Un grupo de hurgadores que solicitó una reunión con la empresa Sandeco, ocupada del tratamiento y reciclaje de residuos dentro de la planta ubicada en el predio del vertedero municipal, finalmente no logró su objetivo. EL TELEGRAFO pudo constatar, tras una hora y media de espera en el terreno, la ausencia del referente de la empresa que no llegó hasta el lugar a cielo abierto. Los hurgadores, que realizan la recolección allí, reclamaron por la “promesa de puestos de trabajo en la empresa”, en tanto consideran que los operarios llegan desde la ciudad de Paysandú a trabajar en la planta.
Relataron que algunos hurgadores llevan “20 y otros hasta 30 años en el lugar” y han presentado sus reclamos “varias veces pero no hay respuesta porque los ‘caracoles’ –camiones recolectores– ingresan a la planta y no dejan nada para recolectar, cuando nosotros vivimos de esto. Llevamos la comida para los animales y ahora es cada vez más escaso”.
Sin sorpresas
El secretario general de la Intendencia, Fermín Farinha, había señalado a EL TELEGRAFO que la planta trabaja a pleno y todo el servicio de recolección va a dicho espacio. El intendente Nicolás Olivera resolvió la puesta en marcha de la disposición final de los residuos en la máquina encapsuladora. “Incluso, cuando firmamos el convenio con el Ministerio de Ambiente para el cierre definitivo de este vertedero, suponía avanzar en la constrrucción de la planta y el cambio del formato de gestión. En esa línea se viene cumpliendo”, dijo Farinha.
Recordó que la nueva gestión había sufrido retrasos por desperfectos en la máquina y luego de la última tormenta, que voló las chapas del galpón. “Pero una vez reparado se había anunciado que esto iba a llegar. No debería ser sorpresa porque ya se había planteado un cambio de rumbo”.