La madera, respuesta para las necesidades de vivienda

Es notorio que pasan las sucesivas administraciones de gobierno y pese a los consabidos anuncios y enunciados de buenos deseos, no se ha concretado una respuesta contundente para reducir el déficit habitacional en lo que respecta a las viviendas de interés social, por lo que los enunciados suelen quedar cortos o solo en el relato.
Se ha mantenido por lo tanto a lo largo de los años este déficit entre la intención y la acción, y no ha sido suficiente el intento de contribuir a que el desfasaje entre la necesidad de acceder al techo propio y los costos de hacerlo, se estrechara y pusiera a la vivienda al alcance de los sectores menos favorecidos de la población.

En este contexto, el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, con Irene Moreira al frente, ha abordado el desafío y al respecto en una de sus visitas a Paysandú la jerarca expresó que “cuando asumimos no llegamos con el ánimo de refundar el ministerio, y por algo todo lo que estaba funcionando bien sigue adelante. Lo que se podía mejorar se mejoró y obviamente queríamos poner nuestra impronta en el gran paraguas que es el ‘Entre todos’. Es un megaplan, donde uno de ellos es el ‘Avanzar’, que se dedica a los asentamientos, y otro es ‘Sueño en obra’ pensado para un público objetivo como la clase media trabajadora, que paga el alquiler pero no llega al ahorro previo para una entrega inicial de capital”.

Mencionó asimismo que hay proyectos de “Sueño en obra” presentados “bajo la modalidad de alquiler con opción a compra. Entiendo que es muy accesible para el público en general, sobre todo jóvenes que se quieren independizar y empiezan a tener su familia. Alquilan por cinco años y después optan por el pago, ya no del alquiler, sino de la cuota de un techo propio”.
Es decir, hay programas que comprenden un amplio espectro, porque precisamente las necesidades tienen un común denominador que se refleja en el déficit entre la oferta y la demanda, pero también hay situaciones y situaciones, y es preciso que la oferta esté acompasada a la gran variedad de posibilidades de la población de acuerdo a los ingresos.
Debe evaluarse que paliar el déficit habitacional, contribuir a erradicar asentamientos, y paralelamente incorporar valor agregado en la industria forestal, son materias pendientes en nuestro país que pueden tener respuesta efectiva a través del proyecto presentado oportunamente por el Ministerio de Vivienda por el que se apunta a promover la construcción de viviendas sociales con madera de industria nacional.

En esta iniciativa se prevé incluso la edificación en altura con este elemento, mediante la Agencia Nacional de Vivienda (ANV), en tanto la titular de la cartera, Irene Moreira, subrayó en su momento que al utilizar esta materia prima se reducen los costos y el tiempo de ejecución de la obra, entre otros beneficios.
La ministra sostuvo que es un objetivo del ministerio promover el uso de este elemento de origen nacional en soluciones constructivas para ampliar el número de viviendas destinadas a fines sociales. Además, señaló que la prioridad del ministerio es buscar alternativas al déficit habitacional en Uruguay y para ello incentiva métodos no tradicionales.

Precisó que con este programa se procura potenciar la industria forestal y añadir valor a la materia prima uruguaya mediante la generación de productos de ingeniería aplicables a la tarea. No es una sorpresa que el plan piloto enmarcado en este programa lo lleve adelante Mevir, como brazo ejecutor del MVOT en la búsqueda de soluciones habitacionales para la población.
En esta línea, el MOVT ha lanzado en las últimas horas un concurso internacional para levantar casas de madera en el marco de iniciativas de interés social en el país. El llamado es tanto para empresas nacionales como internacionales, para construcciones con madera uruguaya en tres departamentos: viviendas en extensión en Tranqueras (Rivera), viviendas en altura en Durazno y una policlínica de salud en el barrio Cauceglia, de Montevideo.

La idea es que estas construcciones sean el comienzo de otras con tecnología de madera a llevarse adelante en forma masiva en el país, y al respecto la secretaria de Estado enfatizó que “esperamos que el llamado permita el uso creciente de este material. La meta es fomentar las casas de madera, masivamente”.
A su vez el presidente de Mevir, Juan Delgado, destacó que el proyecto en Tranqueras consiste en un complejo de 20 viviendas de madera, de uno a cuatro dormitorios, las que “serán viviendas para toda la vida, con mantenimiento”, a lo que se agrega la “urbanización inmediata, saneamiento”, a la vez que indicó que al final del período las viviendas de madera de Mevir serán entre el 8 y el 10 por ciento del total.
La ministra Moreira trajo a colación en la oportunidad que en Japón ya más del 60 por ciento de las construcciones de vivienda son total o parcialmente en madera, en Escocia el 70 por ciento y en Estados Unidos el 85 por ciento, y que Uruguay tiene que ir también en esa línea, considerando las bondades de la madera en términos de cuidado del medio ambiente, ahorro de costos y tiempos de producción, además de ser materia prima de producción de gran volumen en el Uruguay, al punto de que esta disponibilidad es clave para desarrollar “una verdadera industria de la construcción en madera”.

Asimismo, cada vez que comparece ante el Parlamento la secretaria de Estado insiste en la apuesta a la construcción de viviendas con sistemas no tradicionales, a la vez de hacer hincapié en que esto no significa resignar calidad, sino reducir costos y tiempos de producción y construcción.
Entre otras técnicas, se han incorporado desde hace un tiempo el steel framing y el wood framing, que se consideran particularmente recomendables para las viviendas de interés social, y son avaladas por el ministerio a través del Certificado de Sistemas Constructivos, que hasta ahora registra 13 modalidades.

Son archiconocidas y numerosas las ventajas que ofrece la madera en cuanto al confort del ambiente, pero a su vez en nuestro país por regla general no hay cultura de construcción de viviendas en este material en la parte estructural, contrariamente a lo que se hace en muchos países, lo que no tenía mayor relieve en realidad hasta la década de 1990, cuando todavía Uruguay era un país sin árboles y recién habían comenzado las implantaciones de bosques a partir del impulso que le dio la Ley de Desarrollo Forestal.
Pero en el nuevo milenio, sobre todo, se cuenta con muy buena disponibilidad de madera desde los bosques implantados por las empresas que han invertido en el sector, mientras a la vez se ha avanzado significativamente en la investigación en cuanto al tratamiento para dar mayor durabilidad y fortaleza a este elemento en la intemperie.

Precisamente este lanzamiento para empresas nacionales e internacionales para el uso de esta materia prima de origen nacional, apunta a ser un necesario espaldarazo para la masificación de estas construcciones, con el doble resultado favorable de reducir el déficit habitacional social, y a la vez generar incorporación de valor agregado y tecnología aplicada a la madera, para reciclar dentro de fronteras y no seguir exportando materia prima de bajo precio relativo para que el valor agregado se le dé en el exterior.
Y además en ese aspecto, Paysandú tiene mucho para ganar, por ser un gran productor de madera pero además por contar con importantes empresas que pueden convertirse en productoras de insumo para este tipo de construcción.