El síndrome metabólico es un conjunto de factores bioquímicos, clínicos y metabólicos que conllevan un aumento del riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular o diabetes mellitus tipo 2 y fallecer por ello.
Estos factores agrupan: resistencia a la insulina, exceso de grasa abdominal, aumento de lípidos en sangre, hipertensión arterial, estado protrombótico y proinflamatorio.
La prevalencia varía según qué población se estudie, pero varía entre el 8 y el 37% en adultos.
Síntomas
En la mayoría de los casos no da síntomas; pueden observarse síntomas relacionados a diabetes tipo 2.
La resistencia a la insulina juega un papel central en esta afección. Esta resistencia se produce cuando las células de los músculos, grasa e hígado no responden bien a la insulina y no pueden absorber la glucosa de la sangre fácilmente. Como resultado, el páncreas produce más insulina para ayudar a que la glucosa entre a las células.
Factores de riesgo.
- Aumenta con la edad.
- Obesidad abdominal.
Sedentarismo. - Diabetes del adulto tipo 2 y gestacional.
- Hígado graso no alcohólico, ovario poliquístico y apnea del sueño.
- Enfermedad coronaria.
Complicaciones
Riesgo doble de desarrollar enfermedad cardiovascular y hasta 5 veces más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Diagnóstico
Para efectuar el diagnóstico se deben presentar por lo menos 3 de estos marcadores:
- Obesidad: Perímetro de cintura mayor o igual a 102 cm en el hombre y mayor o igual a 88 cm en la mujer.
- Presión arterial: Mayor o igual a 140/90 o en tratamiento.
- Diabetes tipo 2.
- Triglicéridos; mayor o igual a 150mgr/dl.
- Colesterol HDL inferior a 40 mg/dl si es hombre, o valor inferior a 50 mg/dl si es mujer.
- Realizar historia y examen clínico completo y paraclínica básica.
Recomendaciones para la práctica clínica
Identificar a los pacientes con posible SM.
Valorar y tratar los factores asociados (obesidad, diabetes e hígado graso).
Cambios en estilo de vida con:
- Actividad física al menos 30 minutos al día.
- Abundante cantidad de verduras, frutas, proteínas magras y cereales integrales.
- Limitar la sal y grasas saturadas.
- Mantener un peso saludable.
- No fumar ni beber alcohol.
Es vital: La detección precoz del SM en la consulta médica para incidir sobre los factores asociados y evitar la evolución hacia formas más severas, en especial los eventos cardiovasculares.