La artista sanducera Adriana Santana, quien reside en Palmas de Mallorca, España, ha cumplido cuarenta años de trayectoria, desde su Paysandú natal, donde comenzó con 14 años, hasta el presente, como una destacada cantante, compositora, profesora, como artista en definitiva.
La mayor parte de su carrera la realizó fuera de su Paysandú siempre presente. Primero se trasladó a Punta del Este como cantante de la Banda de Maldonado dirigida por el maestro Mario Maldonado.
Con Uruguay Promotion Center liderada por Gustavo Pugeiro viajó a Japón, donde su voz hizo camino. Luego obtuvo un gran espaldarazo cuando José Luis Rodríguez la incorporó en su coro, y con su banda recorrió –como se la suele escuchar– cinco continentes, siempre con base en Miami, donde estaba la sede artística del cantante venezolano. La sanducera recuerda siempre ese período como una etapa dorada de su carrera pues pudo además conocer otros grandes artistas, por caso Chayanne y Armando Manzanero.
Cumplida esa etapa, ya en Palma, comenzó a crear espectáculos con su hijo, el percusionista Santiago Giraldi, recorriendo de nuevo muchos países, caso de Suecia, donde fueron recibidos por la asociación de uruguayos La Peregrina, Alemania, Dinamarca, República Dominicana, Turquía y Marruecos en pleno desierto, en una de las experiencias artísticas fundamentales, siendo apasionada de la cultura, quizás a partir de las primeras enseñanzas que recibió en Paysandú, de parte de otro querido artista sanducero, el maestro Héctor Pintos Tognola.
Adriana Santana, tras cuarenta años de trayectoria, que se inició en otro rubro, en la belleza, como reina del Club Colón, a sus 14 años, sigue adelante. Actualmente ensaya con el maestro Benjamin Habichuela, un virtuoso del flamenco. Recordado por sus actuaciones junto a artistas como Paco de Lucía y Camarón.
El nuevo desafío de Adriana Santana, para el ya cercano verano boreal será participar de un latin flamenco show que se estrenará en España, y posteriormente podrá salir de gira internacional.
Claramente el flamenco con su cante, su base rítmica y su baile, es tan español que para quienes no lo son, resulta dificultoso. Pero la sanducera le ha buscado la vuelta incorporando con el maestro Habichuela el sentido latino, que tan bien conoce.
Hay riesgo en su nueva propuesta, pero en ese permanente aprendizaje que la caracteriza, este giro en su carrera será otro logro. Una voz definida y particular para el bolero como para el tango, la cumbia y lo melódico, ahora va por el flamenco, con un viraje latino, pero sin desconocer las raíces de la bulería.
Han pasado 22 años desde su llegada a España, ha obtenido premios tan destacados como el Estrella de Berlín, pero no ha dejado de soñar con volver a Paysandú, a cantar para su gente, a encontrarse con su gente, seguramente a despedir a aquellos que ya no están, como su gran amiga Nelly María Vigil.
Y allá lejos mantiene raíces uruguayas, por ejemplo a partir de la Asociación Uruguaya de Música, Arte y Cultura de Palma, de la que es presidenta, que cada 24 y 25 de agosto realiza grandes encuentros, del que participan no solamente músicos uruguayos sino también de las más de cien colectividades que residen en Palma. Uruguay para el Mundo se denomina esta producción, con la que Adriana Santana y los otros integrantes de la asociación destacan la cultura uruguaya, la musical pero también la gastronómica.
Para muchos Adriana Santana es casi un enigma, desde que hace mucho tiempo que no está en su tierra. Pero su trayectoria es clara y extensa, desde el Coro Polifónico de la Intendencia, desde la Banda Municipal, desde aquella actuación como artista invitada en Así Canta Paysandú. Ha llevado –y siempre con orgullo como no deja de repetirlo– el nombre de su Paysandú por el mundo. Los artistas esenciales son así, siempre apegados a sus raíces.
Han pasado cuatro décadas y la carrera de Adriana Santana sigue sin pausa, buscando nuevos desafíos. En este verano boreal se internará por el flamenco con acento latino. Ojalá en un futuro cercano algún escenario sanducero la tenga como protagonista. Bien merecido será. E.J.S.
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