
El Ride Gastronómico se efectuó bajo la coordinación de la directora de Desarrollo Productivo de la Intendencia de Paysandú, Antonella Goyeneche, y se entregaron certificados a los participantes en los cursos de Diseño e Innovación en Empanadas, dictado por la chef Marisa Sclavo. Además, se entregaron certificados del curso Terrori Sanducero & Maridaje de sus Vinos, brindados por el chef Ian Escobar y la enóloga Carolina Falcone.
Sclavo resaltó los distintos “niveles de conocimiento dentro de los participantes, el afán de aprender y las ganas de tomar el conocimiento y de transmitirlo para el desarrollo de sus empresas. Eso ha sido lo más importante. No solamente estaban aprendiendo la parte gastronómica, sino el interés en proyectarse y hacer cosas distintas para atraer un público diferente. La parte de innovación presentó ideas con algún delivery diferente, poder hacer un catering con las mismas propuestas y creo que el concepto que quedó armado es muy positivo”.
La chef destacó “la diversidad de los participantes aunque, obviamente, son mayoría las mujeres que llevan adelante este tipo de acciones que son más independientes. Hubo grupos familiares y que, de hecho, al curso lo hicieron en familia para ver la proyección del emprendimiento y mejorar”.
La capacitación comenzó “desde la parte de higiene hasta innovación, pasando por todos los aspectos para que se lleven un conocimiento de la realidad de la gastronomía de hoy. Es una posibilidad para crecer en sus pequeños emprendimientos y hacerlos mayores. De hecho, de estas conversaciones ha surgido la motivación de abrir un local fijo para la búsqueda de una fuente laboral”, dijo a EL TELEGRAFO.
Recordó que hace 25 años que trabaja para Inefop, “pero este grupo ha puesto muchas expectativas en el curso y ganas de poder absorber conocimientos y demostrarlo después. Es una propuesta que habría que intensificar para que los asistentes puedan desarrollarla. Porque no tenían tanto conocimiento en la parte de tecnología de los alimentos, de temperaturas, tiempos de cocción y de frituras. A veces, son aspectos técnicos que se aprenden en cursos de hotelería pero no se aprenden en un curso de cocina básico”.
En esta área efectuaron tres cursos de unas treinta personas por la capacidad de la cocina del Comedor Universitario, “con la participación activa de todos los asistentes, porque no era una clase demostrativa”, concluyó Sclavo.