Con una reunión el martes en el Centro de Investigación y Experimentación “Dr. Alejandro Gallinal” (Ciedag) en Florida, comenzó a funcionar un proyecto para la validación de la cría de perros Maremma en predios familiares con ovinos, cristalizándose con la firma del convenio entre los cuatro productores seleccionados, siendo uno de ellos del departamento de Paysandú.
En el país ya hay más de 300 perros Maremma entregados entre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y la Central Lanera Uruguaya (CLU), quienes llevan adelante este proyecto junto al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
El ingeniero agrónomo Javier Frade, técnico del SUL, señaló a EL TELEGRAFO que “son productores que han demostrado ser afines a la crianza de los perros y han tenido éxito”. Los mismos son cuatro pequeños productores familiares de Paysandú, Flores, Maldonado y Treinta y Tres.
Deben existir criadores particulares “porque no vamos a poder en las instituciones con esta temática de entrega de los perros a largo plazo. Por lo tanto, lo que sí queremos es que existan en el mercado y haya oferta de perros criados como debe ser, con su etapa de climatación con las ovejas, que es una de las particularidades que tiene esta raza para cumplir su rol”, afirmó.
Y enfatizó que por eso la elección de estos productores, “donde sus perras paran los cachorros dentro de la majada desde el primer día, garantiza el éxito de los futuros criadores que reciban estos perros y los introduzcan en sus ovejas, porque la demanda que tenemos actualmente supera la oferta”.
Los productores que son parte del proyecto “tienen la ventaja de que se les brindan todos los insumos, como la comida para la alimentación de los cachorros, los insumos veterinarios y la realización de caniles para hacer una crianza como corresponde, con los protocolos que se les brindaron”.
La primera camada para los productores les fue entregada gratuitamente. “Las siguientes camadas serán propiedad de estos productores y como nosotros hacemos la difusión –por ejemplo la Grifa Verde en las empresas de esquila–, los productores que realicen bien este proyecto serán recomendados por nosotros, porque el productor que adquiera los cachorros deben tener la garantía de que esos perros Maremma nacieron con ovinos”. Y para esto, aclaró que es importante que “antes de abrir sus ojos a los diez días de nacidos, estos cachorros sientan el olor de la oveja y la madre, lo que garantizará el éxito”.
Explicó que recibieron tres cachorras y en el caso del productor que no tenga macho, se le entregó uno. “Además, todos los insumos y la atención veterinaria se incluye en el proyecto. Hasta que entreguen esa primera camada, se estima que el proyecto durará unos 16 a 18 meses”. Aclaró que todos los perros que nazcan “estarán chipeados y le vamos a estar haciendo un seguimiento, especialmente en las líneas, para que no haya cruzamiento entre las mismas sangres”.
BUSCANDO UNA SOLUCIÓN
El ingeniero agrónomo Andrés Ganzabal, investigador principal en ovinos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), con sede Las Brujas, manifestó al programa “Actualidad Agropecuaria” de Canal 4 de Paysandú, que “son siete u ocho años de trabajo tratando de solucionar uno de los principales problemas que tiene el productor ovejero de todo Uruguay”. Se refirió al “de pequeña escala que va emergiendo con su sistema de producción eficiente, o los productores tradicionales de todas partes del país, que tienen una problemática común que es el control de los predadores”.
“Hoy hablamos de un 89% de productores que han recibido perros, y después de ocho o diez meses de tenerlo están en condiciones de decir que la herramienta ha sido buena para el control de los predadores”, significó el profesional. Se trata de la “masificación” de la disponibilidad de perros. “Son cuatro criaderos que se los abastecerá de material genético y herramientas de control de los mismos”, dijo.
Los Maremma son perros pastores que en el mundo se utilizan hace miles de años para cuidar ovejas y que en Uruguay recién se comenzaron a usar cuando la ovinocultura estuvo en jaque por depredadores y abigeato, explicó el especialista.
BUEN RESULTADO
Marcelo Hernández es un productor del departamento de Maldonado, quien posee cuatro perros actualmente, dos adultos y dos cachorras que ya están trabajando en el campo, y destacó que el resultado “ha sido bueno”. Sostuvo que dan muy buen resultado “siempre que se los atienda, porque no son para largarlos en el campo y olvidarse, porque por lo menos hay que preocuparse por ellos hasta el año y algo. Haciendo los deberes (impronta) como mandan los que saben, todo funciona bien”.
Comentó que su problema más importante al estar cerca de un pueblo eran las jaurías, algunos zorros, caranchos y el abigeato, pero al tener los Maremma se le “terminaron los inconvenientes”. Sobre el carancho, indicó que “al parir la oveja y el perro acercarse inmediatamente, esta ave ya no baja a matar el corderito”.
Recordó que en un momento pensaba abandonar la producción de ovejas y con la aparición de los Maremma se terminaron los problemas: “Ahora tengo más ovejas”. Señalaba el 50% y ahora se acercó al 100%.
Como anécdota, relató que su primera perra parió al mismo tiempo que las ovejas: “Parieron las ovejas dentro de un galpón, en donde también estaba la perra, y ésta adoptó un cordero y le daba también de mamar. Era muy especial ver cómo la perra salía con sus perros al campo acompañada del cordero, que era uno más de la familia”. “Era algo de no creer”, acotó.
EL PERRO NO ES PELIGROSO
Néstor Silvera es productor de la Quebrada de los Cuervos, y ve con muy buenos ojos la presentación de este proyecto, más allá de reconocer que “todavía hay gente que no está convencida que un perro dentro de las ovejas no es un peligro”.
En base a su experiencia y la problemática con los zorros, explicó: en primera instancia “le mataban más a los vecinos que a mí. Pero después que mi vecino llevó una perra Maremma, comenzaron a matarme los corderos en mi predio, a tal punto que en una sola parición me mataron 60 corderos, y después en enero me mataban los borregos de 60 kilos”.
Eso determinó que consiguiera un perro. “Cuando estaba pariendo la majada tenía cinco meses y me costaba creer que con esa edad me protegiera las ovejas, porque las ovejas estaban en 300 hectáreas, divididas en tres potreros. Y ese año me mataron solo dos corderos en la zona de la orilla”.
Ya el año pasado Silvera no constató ningún cordero muerto. Lamentablemente, “por cuidarlo le hice un mal al perro. Andaba una perra alzada de un vecino, y por no dejarlo suelto porque tenía que salir, lo dejé atado y me lo agarró un enjambre de abejas y me lo mató”. Ahora con este proyecto, ya recibió tres cachorros que volverán a recorrer su campo e impedir que los zorros maten sus corderos.