El 5 de octubre de 2016, la Intendencia convocó a los medios para que estuvieran presentes durante la entrega por parte de la Policía de 80 bicicletas (40 fueron retiradas ese día), que de estar incautadas en la Seccional Segunda pasaron a manos de la comuna.
En la cita, la directora de Promoción y Desarrollo, Margarita Heinzen, y el director de Deportes, Julio Logiurato, explicaron que el acuerdo establecía que las bicicletas serían reparadas en los Faroles Comunitarios y la Escuela Departamental de Ciclismo, a los efectos de ser utilizadas en el velódromo y así fomentar la práctica de la disciplina. Y, de paso, se introduciría a los chicos de los Faroles Comunitarios en el oficio de la reparación de los birrodados.
Agustín Margalef, responsable de la Escuela Departamental de Ciclismo, fue quien había trasladado la idea a la Dirección de Deportes, iniciándose así el trámite correspondiente con la Policía, que recibió la propuesta de la mejor manera.
El propio Margalef, acompañado por Logiurato, eligió las bicicletas ubicadas en el depósito de la Seccional Segunda en aquel momento, para que luego fueran trasladadas al velódromo a los efectos de comenzar a ser reparadas. Aquel día de octubre se entregaron 40, y otras tantas al día siguiente.
SIGUEN ESPERANDO
Pasaron seis meses y las bicicletas siguen donde se dejaron. Es más: no solo no se arregló ninguna, sino que varias fueron robadas del velódromo.
Los birrodados fueron ubicados en primera instancia en el túnel de acceso al centro de la pista, pero luego de que se constatara que varios habían sido robados se decidió por parte de quienes trabajan en el lugar llevarlas a los vestuarios, donde todavía permanecen. El motivo de que las bicicletas sigan esperando no es otro que no hay herramientas necesarias para hacerlo, bajo la orientación de Margalef. Al exciclista le hurtaron hace algún tiempo su caja de herramientas (valuada en unos 500 dólares), y si bien pidió la compra del material a la Dirección de Deportes y ésta inició el trámite, todavía no hay novedades.
Alguna herramienta se ha acercado al responsable de la Escuela Departamental. Muy poco por parte de la Intendencia (prácticamente nada, según se aseguró), y algo más por intermedio de particulares. Pero no alcanza. Y el monto total de las herramientas pedidas es menor a los 5.000 pesos.
Logiurato, al ser consultado al respecto, confirmó y lamentó que “faltan las herramientas, aunque están pedidas”. Margalef, en tanto, corroboró la situación y también que “hubo algunos robos”, ya que las bicicletas “estaban en el túnel porque no teníamos dónde dejarlas, y las trasladamos a los vestuarios, donde habíamos hecho unas duchas para los gurises de la escuelita, y están bajo llave”.
Si bien el expedalista espera poder iniciar la tarea luego de la Semana de la Cerveza, las bicicletas siguen esperando desde hace seis meses. Se retiraron de la Seccional Segunda, se anunció el destino y los objetivos de la donación, pero lo cierto es que nada pasó. Y si alguien reacciona a tiempo como para poder finalmente sumergirse en la tarea como espera Margalef después de la Semana de la Cerveza, habrá que ver dónde se dejarán las bicicletas que logren repararse porque la realidad es que hoy el velódromo no cuenta con las instalaciones necesarias para ello.
