Hay que dar señales positivas a la inversión

“El Uruguay necesita captar la inversión externa directa y por ende si se dan señales negativas a una inversión como la forestal, que ya está instalada, genera un ambiente poco propicio, además del concepto de limitación productiva”, sentenció el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, ante la Comisión de Ganadería del Senado, a efectos de brindar información a los legisladores sobre esta cadena productiva.

Junto a técnicos de la Dirección General Forestal y de la Dirección General de Recursos Naturales del MGAP, el secretario de Estado expuso sobre el tema de la forestación en el Uruguay y sobre los suelos de prioridad forestal, a partir del proyecto de ley que promueve el partido Cabildo Abierto, que tiende a limitar la afectación de tierras con bosques forestales, lo que genera resistencia y fuertes cuestionamientos desde los otros partidos de la coalición de gobierno.
Mattos trajo a colación en la oportunidad que Uruguay tiene actualmente 1.043.000 hectáreas forestadas, lo que significa el 6 por ciento del área productiva que tiene nuestro país, y subrayó que medidas de protección para poder autorizar proyectos forestales no necesitan de una nueva ley, sino que pueden aplicarse a través de decretos en el marco de preservación medioambiental.

Pero claro, como hemos señalado en más de una oportunidad desde esta página editorial, si bien la inversión en el área forestal en las tres últimas décadas ha sido revulsiva e incorporado un sector pujante al agro, creando miles de puestos directos e indirectos, hasta ahora la participación en valor agregado en el sector en nuestro país es mínima, desde que la madera que no se usa para hacer pasta de celulosa se exporta como materia prima para su industrialización en el exterior, lo que indica que es preciso buscar alternativas de inversión que permitan dotarle de valor agregado dentro de fronteras, y establecer una cadena de valor potenciada que sería de gran beneficio para la economía.

Al respecto es pertinente traer al tapete recientes declaraciones del subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Minería, el sanducero Walter Verri, al efectuar su presentación en la firma por la Unión Europea (UE) y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI), del acuerdo bilateral “Facilidad para el Desarrollo en Transición”, ámbito en el que se proporciona oportunidades para trabajar en cooperación internacional apoyando iniciativas que sean innovadoras y de beneficio mutuo, además de fortalecer el diálogo estratégico y de desarrollo entre Uruguay y la Unión Europa.

En la oportunidad fueron presentadas tres iniciativas relacionadas con la economía circular, como es el caso de Innovación y desarrollo sustentable de la industria de transformación mecánica de la madera, Mujeres en el sector de la Información y Formación de jóvenes innovadores.
El subsecretario de Energía sostuvo que “la transformación mecánica constituye un sector con gran potencial que nos posibilitará avanzar en la cadena de producción, obteniendo como resultado productos destinados a la construcción en madera y carpintería, mayor valor agregado y generación de mano de obra”.
Verri asimismo destacó que se realizó un estudio sobre las oportunidades de la bioeconomía forestal en el país, y en este documento de trabajo se puso énfasis en el análisis de una industria catalogada como primaria y poco profesionalizada, por lo que la transformación mecánica constituye un sector con gran potencial, “que nos posibilitará avanzar en la cadena de producción hacia la segunda transformación, obteniendo como resultado productos destinados a la construcción en madera y carpintería, mayor valor agregado y con ello generación de mano de obra”.

“Poco a poco nuestro país se ha posicionado como pionero en América Latina en la transformación hacia una economía circular, paradigma que nos propusimos potenciar cuando asumimos, junto a Omar Paganini, al frente del Ministerio de Industria”, acotó el jerarca.
Trajo a colación ejemplos de avances en esta materia, apuntando a profesionalizar el sector maderero, en el sentido del papel cumplido por la Red de Desarrollo Maderero (Redema), en Rivera, con el fin de mejorar la productividad, la competitividad y la calidad del empleo.
Del estudio a su vez en ese departamento de alta forestación ha surgido que un aspecto relevante para esta industria incluye la gestión logística de residuos y subproductos desde la perspectiva de la economía circular. En la búsqueda de alternativas se pone en marcha un proyecto en los departamentos de Rivera y Tacuarembó que cubre 34 aserraderos.
Según Verri, este proyecto “generará insumos fundamentales, como por ejemplo información de los volúmenes de residuos y sus características, tecnologías asociadas al procesamiento de residuos forestoindustriales, potenciales productos que se pueden producir a partir de los residuos de la forestoindustria, entre otros, a lo que se agregará evaluar la posibilidad de hacer un estudio de prefactibilidad de la instalación de una biorrefinería de pequeña escala”.

Precisamente, uno de los aspectos a tener en cuenta para intentar generar un nuevo escenario en esta industria surge de que la mayor parte de los productos ofrecidos por los aserraderos nacionales hoy son los que surgen de la transformación mecánica, los cuales presentan bajo valor agregado. “Pero a su vez en la transformación mecánica hay grandes oportunidades de desarrollo y de generación de empleo, mediante el agregado de valor a la materia prima a través de su transformación en productos conocidos como los productos de ingeniería de la madera”, aportó el subsecretario.

En este sentido figura entre los destinos posibles identificados la madera tratada térmicamente, la madera laminada cruzada, la madera microlaminada, los tableros de virutas, la madera laminada encolada y los paneles y contrachapados, aseguró el subsecretario de Industria.
Este es el camino que se debe seguir, el de generar propuestas e incentivos para potenciar el ciclo de valor agregado a la materia prima que se genera dentro de nuestro territorio, porque implica incorporar inversión, tecnología y empleos de calidad, además del reciclaje de insumos dentro de fronteras en el marco de una economía circular que recicla recursos que de otra forma se van del país.

Y una parte importante de la ecuación para promover inversiones de riesgo de este perfil es generar señales equívocas a estos capitales, como por ejemplo el incorporar medidas limitantes en la Ley de Desarrollo Forestal, porque como dijera en comisión el ministro Fernando Mattos, el dar señales negativas a una inversión como la forestal, que ya está instalada, genera un ambiente poco propicio, además del concepto de limitación productiva que hace retraer el aporte de los capitales que imperiosamente se necesitan para generar más empleo en el sector.