuera del país con respecto a este tema. No era posible que desde la AUF se vendiera a Tenfield el derecho de imagen de los jugadores cuando éstos no lo habían autorizado.
Los seleccionados plantearon su disconformidad, tomaron una serie de medidas hasta que se llegó a un acuerdo con la AUF, que se estampó en un documento: la Asociación no solo reconocía el derecho de imagen, sino que además lo firmaba en el acuerdo.
Porque la idea, además, era que AUF pudiera vender directamente el producto, sin tener que pasar por un intermediario como Tenfield, a los efectos de que ingresara más dinero a las siempre complicadas arcas de la Asociación. Esa pelea pasó también al ámbito local del fútbol profesional, y se creó aquel Movimiento Más Unidos Que Nunca, que terminó con elecciones en la Mutual y la asunción de nuevas autoridades.
El reclamo no es solo de los futbolistas, sino que la Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol (Audaf) presentó incluso antes su reclamo ante la Justicia, y todo hace indicar que los entrenadores van por el mismo camino. Por lo pronto, los futbolistas no dan entrevistas a Tenfield y tampoco los entrenadores desde hace algún tiempo.
El tema, como era de esperarse, llegó también al Interior. El arribo de Tenfield generó el movimiento de los futbolistas que, con el visto bueno de la Mutual y de referentes de la selección uruguaya, crearon la Asociación de Futbolistas Amateur del Interior (AFAI).
La Organización mantiene desde el principio que el derecho de imagen no existe, pero resultó ser que en cada campeonato que televisó Tenfield pidió a los jugadores la cesión de ese derecho. Y ya en la última Copa Nacional de Selecciones pidió la cesión gratuita u onerosa, sin que todavía diera respuesta sobre cuánto pagará por esa cesión.
Ahora bien, apenas recaló la empresa a OFI, la Asociación Intergremial de Árbitros de Fútbol (AIAF) negoció con Tenfield el derecho de imagen, y fue a cambio de indumentaria y materiales, más allá de que la Organización nunca reconoció, y Tenfield nunca se sentó a negociar, el derecho de los futbolistas.
Pero las incongruencias son tan importantes, que el gremio de jugadores del Interior sí pudo hacer valer el derecho de los futbolistas en 2019, cuando AUF TV televisó la Copa Nacional de Clubes A y B. AUF, propietaria de la señal, negoció con AFAI el pago de derecho de imagen colectivo (como establece el documento), en este caso no por dinero sino a cambio de al menos 10 operaciones de ligamentos cruzados, una lesión que aqueja más de lo deseado a los futbolistas del Interior, cuyo costo es elevado y de lo que nadie se hace cargo: ni clubes, ni selecciones, ni OFI.
El tema sigue siendo discutido. En su momento las autoridades de la Secretaría Nacional del Deporte (SND) lideradas por Fernando Cáceres intentaron “mediar” en la situación elaborando un proyecto que, palabras más, palabras menos, establecía el monto a pagar por el derecho de imagen: un 10 por ciento del contrato televisivo.
En 2018, la diputada Valentina Rapella, presidente de la Comisión de Deportes, en la que comenzó a tratarse el proyecto, había señalado a EL TELEGRAFO que “el derecho de imagen es de la persona, es intransferible”. Y es lo que aseguran los futbolistas.
Cáceres señalaba que “el derecho de imagen de los protagonistas del hecho deportivo, y fundamentalmente cuando hay una comercialización de la televisación, la difusión de estos eventos, es indiscutible, y abarca también a los árbitros y entrenadores”.
El proyecto quedó, luego de que algunos actores lo discutieran, en el olvido.
Más acá en el tiempo Sebastián Bauzá, actual secretario nacional del Deporte, dejó en claro que el gobierno no mediará en la problemática ni impulsará ningún proyecto de ley que regule el tema. “La visión que tenemos es que las relaciones entre privados se deben regular entre privados”, había dicho a EL TELEGRAFO. Y sumó que “acá hay una empresa que tiene los derechos de televisación, hay personas que de alguna manera están prestando su derecho de imagen, así que se tendrán que sentar en una mesa y ver qué porcentaje puede llegarle a cada uno de ellos, para después regular qué plata puede cobrar cada uno”.
Ahora bien, más allá de todo el sustento legal sobre la existencia del derecho de imagen, hay algunos antecedentes que son claros y que tiran por tierra las voces de quienes afirman que no existe: Tenfield pagaba en su momento por el derecho de imagen a la Mutual; AUF acordó un contrato con los jugadores de la selección; AUF TV pagó con operaciones de ligamentos cruzados a AFAI por ese concepto; la propia Tenfield acordó el derecho de imagen con los árbitros del Interior; y OFI sigue pidiendo insistentemente en cada competencia nacional a ser televisada, que le cedan algo que para ella no existe.
Y, además, el gobierno anterior estableció dentro de los impuestos a las rentas personales, el derecho de imagen.
La resolución final de la Justicia, que no será rápida, significará un antes y un después en esta lucha que va más allá del dinero, sino del derecho individual de cada uno de los protagonistas de los espectáculos deportivos.