Rumbo digital

El desarrollo digital del país ha implicado un intenso trabajo de fortalecimiento de la capacidad en cuanto a infraestructuras digitales pero también en preparación de recursos humanos y adecuación de las instituciones, además de otros asuntos entre los que se incluyen el acceso de los ciudadanos a la tecnología, legislación específica sobre datos personales y la seguridad y protección del espacio digital.
Fruto de este trabajo es que actualmente Uruguay posee una destacada posición internacional en materia de desarrollo digital y gobierno abierto, así como en lo que refiere al acceso ciudadano a las tecnologías digitales, siendo el primer país de Latinoamérica en integrar el denominado D9 (hoy Digital Nations), un selecto grupo que reúne a las naciones más desarrolladas en esta área.
Mucho se ha hecho en la última década en estas cuestiones, que forman parte del rumbo definido en la denominada Agenda Digital, un mapa de ruta nacional para el desarrollo del país en esta área.

En este sentido, cabe señalar que las Agendas Digitales no son una declaración de intenciones sino un instrumento de trabajo que nuestro país ha venido cumpliendo en sus ediciones anteriores y eso le ha permitido un lugar de destaque a nivel regional e internacional en materia de avances en tecnologías de la información y la comunicación.
Recientemente el gobierno nacional presentó la Agenda Digital 2025, que reúne los objetivos estratégicos y líneas de acción nacionales en materia de desarrollo digital. Se trata de un trabajo liderado por Agesic, en colaboración con 40 organizaciones del ámbito público, privado, la academia y la comunidad técnica, así como con integrantes del Consejo Asesor Honorario para la Sociedad de la Información (CASHI).
La nueva Agenda es “la continuidad de un proceso de política digital, iniciado en el año 2000, que es evolutivo, sostenido y consensuado entre todas las partes interesadas” y está estructurada en cinco áreas de acción referidas a la sociedad digital inclusiva, el impulso a la competitividad e innovación en sectores estratégicos, la transparencia y eficiencia en el sector público así como las que se refieren al fortalecimiento de la infraestructura de telecomunicaciones, la conectividad y la ciberseguridad a nivel nacional.
Basándose en el concepto de resiliencia, plantea la profundización del uso de las tecnologías de la información y la comunicación para hacer frente a los desafíos que hoy se nos imponen. Allí se plantea que nuestro país “que ha sido pionero del desarrollo digital e incorporación de tecnologías de la información y la comunicación, tiene aún el gran desafío de profundizar en el uso de esas tecnologías” ya que “si bien casi nueve de cada diez uruguayos son usuarios de internet y la oferta de servicios digitales de gobierno es muy amplia, dichos servicios están todavía lejos de ser incorporados por la mayoría de la población y persisten barreras y desafíos para muchos individuos”.
En este sentido, las líneas de trabajo previstas para la ciudadanía incluyen la implementación de “modalidades pedagógicas combinadas en todos los ciclos de la educación formal, que, con la mediación de la tecnología, aseguren aprendizajes de calidad y contribuyan a la integración de los centros, las familias, y la comunidad”, una estrategia digital para adultos mayores, el desarrollo de procesos de reconocimiento y localización de las personas beneficiarias de planes sociales y el impulso de la “diplomacia digital” incorporando herramientas tecnológicas para el fortalecimiento de las tareas consulares.

Otros objetivos y líneas se refieren a la vinculación entre la tecnología digital y el mundo del trabajo, “transformar el alcance, la calidad y pertinencia de la orientación y formación profesional, a través de experiencias de aprendizaje innovadoras que integran la digitalización, para la mejora de la empleabilidad de la población económicamente activa”, ampliar las ofertas de carreras tecnológicas, facilitar la interacción de las empresas con los organismos del Estado.
La incorporación de tecnología en los sectores productivos prevé avanzar en la adopción de procesos basados en Internet de las cosas y automatización en los sectores productivos estratégicos; el impulso de la economía circular, la descarbonización del país desarrollando plataformas digitales que faciliten el acceso a los servicios relacionados con la movilidad eléctrica, otros usos y servicios eléctricos, el desarrollo de soluciones de AgTech avanzar en la publicación de datos abiertos del sector agropecuario y pesquero, y promover el fortalecimiento de una comunidad emprendedora que pueda ofrecer soluciones a problemas que enfrentan los actores del sector. La innovación financiera y el desarrollo de nuevos productos digitales así como agilizar el tránsito y disminuir los costos operativos, mediante la automatización total de los peajes ubicados en la red vial nacional son otras de las metas a trabajarse en los próximos 4 años.
En definitiva, el gobierno ha definido una Agenda Digital que profundiza algunos objetivos y acciones desarrolladas en las Agendas anteriores bajo otro partido político, lo cual es saludable en la medida que se trata de políticas de largo plazo que ha abrazado el país y le han provisto de reconocimiento internacional además de haber introducido cambios significativos en políticas públicas para los ciudadanos desarrolladas en los años anteriores. También se introducen algunas novedades y prioridades para lo que se verá en la práctica la forma en que se llevan a cabo e impactan en la población, empresas y el propio Estado.

Lo que es innegable es que la sociedad digital ha experimentado una aceleración sin precedentes a nivel global y también en Uruguay a partir de 2020 y hoy en día muchas dimensiones de la vida diaria de las personas y empresas se sostienen en base a soluciones digitales. En este sentido, algunos de los grandes temas incluidos en la nueva versión de la Agenda Digital 2025 podrían tener un peso importante para contribuir a la recuperación socioeconómica ante la pandemia del COVID-19 y promover el desarrollo sostenible en el país. Ahora bien, el rumbo hacia el que se pretende avanzar también viene con grandes desafíos en los que la ciencia, tecnología e innovación están llamadas a desempeñar un papel urgente y a la vez complejo porque debería hacerse sin dejar a nadie atrás.