Una obra de arte en la vereda

Desde hace algunos días, en la vereda de Etxe, la escuela de arte situada en calle Montevideo entre Sarandí e Ituzaingó, se puede apreciar una novedosa obra de arte. Se trata de un mosaico, creado e instalado allí por la fundadora de la Escuela de Artes Etxe, la artista sanducera Rocío Matosas.
La historia de esta obra comenzó a partir de una vereda rota, a la que le faltaban varias baldosas. Como puede comprobar quien visite la escuela, Etxe es un lugar donde el arte está presente en cada rincón, en cada detalle. Por eso, desde el principio la intención fue, más que reponer las baldosas, crear una obra que se involucre con ese espacio público y lo ornamentara. “Mi idea siempre fue hacer un mosaico. Pero se fue diluyendo en el tiempo, por la vida misma, porque siempre tenés otras cosas más importantes y lo vas postergando”, dice Rocío. El momento finalmente llegó en abril, cuando comenzó a concretar el proyecto, que le llevó un buen tiempo de trabajo. “Empecé en Pascuas, en esa semanita de vacaciones. Me instalé en la Escuela, y trabajé sobre una mesa, para no hacerlo directamente sobre el piso, que no es una forma cómoda de trabajar. Está hecho primero sobre una malla, que es la que luego se pone en el piso. Pero lleva muchas horas. Tenía un diseño, y más o menos los colores que quería utilizar, pero después no deja de ser como un pequeño puzzle, a pesar que también le podés dar la forma con las herramientas”.

“Amari”, diosa de la Madre Tierra

La obra se llama “Amari”, nombre que en la mitología del País Vasco designa a la diosa de la Madre Tierra. Dado que “Etxe” es también una palabra vasca –significa casa, templo o lugar sagrado–, “me parecía que por ahí había una vinculación”, dice la artista. “La deidad es el equivalente de la que los pueblos andinos llaman ‘Pachamama’”, agrega. El diseño muestra “esta figura femenina, que en el cabellos tiene llamas del sol. A la vez está el viento, en el cielo, en movimiento. En parte de su vestuario hay un árbol, y vegetales, y del otro lado están las olas del mar”. Con estas imágenes se buscó representar a los cuatro elementos. Aparecen también numerosos símbolos, algunos personales de la autora, “secretos, míos, por decirlo de alguna forma”, y otros tomados de la simbología rúnica, “que tienen que ver con la abundancia, la creatividad, la creación”.
El mosaiquismo es una técnica muy antigua. Los materiales que pueden usarse para crear un mosaico son muy variados, explica. “Podés usar azulejos, cerámicas, alguna pieza rota de porcelana, por ejemplo, una vasija, alguna jarra antigua que se haya roto, platos antiguos, o diferentes platos de colores, digamos”. En este caso particular, usó cerámicas. Tras esta experiencia, y mientras busca retomar las clases presenciales, la escuela sumará cursos de mosaiquismo a su oferta educativa, que incluye talleres de macramé, bordado, tapiz y telar, tapicería, restauración de muebles, artes visuales y artes aplicadas a objetos, fotografía, e incluso de jardinería.