EN EL MARCO DE LA 35ª FIESTA DE LA PRENSA: El arte de la canción, desde la mirada de Diego Sosa

La sala 1° de julio de EL TELEGRAFO recibió al cantautor sanducero Diego Sosa, quien brindó una clínica de composición de canciones ante una sala repleta. A pesar de su juventud, Sosa compone desde hace más de dos décadas, y su trajinar por los escenarios sanduceros y de la región lo ubican como uno de los compositores locales más prolíficos y polifacéticos, pues ha incursionado en varios géneros y su contribución al carnaval ha sido destacada más de una vez.
“¿Qué es una canción?”, se preguntó (y preguntó a todos los presentes) Sosa durante el taller. Intentar una definición no es sencillo, pero para el músico la canción “es una expresión cultural que nos trae mensajes, que nos mueve sentimientos, que puede hablar de muchísimas temáticas. Para componer, el método que utilizo es a través de un lenguaje sencillo para que se entienda y la gente lo adopte. Pero por supuesto que hay que saber y aprender sobre estructura para componer una canción”. Y puso como ejemplo a las cuartetas, que son “versos de cuatro líneas y se usan ampliamente. El maestro Aníbal Sampayo fue un gran exponente de la cuarteta y de la rima. Una cuarteta se puede combinar según el estilo de la canción”.
Además, agregó: “yo puedo hablar desde mi experiencia, de cómo yo comencé a componer. Arranqué a hacer canciones y a través de los errores fui aprendiendo. Cuando tuve acceso a algunos materiales y charlando con quienes ya escribían, pude ver de qué se trataba. También me ha ayudado el tocar con buenos músicos y escucharlos. No me considero un escritor, pero existen por ejemplo grupos de escritores, o de poetas, gente que se junta a compartir eso que los apasiona y que a su vez va despertando más inquietudes. En esas instancias se da el que para mí es el mejor ejercicio que puede tener un autor: juntarse con otros. En los grupos de poesía y de escritores se puede aprender mucho”.

EL PROCESO Y SUS VAIVENES

Para el compositor, “cuando uno compone, cuando hace una canción, es un proceso algo egoísta, porque estás solo con tus ideas, con tus pensamientos, nunca terminamos mostrando el ‘antes’ de la composición. Hay patrones y estructuras, pero no deja de ser algo infinito, en el sentido de que podamos darle la forma que queramos. Ahora, si queremos componer para una productora o para que nos pasen en la radio, ahí cambian los formatos. Hoy en día, uno escucha la radio y van pasando las canciones y no te das cuenta, porque muchas canciones parecen la misma, partiendo de la misma base rítmica”, aunque aclaró que hay grises y matices en cuanto a estructuras, y la música menos compleja puede ser altamente valorada: “muchas veces escuchamos ese concepto, erróneo a mi entender, de que la música compleja es mejor que la música simple. Yo discrepo totalmente con esa idea”.
“¿Cuántos músicos han musicalizado poesías? Muchos, lo cual explica que quien escribe no necesariamente tiene que saber música. Me ha pasado, por ejemplo, de tener que musicalizar jingles, teniendo la pauta y todo lo que tiene que decir. En carnaval también sucede mucho eso, el arreglo de múltiples melodías que tienen que unirse en un cuplé o en una retirada”, especifica.

RESPETAR LAS PAUTAS

Durante la clínica, Sosa abordó formatos como el de la cuarteta o la décima, acompañándose de la guitarra para amenizar la noche con canciones que ejemplifican a la perfección los métodos mencionados. “Es importante cumplir con la estructura, con la métrica. Personalmente me ha ocurrido de demorar mucho tiempo en buscar la palabra que explique lo que quiero decir y que cumpla con la estructura. Una vez que conocemos las bases, podemos jugar con lo que tenemos. Lo importante es que no se pierda eso que queremos decir, porque no tenemos las herramientas; en definitiva, las canciones nos acompañan, nos sacan de situaciones en las que necesitamos un desahogo”. La clínica se pensó de manera que los participantes tuvieran la posibilidad de interactuar en todo momento, y se generó la posibilidad de que entre todos compusieran una canción en formato de décima, formato complejo, pero que con la guía de un autor experimentado como Sosa, abrió a todos la posibilidad de convertirse, aunque sea por un ratito, en creadores.