
El pasado viernes el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) presentó un programa para líderes locales con “visión global”. La presentación fue realizada en el Espacio Cultural Gobbi y estuvo a cargo del director ejecutivo de esa institución, el economista Ignacio Munyo.
De acuerdo con lo informado por nuestro diario, “la iniciativa, conocida como +Uruguay, apunta a la mejora de la gestión para fortalecer la democracia. En el evento, ante un grupo de representantes sanduceros, Munyo indicó que “existe una necesidad” en la primera atención ciudadana en todo el país, por lo que se concentraron en concretar una “propuesta” para llenar ese vacío. Y así como se incuban empresas y emprendimientos, desde Ceres se busca “incubar líderes públicos, locales, con vocación de servicio”. “Esto es clave para Uruguay”, dijo. (…) Pese a que Uruguay goza de “democracia plena, la única en América del Sur”, se presentan “desafíos permanentes (…) Si la democracia no logra cumplir con su objetivo central, que es solucionarle los problemas a la gente, no complicárselos, darle servicios de caridad, la gente empieza a descreer del sistema”.
En la página web de +Uruguay se encuentra importante información sobre esta iniciativa: destacándose que “será un programa innovador e independiente de formación concebido como una incubadora de líderes locales con visión global, con el propósito de mejorar la calidad de nuestra democracia. Para ello, +Uruguay ofrecerá un programa de estudios amplio y gratuito dirigido a todas aquellas personas interesadas en involucrarse activamente en la gestión pública local. El objetivo será formar líderes plurales, con vocación de servicio y herramientas concretas para generar un impacto positivo en la sociedad”.
Entre otros conceptos, se destaca que “el programa se compromete incluir a todo el espectro político, sin importar la edad, la región geográfica o el género de los interesados. (…) El plan de estudios, concentrado en comunicación y gestión, buscará mejorar la formación de líderes departamentales y municipales, con responsabilidades de gobierno que afecten la vida cotidiana de los ciudadanos y el desarrollo regional, ocupándose directamente de diversos servicios de la comunidad”.
En un país en el cual lo urgente termina ser priorizado por encima de lo importante, la propuesta de +Uruguay adquiere un especial valor. Se trata nada más y nada menos que pensar el Uruguay “con luces largas”, con políticas públicas de estado que superen los períodos de mandato y los peligrosos impulsos refundacionales que muchas veces rigen la actividad de los servidores públicos. Obtener los votos necesarios para acceder a un cargo electivo es el primer paso, pero no basta con sentarse “en el sillón” y mandarse a hacer tarjetas personales. La responsabilidad que encomendamos a esos representantes necesita una capacitación mínima para poder desarrollar una gestión eficaz, eficiente y beneficiosa para la comunidad y para el país. Como sucede en cualquier trabajo hay que capacitarse y ya no alcanza con el “tengo condiciones”. En política ocurre lo mismo. Primero los políticos tienen que adquirir esos conocimientos y luego aplicarlos. Hay que entender de leyes, del ordenamiento jurídico en general, de historia, de relaciones sociales, de relaciones entre instituciones, etcétera. Si queremos poner al país en el mapa mundial actual, necesitamos que nuestros gobernantes locales estén preparados y a la altura.
El hecho que los inspiradores del programa sean los expresidentes José Mujica, Luis Alberto Lacalle Herrera y Julio María Sanguinetti, cuente como referente a Enrique Iglesias y un comité consultivo político integrado por Lucia Topolansky y Juan Martin Posadas muestra la pluralidad de la iniciativa. Es reconfortante comprobar que a pesar de las “fake news”, la polarización entre posiciones políticas y los cada vez más frecuentes discursos de odio, aún existen en Uruguay ideas, instituciones y personas que apuestan a un sólido camino de construcción en el corto, mediano y largo plazo. Al fin y al cabo, esta iniciativa constituye un verdadero “capital país”, cuyos frutos beneficiarán no sólo a quienes participen de sus valiosas instancias sino también a todo el país, ya que se trata de una clara apuesta a dotar de herramientas a la primera línea de la democracia a nivel territorial. Claramente se necesita una nueva forma de hacer política que incluya capacidad de lograr acuerdos, transparencia, objetivos claros una capacidad de gestión que entusiasme e involucre a los votantes, destinatarios de todas las acciones que se lleven adelante por quienes han sido electos o lo serán en mayo de 2025. Lamentablemente en Paysandú tenemos la situación del municipio de Porvenir en el cual dos administraciones departamentales de distinto signo político y el alcalde Ramiro Ayende no han sido capaces de lograr un diálogo fluido y constructivo y mucho menos de lograr acuerdos, mientras la que la que sufre la consecuencia es la población de ese territorio.
Adquirir conocimientos de diseño y evaluación de políticas públicas, así como habilidades para trabajar en equipo o gestionar conflictos son áreas importantes en la gestión de un edil departamental o de los integrantes de una alcaldía. Si a eso se le suma capacitación en cuanto a la comunicación, así como temas tales como las reglas de la transparencia, la ética y la ley o las campañas electorales, nos estamos refiriendo a un valor agregado que sumará valor a la gestión de nuestros representantes.
El mundo ha cambiado dramáticamente en los últimos años y todos los actores de la sociedad han tratado de transformarse para adaptarse a unas nuevas reglas de juego cuya dinámica es abrumadora y requiere permanentes cambios. No se puede seguir poniéndole parches o atando con alambres situaciones que requieren soluciones de fondo. Es hora que los líderes locales sanduceros adquieran una visión global de Paysandú y que eso se traduzca en una gobernanza más eficiente, eficaz, moderna y exitosa. Ojalá que así sea.