El río bajó su cauce y el Club Remeros intenta volver a vivir. Después de varias semanas con las instalaciones devoradas por el agua, es tiempo de realizar la limpieza profunda para volver a recibir a los socios y poner en marcha todos los servicios.
Es un volver a empezar, otra vez. Como sucede cada vez que el río sube su cauce, El Remeros es una de las primeras víctimas y lo sufre.
Ayer se retomó la limpieza, intentando lo antes posible sacar el barro y la mugre que inunda la planta baja de la institución, que ni siquiera tuvo tiempo para lucir a pleno la nueva pintura de su fachada.
“Recién se habilitó la luz, y estamos en medio de la limpieza. No sabemos cuándo vamos a habilitar todos los servicios, pero pensamos volver lo antes posible. Esperamos que la próxima semana la piscina vuelva a estar en funcionamiento, porque hay que calentar el agua”, explicó el presidente del club, Mauro Goldman.
La secretaría de la institución volverá a funcionar en el club a partir de mañana, y para el jueves se convocó a una reunión de socios con la finalidad de evaluar cuál es la realidad del Remeros tras la creciente, y presentar alguna alternativa para llevar adelante la recuperación.
“Vamos a contarle a los socios cuál es la realidad sobre todo financiera, y vamos a lanzar un bono colaboración para ayudar a que todo vuelva a rodar”, dijo el presidente.
Mientras, algunos socios, funcionarios y parte del plantel de remo ayudaban en las tareas de limpieza, que se prolongarán durante los próximos días, buscando que todo vuelva a funcionar normalmente cuando antes
Club Remeros: otra vez volver a empezar
