Ingreso de capital en sector ganadero tuvo fuerte caída durante el ejercicio 2022/23

Carlos Molina presentó como es habitual, los datos de las Carpetas Verdes.

El ingreso de capital en el sector ganadero uruguayo experimentó una caída significativa durante el ejercicio 2022/23, revela la presentación de los “Resultados del Monitoreo de Empresas Ganaderas Carpetas Verdes”, realizada por el Instituto Plan Agropecuario (IPA). Esta disminución, que alcanzó el 52% en dólares corrientes y un impactante 57% en moneda constante, representa el cuarto peor resultado del siglo.

La situación contrasta con el ejercicio anterior, 2021/22, que fue catalogado como el mejor de la serie. La brusca caída del ingreso de capital, pasando de U$S 129 a U$S 62 por hectárea, aún se mantiene un 10% por encima del promedio de los últimos 22 años. Sin embargo, al ajustar estos números a moneda constante, la realidad se torna más cruda, ubicándose como la cuarta peor cifra en lo que va del siglo.

El ingeniero agrónomo Carlos Molina, encargado de la presentación, destacó que esta abrupta disminución se atribuye a varios factores, entre los cuales destaca la evolución del tipo de cambio, el clima, la producción y los precios. Estos elementos han afectado negativamente a las 138 empresas ganaderas seguidas en el programa Carpetas Verdes del IPA.
El análisis del IPA divide las zonas productivas en litoral norte y Este del país, así como en dos sistemas de producción: ciclo completo y establecimientos criadores. En todos estos casos, se observa un descenso del Producto Bruto, un aumento de los costos y una consiguiente caída del ingreso de capital.

En particular, los establecimientos que deben pagar arrendamiento de una porción del predio son los más afectados, con una disminución del 70% anual en el ingreso de capital.
La situación varía según el tipo de establecimiento, siendo la baja en el ingreso de capital de los predios de ciclo completo del 54-55%, alcanzando unos U$S 60 por hectárea en la comparación de los dos últimos ejercicios. Por otro lado, en los criadores, la disminución es algo menor, alrededor del 50%, gracias a que el precio del ternero sufrió una caída menos aguda que el del novillo gordo.

Molina advirtió que los primeros meses del ejercicio 2023/24 se presentan como “desafiantes”. A pesar de que el clima ha sido favorable, se anticipa una disminución en la producción de terneros debido a la sequía durante el entore. Además, los precios evolucionan por debajo de los del ejercicio anterior, el dólar se mantiene debilitado y hay una menor capacidad financiera en el sector.
En los primeros cuatro meses del ejercicio 2023/24, el precio medio de exportación de la carne vacuna se contrajo un 20% anual, mientras que el del novillo gordo cayó un 24% y el del ternero un 14%.

Estos indicadores reflejan los desafíos persistentes que enfrenta el sector ganadero uruguayo en medio de un contexto económico y climático desafiante.

EXPORTACIONES

En otro orden, Molina se refirió a “qué pasó con la exportación” de la carne vacuna que tiene mucho que ver con los precios del ganado gordo y de la reposición. Recordó que “en el ejercicio 22/23 los precios fueron inferiores al año anterior (21/22) que fue récord. No obstante, el ejercicio 22/23 fue de precios relativamente correctos y en el entorno de los U$S 4.600 la tonelada”. Ese es el primer dato de referencia en este período 22/23.

“Entonces, en moneda corriente fue un año de menores precios que el anterior, que había sido excepcional, pero continúan siendo precios altos y adecuados”, agregó. Dentro del ejercicio 22/23, “el novillo cuarta balanza, salvo los dos primeros meses, tiene precios por debajo del anterior, con un promedio del 15% inferior”. Con el ternero el valor “fue 25% menos que en la zafra 21/22”. La zafra corresponde a los meses de marzo, abril y mayo, que es cuando más ejemplares se venden del millón que se comercializa.

En ovinos, el cordero faenado tuvo un comportamiento muy parecido al novillo, dado que el inicio de la zafra 22/23 tuvo un valor superior a la de 21/22, pero luego cayó por debajo en un 18% en promedio.

DÓLAR E IPC

Molina también se refirió al dólar, que “es una variable importante pero no determinante en los resultados”. Durante el ejercicio 21/22 comenzó el proceso a la baja que continuó en el 22/23. Vemos “un dólar perdiendo valor frente al peso y en forma sostenida. En 22/23 el promedio fue 7,8% inferior al ejercicio anterior”.

Asociado al tipo de cambio se encuentra la variación del Índice de Precios al Consumo (IPC) que en el ejercicio tiene un comportamiento descendente y termina con una inflación promedio 6%, lo cual “se asocia negativamente con el 7,8% de caída del dólar, lo que hace que los costos de las empresas tengan un crecimiento solo por esa relación”. En resumen, tuvimos un clima complicado, los precios que bajan, un dólar que juega en contra, comentó Molina.

Si se analiza el efecto que el tipo de cambio y la inflación tienen en precio del novillo, en 22/23, en moneda corriente, fue el segundo mejor valor en los 22 ejercicios, pero en moneda constante cayó al lugar 13, “un precio bastante débil”, subrayó, algo similar a lo que se vio en el ternero.