Solicitada: Día del Medio Ambiente

Ya pasó, era el 5 de junio, la conmemoración. Pero verdaderamente, Día del Medio Ambiente son todos los días, porque no se trata de conmemoración, sino de obligación; una obligación que la mayoría no cumple, ya sea por ignorancia, por indiferencia o por desidia. Todo el mundo reclama por sus derechos, pero muy pocos reclaman el cumplimiento del compromiso con el Medio Ambiente. No piensan que en ello nos va la vida, porque somos herencia y somos medio y no podemos modificar la herencia, pero sí influir en el medio.

En pos de la panacea que nos da la tecnología, buscando progresos materiales, estamos desperdiciando o destruyendo nuestras riquezas naturales, que están en la base de nuestra cultura. Por otro lado, no hay nada que se pueda decir de nuevo en este tema, que no se haya dicho ya. Aquí en Uruguay y en Paysandú, creo que hace más de 30 años se comenzaron a usar las palabras ecología, contaminación y otras.

Que la Tierra es nuestra morada, que debemos respetarla, que hay que cuidarla, el mismo discurso: pero son sólo palabras, la realidad es muy otra. Por ejemplo, esta crisis que estamos viviendo, una crisis sanitaria, económica, educativa, moral, es también y sobre todo, una crisis ambiental.

Si nos fijamos bien en el mapa, ¿en qué lugares el virus hace más estragos? En los lugares más contaminados, en las ciudades llenas de polución, a lo que se agrega muchas veces la corrupción moral, a pesar de todos los recursos tecnológicos.

En el campo hay ínfimos casos, porque hay aire más limpio, hay distanciamiento natural, hay más respeto a la tierra y a los seres vivos. Un ambiente totalmente distinto al de las ciudades, donde viven abarrotados miles de habitantes, con poco aire y casi sin árboles purificadores, donde predomina la arquitectura sobre la naturaleza.

En cuanto a nuestro país, aún no es tan dramática la situación, hay algunos intentos de superar los problemas ambientales, pero falta mucho. Falta concientización, al fin vamos a parar siempre en lo mismo, la educación es lo que nos falta, como diría Varela.
Consumimos muchos productos de la tecnología, que nos permiten solucionar algunos problemas, pero que no siempre son usados en su justa proporción, y a veces el remedio es peor que la enfermedad.

Ya no hablamos tanto de los humos de las fábricas, porque por desgracia quedan muy pocas, alguna picota las echó abajo. Se habla de los agrotóxicos, que contaminan suelo y aguas de arroyos y ríos. Y que causan serios problemas de salud. Pero hay que pensar que para mejorar la producción se necesita aplicar la biotecnología, se necesitan los abonos y los pesticidas. Hay que armonizar su uso con la naturaleza, pero también hay que considerar el aspecto económico. No es fácil la ecuación. Por suerte actualmente existen algunas empresas que están haciendo lo mejor para lograr un desarrollo sustentable. No todas son espinas y pálidas.

Por supuesto que no soy experta en este tema, sólo hablo de lo que leo en el periódico y lo que me dicen algunos agrónomos.

Ya no se critica tanto a UPM y la forestación. Que, al fin y al cabo, es una producción favorable a nuestro ambiente y a nuestra economía.
Uruguay nunca fue un país forestal, no abundaron nunca los bosques, es una penillanura. Lo que siempre abundó fueron los pastos, las hierbas. Ahora se está volviendo a pensar en la importancia de las pasturas naturales.

Los eucaliptos se han usado desde hace muchos años como cortina para los vientos y refugio del ganado. Actualmente, he visto que junto a los montes forestales, se cría ganado. Se está tratando de hacer confluir las dos producciones.

Respecto a los eucaliptos, existe el mito de que secan los lugares donde están plantados. Pero no se habla de que producen oxígeno y limpian el aire. Habría mucho más que decir sobre este tema.

Creo que en esta ciudad el tema más preocupante es el de los desechos, la basura y las necesarias obras de saneamiento, el colector sanitario, los efluentes que van a parar al río, sin tratamiento.

l gran problema, la gente que anda revolviendo las volquetas, buscando comida y otras cosas para vender. Son pocos, pero son. Y la gente que vive en el lugar del vertedero…

completar este panorama, están los negacionistas, que se niegan a utilizar la libertad responsable, al fin, esa es una manera más de agresión al medio ambiente y a las personas.¿Apre

nderemos de una vez a ser gente solidaria y responsable, con nosotros mismos y con el Ambiente?

Sanducera