Más de 200 integrantes de familias de carreros se manifestaron frente al Palacio Municipal

Próximo a las 14 de la víspera, cuando el calor era agobiante en la ciudad de Paysandú, más de 200 personas, integrantes de familias de carreros, marcharon en reclamo a la política de decomiso de caballos por parte de la Intendencia, dirigiéndose al Palacio Municipal donde pidieron ser recibidos por el intendente Nicolás Olivera y el director de Aseo Público, Carlos Batista.

Los marchantes –de toda edad– que llegaron a caballo o tirando de carros tracción a sangre precisaron a EL TELEGRAFO que están de acuerdo en que la Intendencia “retire caballos que se encuentran sueltos, ya que pueden generar serios problemas y accidentes con resultados graves”, pero no aceptan “que se haga lo mismo con aquellos animales que quedan atados en diferentes espacios”. Incluso, expresaron que la Intendencia “otorga 72 horas para que el responsable del equino concurra por él, pero en muchos casos ese tiempo pasa, ya que no somos avisados por nadie de que se llevaron al caballo”. Finalmente, media hora después de su arribo, fueron recibidos por el intendente Nicolás Olivera, el secretario general, Fermín Farinha, y el director de Tránsito, Braulio Alvarez.

LES CORTAN LA PIOLA

“El hecho de por qué vinimos a hacer la marcha es porque no estamos de acuerdo en que se saquen caballos atados en la calle, que están en algún predio o atados a algún cerco, porque se ha visto a gente de la Intendencia que han cortado piolas y subido los caballos al trailer. En eso no estamos de acuerdo, porque si fuera ley debería ser pareja para todos”, ya que “hay gente que son señores que no se los puede tocar y tienen caballos sueltos como en el caso de Nuevo Paysandú, en la entrada al San Francisco, que son caballos de gente que están bien económicamente y no les dicen nada. Y a nosotros que somos unos pobres obreros van, nos cortan las piolas a los caballos y se los llevan”, dijo Sergio Rodríguez, uno de los convocados.

Asimismo, expresó que “la mayoría de la gente que hoy (por ayer) estamos acá reclamando algo es porque necesitamos de los caballos, porque vivimos de eso”.

“Carlos Batista es uno que dice todo por teléfono o por el diario pero no es capaz de venir a pararse acá adelante de toda la gente y explicar bien todo, porque cuando él hizo campaña política en el barrio Curupí, en los hornos, siempre nos aclaró que nos iban a dar una mano en todo y nunca lo hicieron. A nosotros ahora como horneros que somos hasta nos están protestando porque estamos sacando tierra y no es así”.

“Pedimos para hablar y no lo hace, y él es el que está dando palos con los caballos”.

Rodríguez agregó que no todos los caballos son usados para los carros. “Hay gente que también cuida caballos para la marcha a la Meseta, horneros y otros para ir a otros eventos, porque hay animales que si los miran bien están cuidados y gordos. Hay mucha gente que tiene caballos y no los cuida, pero otros sí lo hacemos”, dijo.

“Tuvimos que venir a reclamar así porque cuando precisaron de nosotros de ir a las puertas de los hornos para pedir sus votos muy bien que fueron y ahora nos dan por la espalda porque no nos precisan. Nos dan por la cabeza porque somos unos tristes peludos, tristes obreros que pasamos las 24 horas en el horno con los animales”.

“A ninguno de nosotros nos gusta andar con un caballo al rayo del sol, pasando mal o andar pasando calor. Si tuviéramos un trabajo seguro, un sueldo seguro no andaríamos molestando ni llamando a nadie”, dijo otro manifestante.

“ES UN ROBO”

En tanto, Santiago Rodríguez, vecino de la zona de San Félix, precisó que lo que quieren es “que se saque el decomiso total de los caballos que no tienen marca porque ya van llevando 56 caballos presos, de los cuales 19 desaparecieron”. A esos últimos, dijo, “los levantó un camión del predio y sinceramente nadie sabe quién fue o de dónde es el camión. Queremos que se lleven los que están sueltos, pero si están levantando los que están atados en las veredas prácticamente los están robando, porque si están atados es porque tienen dueño”.

Comentó asimismo que “se le mandó una carta al intendente, a la cual no hubo respuesta y por eso vinimos acá a plantearle esto. Somos de los barrios bajos de San Félix, Curupí, de la Mayea, Esperanza, todo gente obrera que dependemos de los caballos para trabajar y con eso sustentamos la mesa, sacamos para comer, para tirar el día a día. Porque si nos cortan los brazos no nos van a ir a dar de comer tampoco”.

Respecto a la posibilidad de poner los animales en otro lugar, éste indicó que “lamentablemente nos cerraron las puertas al planteo de poner caballos en Corrales de Abasto, ya está ocupado por otro hombre y ahí no nos dejan poner caballos”.

PASAN LAS 72 HORAS

Camila Miranda, vecina de la Mayea, expresó que “en los corrales hay 240 hectáreas y no nos dan ni media hectárea para poner los animales”.

“Lo otro es que cuando ellos se llevan los caballos tienen que avisar a la brevedad posible porque te dan 72 horas para levantarlo y cómo vas a hacerlo así si no te avisan, cómo sabemos nosotros de ese tiempo si la Intendencia no nos notifica. Solo nos enteramos cuando le preguntamos más de dos o tres veces al arriero y si no tampoco. Entonces ellos deberían hacerlo así, porque si no es hurto”, comentó.

“Como verán, somos gente de clase baja que utilizamos los caballos para trabajar en el horno de ladrillos. Nos cortan los pies, nos sacan la herramienta de trabajo con la que damos de comer a la gente, estando al rayo del sol para eso, porque el señor intendente no lo va a hacer, eso es seguro. En mi caso estuvieron a punto de llevarse un caballo mío pero por suerte nos avisaron otras personas, fuimos al lugar donde ya estaban atados y vimos que intentaban subirlo al trailer, pero no lo llevaron porque llegamos justito”, dijo por su parte Jorge Leiva, del barrio Curupí.