La Copa América llegó a la Corte Suprema de Brasil: otra vez en duda

La Conmebol anunció con bombos y platillos que había encontrado sede para la Copa América. Pero la designación de Brasil, que le abrió los brazos al torneo continental que debía inicialmente disputarse en Colombia y Argentina, abrió una enorme discusión y polémica incluso entre los planteles de los combinamos participantes.
Muchos jugadores plantearon que el torneo no podía jugarse en Brasil dada la situación sanitaria, y los locales anunciaron que jugarían bajo protesta.
Pero todavía existen dudas con respecto a la disputa del torneo en lares brasileños: la Corte Suprema deberá resolver sobre dos recursos que tiene entre manos justamente para evitar la disputa del campeonato más añejo del mundo a nivel de selecciones.
La Corte juzgará desde mañana dos recursos que piden la suspensión de la Copa América, cuyo comienzo está previsto en este país el domingo 13 de junio.
Según informó el propio tribunal, el juicio se desarrollará de forma virtual y los 11 miembros de la Corte tendrán un plazo de 24 horas para pronunciarse en las plataformas digitales de la institución, por lo que el fallo sería conocido el viernes.
Las dos acciones que serán juzgadas, que piden la suspensión de la Copa América debido a la altísima incidencia de la pandemia de coronavirus.
Los dos recursos fueron presentados por el Partido Socialista Brasileño (PSB) y la Confederación Nacional de Trabajadores Metalúrgicos.
El gobierno brasileño de Jair Bolsonaro respaldó rápidamente la disputa de la Copa América en su país, lo que rápidamente generó críticas.
Organizaciones científicas también han alertado de que Brasil está a las puertas de una nueva ola de la pandemia, cuando aun se mantiene con altísimas tasas de muertes, mientras que el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, afirmó ayer que la celebración de la Copa América no supone “riesgos” para la población, pues los protocolos sanitarios que han sido elaborados para el evento “son seguros”.
“El riesgo para la población es el mismo, con o sin Copa”, pues las 650 personas que se calcula que sumarán las delegaciones, entre futbolistas, técnicos y personal de apoyo, “estarán aisladas” en sus hoteles y sólo saldrán en autobuses “controlados” para entrenarse y dirigirse a los estadios en que se jugarán los partidos, dijo el ministro en la víspera.