Informe de Unesco reconoce que “se hizo mucho por la educación”, según edila

Edila Mabel de Agostini.

La edila del Frente Amplio Mabel de Agostini destacó el informe de la Unesco que evaluó el desempeño educativo de unos 600.000 escolares de tercero y sexto año de más de 4.000 escuelas en 16 países de América Latina y el Caribe, entre ellos Uruguay, donde destacó la lectura y escritura de los estudiantes.
“Si como edila de la Junta Departamental me quedara con los repetidos versos grabados en la memoria de un curul de la oposición, que hasta tedioso se vuelve, diciendo hasta el hartazgo que durante los 15 años de gobierno frenteamplista destruimos la educación pública y que no hicimos ‘nada, nada, nada, nada’ –son cuatro ‘nada’ la frase célebre– y desconociera mi responsabilidad ante la ciudadanía, simplemente diría qué desinformado está o aplicaría aquello de ‘zapatero a tus zapatos’”, dijo a EL TELEGRAFO.
Explicó que siente “la responsabilidad” ante “esta pretendida y mal intencionada mentira” de resaltar “los resultados obtenidos en la evaluación de Unesco, a través del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE)”.
De Agostini señaló que “nuestros estudiantes obtuvieron resultados que sorprendieron hasta la misma Unesco y, en este sentido, importa compartir un pasaje de los comentarios de la asesora, la doctora Carmen Sotomayor sobre Uruguay”. La edila citó que la experta dijo que “‘lo primero que llama la atención es que son muy buenos. Yo creo que eso hay que decirlo porque hay algo allá en Uruguay, yo no conozco tanto la realidad de ustedes, pero hay algo que se está haciendo bien porque uno ve que los resultados son buenos’”.
La docente destacó la circular correspondiente al 29 de marzo, donde la inspección técnica de Primaria identificó el aporte realizado a través de diversos programas en gestiones anteriores como la priorización de la lectura y escritura en el Marco Curricular en 2015, la elaboración de los Cuadernos para Leer y Escribir (CLE) en 2016 con llegada a la totalidad de los estudiantes de Primaria de la educación pública y privada, el “Programa de lectura y escritura en Español” desde 2011 hasta la actualidad o también conocido como Prolee, el Programa Biblioteca Solidaria que trascendió Uruguay, entre otros. Por lo tanto, “es claro que como dice la investigadora Sotomayor en materia educativa en nuestro país en las últimas décadas pasó ‘mucho, mucho, mucho, mucho’, como resultado de valorar a la educación como una inversión en desarrollo humano y comunitario, y no como un gasto”.

Ocho principios

La edila reseñó que “este buen resultado es fruto de una política educativa que comenzó allá por el 2005 y siguió a ritmo sostenido hasta el 2019”. Es una “política educativa humana que encierra los principios de Unesco y de los cuales hay ocho que considero es necesario destacar, porque son derechos de niños y jóvenes que hoy están en riesgo y a corto plazo se pueden convertir en ‘nada, nada nada, nada’. En los 15 años de gobierno nacional frenteamplista, la política pública educativa fue siempre prioridad y motivo de innovaciones culturales y pedagógicas, sin perder el norte y es que la educación es un derecho de todos”.
De Agostini destacó que “este rumbo reconoce al mejor estilo freiriano, que la educación es un acto político –no político partidario entiéndase bien–, y que su misión es transformar, accionar para cambiar realidades. Allí, identificamos por lo menos ocho marcas de nuestra política educativa que seguramente fueron las que hicieron que hoy se reconozca que en Uruguay hay algo que se está haciendo bien, según el ERCE”. Enumeró que la “política edcuativa” desarrollada por la anterior administración “consideró al estudiante como un rostro y no un número, que representa a una persona dentro de un contexto socio cultural económico, que es imposible desconocer y donde los más vulnerados fueron los más comprendidos”. Aseguró que “un cerebro con hambre, no solo de estómago sino también de abrazos, no aprende. Se crearon equipos multidisciplinarios de atención integral, con la priorización de planes nutricionales en los comedores, la atención psicológica y fonológica que ayudaron a detectar en forma precoz estas dificultades”.
Explicó la “expansión de la atención a la Primera Infancia, con integración de las familias al proceso socializador y alfabetizador de sus chiquitos. Para ello se crearon programas como Uruguay Crece Contigo, y se dignificaron los CAIF como verdaderos centros de atención a la primera infancia y la familia, dentro del convenio marco de INAU”. Destacó la entrega de “materiales didácticos para todas las escuelas del país contemplando siempre el 100% de los estudiantes, se incrementaron los sueldos docentes en forma real y los maestros no sufrieron persecuciones. Tuvieron libertad de cátedra y de expresión, porque no se violaron los principios varelianos. Y se crearon escuelas de tiempo completo y tiempo extendido”.