El domingo a la noche Conmebol anunció que Argentina, al igual que Colombia, tampoco sería sede de la Copa América. Y en la mañana de ayer decidió que Brasil se transformara en el nuevo escenario del torneo continental, sorprendiendo a todos dado que, si bien Argentina está complicada con la pandemia, Brasil ha sido devastado por el coronavirus.
“¡Brasil recibirá a la Conmebol Copa América 2021! El mejor fútbol del mundo llevará alegría y pasión a millones de sudamericanos”, rezó el anuncio en las redes sociales, en las que se agradeció al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y a la Confederación Brasileña de Fútbol “por abrir las puertas de ese país al que es hoy en día el evento deportivo más seguro del mundo”.
Pero, ¿qué fue lo que pasó cuando en Estados Unidos hasta se inspeccionaron escenarios que pudieran recibir un torneo sobre el que, está claro, nunca se barajó una posible suspensión? La falta de tiempo y la disputa de la Copa de Oro de la Concacaf complicaron la posibilidad.
La chance de Chile y Paraguay en una doble sede también estuvo sobre la mesa, pero el gobierno trasandino no estaba tan afín, y ambos combinados compartían grupo.
Entonces apareció Brasil, y el sí de su presidente. Rápidamente comenzaron a escucharse voces en contra, e incluso anoche el jefe de gabinete de Brasil, Luiz Eduardo Ramos, dijo con respecto a la organización de la Copa que “no hay nada seguro, estamos en medio de un proceso”.
La pandemia obligó el año pasado a reprogramar el torneo. Ahora, la situación social de Colombia la sacó de la organización, y el coronavirus a Argentina, apareciendo en el mapa Brasil como nueva sede, pese a los caso 500 mil muertos por la pandemia. Hoy se anunciarían las sedes de la competencia.
