Familia de Orgoroso perdió todas sus pertenencias a raíz de un incendio

En pocos minutos, el esfuerzo de años del matrimonio Barale-Niz se esfumó por las llamas de un incendio que aparentemente tuvo origen en un cortocircuito. Los vecinos del barrio de Mevir en Orgoroso se movilizaron para ayudar a combatir el fuego, pero pese a sus esfuerzos las pérdidas fueron totales.
Ramona Niz, de 62 años, contó a EL TELEGRAFO que todo pasó a la mañana del domingo cuando se aprestaba a realizar tareas hogareñas. “Había ido a tender la ropa y para aprovechar la mañana me fui a buscar un balde para limpiar el baño. En ese momento le dije a mi hija que se levantara para ayudarme porque además ella tenía que ponerse a estudiar para un parcial que da mañana (por hoy). En lo que me contestó que ya se levantaba me dijo que veía como humo desde el techo pero no nos pareció nada grave. En lo que se levantó de la cama para agarrar la computadora, vio que empezó a quedar todo negro y pegó el grito. En no sé cuanto tiempo, pero habrán sido segundos, el fuego empezó a agarrar todo el techo y mi hijo que vive a cuatro cuadras se vino corriendo a auxiliarnos. En la desesperación fueron muchos los vecinos que nos ayudaron pero por más que tiraban agua y un vecino fue en un tractor a buscar agua al tanque de la vieja fábrica, no se pudo hacer más nada. Quedamos con lo puesto, mi hija descalza porque no le dio tiempo ni de ponerse algo”, relató.
Con la voz quebrada, Ramona lamentó que el esfuerzo de años se haya consumido así. “En la casa vivimos mi esposo Jorge Barale, nuestra hija de 19 años y yo. Nosotros somos jubilados ya y después de años nos habíamos podido comprar cositas para tener la casa bien linda y disfrutar con la familia, los hijos y nietos. No nos quedó nada”, contó. Al lugar acudió personal de Bomberos de Guichón, pero “es todo tan rápido que al llegar no había nada por salvar”. En tanto, comentó que esperan hoy la visita de peritos y arquitecto de Mevir donde se les indicará si existe peligro de derrumbe o pueden comenzar a levantar la casa con las estructuras que quedaron.
La solidaridad de los sanduceros se puso de manifiesto de inmediato y ahora resta conseguir “algún ropero o mueblecito como de cocina que no pretendo sea nuevo, sino que nos sirva para ir armándonos de a poco. Estamos como cuando éramos novios y nos fuimos a vivir juntos, sin tener nada”, dijo Ramona sobre la situación. Quienes deseen realizar donaciones en Paysandú pueden comunicarse al celular 098399821 de Natalia Barale.