Nacieron en el “Florencio”, triunfaron en el mundo

Hoy se cumplen sesenta y un años de aquel 10 de octubre de 1961. Exactamente a las 21 comenzaron a surgir del escenario los primeros sonidos, las primeras voces de una música nueva.
Nueva porque en la región casi no se conocía, nueva pues tras el silencio inicial. específicamente los jóvenes presentes, algo así como la mitad del público que ocupaba la platea y la tertulia, comenzaron primero a tararear, luego culminaron con un estruendoso aplauso. Habían nacido Los Blue Kings que. muy poco después. serían Los Iracundos, el grupo uruguayo de mayor éxito en el mundo.

“Y la vida, que no se detiene ante nada ni nadie, nos fue dejando sin nuestros músicos de cabecera. Pero nos dejó –y nos corresponde legarla a las siguientes generaciones– su música. La música que sigue siendo bien nuestra, pero a la vez de toda América” –dice una reciente crónica de EL TELEGRAFO.
“Anoche, en esa misma cuadra, ahora reformada, transformada pero esencialmente la misma donde se sigue destacando el Florencio Sánchez, se inauguró una estatua en bronce de Eduardo Franco. Y no, no hubo miles de personas en tal acontecimiento. Estaban –estuvimos– los que tenían que estar. Su familia, sus fans, el público que se reconoce en la música de Los Iracundos, quienes tuvieron la idea y lograron concretar el proyecto, el escultor y las autoridades.”

“Paysandú se merecía y era necesario tener un lugar al que venir y –además de sacarse una foto– recordar a Eduardo Franco”, subrayó el intendente Nicolás Olivera.
María Karlowicz llamó a su hija Giselle Franco para que la acompañara en el micrófono, profundamente emocionada. Ahí está, sentado, en su Paysandú, en esa cuadra donde seguramente sintió los primeros nervios antes de subir a un escenario, el teatro al que volvió para otros conciertos, a lo largo de las décadas.
El escultor Velarde Gil caminaba entre el público, feliz viendo su obra plasmada en bronce. Lo mismo los integrantes de la Comisión Pro Estatua de Eduardo Franco, que lucharon con denuedo para obtener los 17.000 dólares necesarios, afirmó Olivera. Recordó que hace no mucho tiempo el baterista Juan Carlos “Bebe” Velázquez falleció y fue velado en el propio Florencio Sánchez.
“Es un orgullo pertenecer a una tierra que no se ha cansado ni se cansa de dar talentos” como Eduardo Franco y sus Iracundos, que ‘hicieron conocer a este pedazo de suelo en todo el mundo’, sostuvo Olivera.

La estatua fue descubierta y la primera foto fue la que debía ser, con el intendente, su viuda, una de sus hijas y el escultor. Al levantarse, un gesto casi imperceptible de Giselle, que acarició la cabeza de la estatua. Eduardo Franco, lo mismo que el resto de Los Iracundos, están en varias partes. En su música, en los recuerdos de quienes unen partes de sus vidas con sus canciones, en las emisoras que siguen pasando sus creaciones.
Desde anoche, Eduardo Franco también está en estatua, sentado en la semipeatonal de 19 de Abril. De aquí a la eternidad. Como su música”. Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez