Araí realiza obras de readecuación en su picadero para equinoterapia

El Centro Araí, fundado en 2012, lleva adelante un programa de rehabilitación para niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA), con distintas terapias acompañados por un grupo multidisciplinario de técnicos y profesionales.
El centro, bajo la dirección de las profesoras de educación especial Graciela Acosta y Fabiana Pezzatti, recibe la ayuda especial del Banco de Previsión Social. Sin embargo, atiende a unos 80 niños, entre particulares y beneficiarios del BPS que reciben el tratamiento por igual.
“Este año, aparte de todas las terapias como fonoaudiología, sicomotricidad, atención con la sicóloga, musicotearpia y fisioterapia, hay talleres para las madres denominado ‘Sanarte’, aconsejado por los médicos pediatras y neuropediatras para los niños con TEA. Y hacemos equinoterapia, pero queremos formalizar el edificio donde se hace para lograr el beneficio con el Centro Nacional y Fomento de Rehabilitación Ecuestre (Cenafre), que tiene determinadas normativas acorde con la seguridad para los niños. Eso requiere juntar recursos porque no contamos con dinero extra para hacer esta inversión”, dijo Acosta a EL TELEGRAFO. Explicó que, para lograr la habilitación del Cenafre, “hay que tener un picadero de 30 por 20 metros, con suelo de tosca y arena, con cerramiento de doble cerca para los animales, una rampa y baños para discapacitados. Ellos realizan las inspecciones y ven si los caballos son adecuados para el trabajo con niños y un técnico especializado recibido por el Cenafre. Nosotros tenemos todo eso, pero nos faltan condiciones para el picadero. Y una vez que tengamos eso, nuestra idea es habilitarlo a más personas”.

Rehabilitación

La docente relató que la rehabilitación a través de la equinoterapia, “trabaja la parte motriz y sensorial con el caballo. Se utiliza, además, para personas que sufrieron un ACV o niños con parálisis cerebral y quedaron con dificultades motoras. El caballo permite una mayor rehabilitación de estos casos”.
Araí cuenta con un stud, cedido oportunamente, en el Hipódromo San Félix. Con el fin de obtener recursos para su readecuación, “hicimos un bono colaboración, que se sorteó con la Lotería Nocturna del 31 de agosto y Sofía Ramos resultó favorecida con el primer premio, una estadía para dos personas en Los Naranjos. El segundo premio, un postre, lo ganó Catalina Gómez”.