Sesión especial de la Junta por el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”

En una sesión especial, que fue presidida por Patricia Vásquez Varela, a quien el presidente de la corporación Alejandro Colacce cedió el lugar especialmente por la fecha a recordarse, se conmemoró el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”. Para la ocasión, estaban presentes ediles de las tres fuerzas políticas, aunque del Frente Amplio había solo 10 de 14 en sala.

La sesión comenzó con las palabras de la presidenta, quien agradeció la presencia de autoridades nacionales, de la alférez Samahia Garrido del Batallón de Infantería Mecanizado N°8, y de la directora de Promoción Social de la Intendencia, Guadalupe Caballero. En tanto, fue presentada la escritora sanducera Valentina Etchebarne “quien ha puesto en relieve en sus poemas la importancia del trabajo contra la violencia hacia las mujeres”.

Etchebarne dijo que su libro, llamado “Lo que falta”, publicado hace cuatro años “está compuesto por una recopilación de poemas y relatos autobiográficos que escribí a lo largo de cinco años de mi vida, que habla de amor, de la pérdida, de la soledad, así como muchos de ellos están estrechamente relacionados con el tema que nos convoca”.
“No quiero aburrirlos con un discurso demasiado extenso ni perderme entre palabras, sino que mi deseo es como ha sido siempre apuntar a la sensibilidad y conectar con la emoción, porque cuando nos sentimos identificados con algo generalmente logra tocarnos una fibra a un nivel más profundo. Y creo que este es un tema que nos atraviesa a todos por igual, no respeta partidos políticos, clases sociales, profesiones, ni franja etaria, porque muy probablemente todos conocemos a alguien que ha pasado por una situación de este tipo”.

EL CICLO DE LA VIOLENCIA

Asimismo, Etchebarne desarrolló el concepto del ciclo de la violencia definido por la psicóloga y académica estadounidense Lenore Walker, resumido en tres fases secuenciales: el aumento de la tensión, el incidente agudo de agresión y “la luna de miel” o etapa de conciliación; y explica cómo las mujeres llegan a ser víctimas y cómo, a raíz del comportamiento manipulador y dominante del agresor, en muchas ocasiones no intentan escapar ni denunciar.

En la primera fase, “el agresor dirige miradas y gestos críticos que asustan a la víctima, castiga dejando de hablar, provocando largos silencios, niega lo que la otra persona dice o hace, manipula la situación, ridiculiza a la otra persona, su cuerpo, su trabajo, sus preocupaciones, ejerce control y desvalorización. Se enfada si la otra persona intenta dialogar o cambiar la situación. La víctima recibe el mensaje constante de que su percepción de la realidad es incorrecta, empieza a dudar de sí misma, no sabe si todo lo que vive es grave, real o no; se culpabiliza de todo lo que pasa, minimiza la atención cumpliendo con el cuidado del hogar, la familia y la mascota, intenta evitar situaciones que hagan enojar al agresor sin conseguirlo. Pierde la autoridad, el autocuidado y la autoconfianza; siente vergüenza, culpa, no se valora”.

La segunda fase es cuando el agresor hace estallar la violencia de varias formas: psicológica, sexual, económica, ambiental y física. “Destruye el entorno amado por la víctima, la acusa de infidelidad, da portazos, patadas a objetos, grita, amenaza, levanta la mano, llega a herir físicamente a la víctima, amenaza con hacerle daño si lo cuenta, y amenaza con autolesionarse o suicidarse. La víctima ante esto siente pánico, el miedo la deja paralizada, le cuesta o directamente no puede pensar o reaccionar, si puede hacerlo intente pedir ayuda”, dijo la sanducera.
Luego viene la tercera fase, cuando el agresor “dice arrepentirse, llora, pide disculpas, promete cambios, se vuelve afectuoso, gracioso, amable, hace actos románticos y regalos, tiene relaciones sexuales con la víctima sin imponer, promete que irá a terapia y buscará ayuda, y ese entusiasmo lo mantiene positivo. Ante esta conducta la víctima se desconcierta y accede a perdonar, aunque sienta que las promesas nunca se cumplen. Siente algo de esperanza y le da la oportunidad que le ha pedido, minimiza las situaciones de violencia que vive y refuerza la culpabilidad, lo justifica. Por último, retira la denuncia o la ayuda pedida y a partir de entonces el ciclo empieza otra vez”, precisó.

Etchebarne manifestó que todo esto “puede que nos resulte evidente, tan claro, pero estar en la situación y vivirla en carne propia es otra cosa, es mucho más difícil y complejo de lo que podemos imaginar y escapa a nuestro entendimiento. Por eso resulta tan importante no juzgar y no culpar a la víctima por no irse de ese lugar, por no dejar a esa persona, no es que no quiera, es que simplemente no está pudiendo”. Posteriormente, dio lectura a su poema “Amor violento” en que describe de forma precisa el ciclo.

MÁS CONCIENTIZACIÓN

“No vine a presentarme como víctima sino como autora, a mostrar de alguna manera que el dolor puede ser transformado en otra cosa, y también a defender y reivindicar la escritura como una fuerte herramienta de descarga y por ende como un camino de autoconocimiento y liberación. De poner afuera lo que no podemos decir de otra manera, para que no se nos quede trancado en la garganta”, indicó.

Por su parte, dijo aprovechar la ocasión para “hacer énfasis en la necesidad de seguir en las campañas de información y concientización, de promoción de líneas de denuncia, de espacios y medidas de apoyo a víctimas, así como también para poner sobre la mesa que la prevención no pasa solo por tratar de llegarle a la mujer víctima de violencia, sino también de llegarle al hombre que está ejerciendo la violencia. Porque aunque logremos que una mujer salga de esa situación, si no hacemos nada para intentar que ese hombre tome consciencia y deje de ejercerla, siempre habrá otra víctima y el ciclo se volverá a repetir”.

Considerando que la casa es la primera escuela, “un niño o niña que se críe en un ambiente violento aprenderá a vincularse de esa manera y tendrá inevitablemente tendencia a repetirla”.
“Necesitamos profesionales que pongan el foco en crear políticas públicas para que el violento deje de ejercer violencia, además de seguir trabajando por y para las víctimas”, manifestó la escritora, aplaudida por los presentes.

Por su parte, los ediles María Barreto del Frente Amplio, David Helguera del Partido Colorado y Luciana Osaba por el Partido Nacional tuvieron a su cargo la oratoria correspondiente a la fecha.