Colegio Médico del Uruguay: Desprescribir

El promedio de vida ha ido aumentando en forma progresiva en las últimas décadas fundamentalmente a causa de las condiciones de vida, recursos de higiene, agua corriente, aumento progresivo de redes cloacales, recolección de desechos domésticos y obviamente por los progresos de las herramientas diagnósticas y terapéuticas aportadas por las ciencias vinculadas a la medicina, con lo que se ha logrado optimizar la pesquisa más temprana de enfermedades y tratarlas con recursos más eficientes y la prevención de enfermedades a través de la inmunización con vacunas.

El desarrollo de las nuevas técnicas quirúrgicas cada vez menos invasivas resuelve enfermedades que hasta no hace mucho tiempo terminaban o acortaban la vida de las personas.
La investigación farmacológica ha aportado nuevas drogas terapéuticas que han permitido curar enfermedades o controlarlas de forma eficiente. Como contrapartida, en la medida que las personas viven más, entra a jugar el desgaste biológico y la aparición de numerosas patologías vinculadas al envejecimiento (hipertensión arterial, diabetes, fallas cardíacas, enfermedades articulares, trastornos circulatorios, alteraciones digestivas, trastornos de la memoria, sequedad de la piel, enfermedades renales, agrandamiento de la próstata, dificultades para oír y para ver, dolores diversos) entre otro montón de afecciones posibles.

A medida que pasa el tiempo comienzan a hacerse más frecuentes las visitas a los médicos y como cada quien quiere lo mejor para su salud, cada paciente quiere tener la opinión del médico más entrenado en cada mal y comienzan a multiplicarse la cantidad de especialistas visitados y cada uno intenta resolver o atenuar el padecimiento de cada uno, la mayoría de las veces recetando algún tipo de medicación nueva.

Pasado el tiempo, estos pacientes comienzan a acumular innumerables drogas simultáneas.
Cuando una persona toma más de 3 o 4 drogas diferentes, habrá inevitablemente, interacciones medicamentosas y no es raro ver pacientes que acumulan más de 10 medicamentos diferentes que a su vez llevan a generar intolerancia, o lo que es peor, efectos no deseados con un impacto negativo sobre la salud. Los medicamentos anti-inflamatorios tan frecuentemente usados suelen generar intolerancia digestiva y daño a nivel renal, los antibióticos usados en forma abusiva generan resistencia bacteriana y barren la flora intestinal, los ansiolíticos alteran el nivel de conciencia y riesgo de caídas, y así podríamos seguir, circunstancia donde es necesario concluir que más es menos y que llega la hora de reconfigurar las prescripciones, analizando minuciosamente la real necesidad de cada medicamento y evaluar las interacciones medicamentosas y recomponer el esquema terapéutico.

Llegada esta instancia se hace imprescindible la participación del médico de cabecera o médico de familia, que a través del conocimiento cabal del paciente, de su historia clínica, de su entorno, de su personalidad y con una adecuada consejería personal y familiar, ajusta el plan terapéutico, desecha las drogas superpuestas, ajusta las dosis, recompone conductas, ajusta el estilo de vida para prescindir de ciertas drogas o evita altas dosis, identifica desencadenantes domésticos y ambientales y trata de prescindir de drogas innecesarias, de alimentos nocivos y sembrar confianza en el paciente y la familia para lograr una adhesión óptima a cada una de las indicaciones para optimizar el resultado con la menor cantidad de medicamentos posibles.

Y, en vez de prescribir nuevas drogas innecesarias, desprescribir lo que ya no es necesario, ayudar a corregir los malos hábitos con lo que, menos termine por sumar más en la salud de cualquiera. Dr. César Suárez