La Asociación Cristiana de Jóvenes está soñando “estar tan pujante como antes”

Una de las actividades que se mantiene es el patín, cumpliendo los requisitos sanitarios.

La Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) sigue con sus puertas abiertas, a pesar que hay varias actividades que no se pueden realizar por la pandemia, y otras están restringidas a un aforo máximo.
Beatriz Núñez, coordinadora de la institución, dijo a EL TELEGRAFO que la situación económica de la ACJ, “está bastante complicada, porque la institución se sostiene con las cuotas sociales y generalmente la gente que no acude a la actividad es muy difícil que pague su cuota social, mas allá que tratamos de fomentarlo cobrándole menos, pero todo es voluntario, tampoco se le puede obligar al socio a que haga el abono cuando no asiste a la actividad”, y recordó que “esta es la segunda vez que estuvimos cerrados, el año pasado de marzo a julio y ahora, más allá que fue más breve, nos está costando recuperarnos, pero todavía vamos marchando”.

Dos sedes con varios servicios

La ACJ dispone para sus socios “en la sede de Herrera 820 tenemos las canchas, los salones donde hay dos turnos de recreativas de niños, en la mañana y en la tarde, y se hacen todos los deportes e incorporamos ballet contemporáneo, jazz, patín y los deportes en grupo. Enfrente tenemos el gimnasio, la sala de musculación, las piscinas –una abierta y otra cerrada– que por el momento continúa suspendido, porque no se pueden usar los vestuarios. Solo se habilitaron las piscinas para recuperación y temas terapéuticos, pero solo durante 15 minutos. Pero se hace bastante difícil si ponemos del otro lado de la balanza los costos que tiene mantener una piscina climatizada, que se debe equiparar con la participación de los socios. Pero si viene poca gente no es rentable habilitar la piscina. La idea es cuando se habilite, retomar esa actividad, porque teníamos muchos socios”.

De todas maneras, en la institución “le dimos apertura a casi todas las actividades, pero con una normalidad distinta, porque al ser una institución recibimos mucha gente, tenemos mucho deporte en equipo como el voleybol, patín, handbol, y nos adecuamos a esta nueva situación y con un aforo pequeño, respetando las autorizaciones que se dieron. Con eso hicimos la apertura y vamos midiéndonos con la gente que recibimos, pero fuimos golpeados como la mayoría al tener también gimnasio. Pero nos vamos adecuando a esta realidad”.

El campamento “sigue funcionando”

Recordó que “en el verano hubo piscina con un aforo menor, fue una temporada distinta. Nuestros veranos eran muy buenos, nos aumentaban los socios y los ingresos en un 300 por ciento y este verano que pasó fue mucho más bajo, pero al menos pudimos mantenerlo y brindarle a los socios que pudieron venir, un servicio prácticamente normal”.

En cuanto al campamento Civelli, en una chacra a unos 10 kilómetros al Norte sobre la ruta 3, “sigue funcionando tanto para socios como para particulares, donde antes iban mucho las escuelas, pero eso también se nos cayó de una manera importante y ahora no tiene mucha movida, es prácticamente nulo el funcionamiento del campamento, aunque es un lugar adecuado porque es al aire libre, pero es un sitio que también sufrió este golpe”. No obstante, dijo que quienes quieran pasar uno o varios días en el lugar, que cuenta con luz, agua, cocina y algunas cabañas, puede comunicarse al teléfono de la ACJ para coordinar.

Trabajadores en seguro total y parcial

La Asociación Cristiana tiene nueve funcionarios “entre profesores de educación física, maestras, también tenemos una parte tercerizada como el gimnasio, donde hay un profesor con empresa unipersonal, también tenemos otras actividades como ballet y jazz, con una chica que da particular pero en nuestro espacio. Pero rentados en el equipo de ACJ somos nueve personas, pero hay un 50% que está en el seguro, y una parte está trabajando con seguro parcial”.

Dijo que “hay mucha gente que salió del padrón de socios, gente que está con temor por la pandemia, eso hizo que se nos bajaran muchos socios. Y cuando le demos apertura a las piscinas, seguramente recibiremos mucha gente que viene de toda la vida. Pero como debemos tomar en cuenta las edades de los socios, que van desde niños hasta adultos, en ese caso los adultos seguramente serán los que menos van a participar. Pensamos que lo que más vamos a recibir son los niños, ya que muchos padres han preguntado por el reinicio de las actividades. Pero sí, la realidad es que una buena cantidad de gente se ha borrado”.

Sobre si la ACJ como institución tiene algún subsidio departamental o nacional, Núñez dijo que “este año no tuvimos ningún tipo de beneficio, si bien tramitamos por todo lo que se podía gestionar, como tener costos menores en los entes públicos. Pero no hemos tenido respuestas favorables, como el año pasado, que tuvimos exoneraciones en lo municipal, que este año no hemos tenido una respuesta todavía, pero creo que se dará en las contribuciones. En los entes públicos no se recibió ningún apoyo, ningún tipo de descuento como para decir que nos ayudaron en ese tema”.
Culminó señalando que “nuestro gran sueño hoy es que la ACJ esté pujante como estaba antes”.