Engorde de corderos, “un negocio con retorno muy alto respecto al capital invertido”, dijo Grattarola

El engorde de corderos es una actividad “con un retorno muy alto respecto al capital invertido”, señaló el ingeniero agrónomo Marcelo Grattarola durante su exposición en la edición 45ª de las Jornadas Uruguayas de Buiatría, realizadas en Paysandú, donde aseguró que “esto es una realidad hoy, aunque se proyectan otras opciones de mercado”.
Para el técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), en Paysandú, es “una opción tecnológica bien ajustada y con distintas alternativas productivas”, en donde “la terminación de los corderos propios mejora el negocio ovino de manera integral”. De todas maneras, sostuvo que la zafralidad del precio del cordero “es limitante para una oferta más continua durante el año”, entendiendo que es necesario “acercar” las partes y establecer una cadena productiva más fluida”. Y acotó que se requieren “recursos humanos de calidad e infraestructura adecuada”.
En su exposición, el profesional sanducero se refirió a la terminación de corderos destetados de servicio de otoño, que son los mayoritarios que se dan en Uruguay. Para eso, recordó que el Cordero Pesado SUL “surge en 1996, ante la crisis de la lana, para potenciar la producción de carne sobre la base de los sistemas ya existentes y con los genotipos más difundidos en Uruguay, mejorando la producción de carne, pero preservando la producción de lana”.
En ese momento se definió el producto y hasta el día de hoy se mantienen similares parámetros, como son la utilización de todas las razas existentes en Uruguay. Los corderos deben ser de menos de 13 meses (2 dientes) y un peso de faena variable, entre 34 y 47 kilos, con una condición corporal de terminación de 3.5 individual.
A eso se suma un largo de la lana de 1 a 3 centímetros, que sean machos castrados o enteros con menos de 7 meses y las hembras sin preñez. Respecto a las ventajas tecnológicas y comerciales, citó el corto período de terminación, varias alternativas de engorde, menor pisoteo y sin meteorismo, y la adaptación a varios nichos productivos. A su vez, presenta una serie de ventajas comerciales que lo hacen atractivo en la mayoría de los años, como ser la demanda durante todo el año, precio “piso” previsible y seguro, adelantos financieros, alta rentabilidad, rápido retorno y bajo nivel de riesgo. Para Grattarola, “es necesario atender algunos factores que son clave para el éxito de este negocio como: sanidad de ingreso al engorde, loteo en grupos uniformes por peso, monitoreo permanente de las parasitosis interna y control de la evolución de peso del lote”.
ZAFRALIDAD DE LA DEMANDA
En Uruguay se concentra la demanda, que se traduce en precios mayores hacia fines de invierno y primavera. “Como consecuencia, se produce un cordero tarde en primavera, con una serie de ventajas desde el punto de vista productivo y económico, con mayor peso a la terminación, mayor cantidad de lana y menor costo de alimentación”, dijo. En cuanto a las alternativas de engorde, Grattarola presentó algunas con las que se logró un buen ajuste de la tecnología. “Para la terminación en pasturas mejoradas, con pastoreo controlado por horas, se concluye que una pastura de alta producción puede engordar 25 corderos por hectáreas con 4 horas de pastoreo con subdivisiones en 4 franjas”. Otra alternativa bien ajustada es el uso de verdeos invernales por horas, con energía en forma de grano. “El objetivo es obtener un cordero pesado a fin de invierno, con una dotación de 25 animales por hectárea, en pastoreo de cuatro horas por día y por la tarde. Como energía se suministran 300 gramos de sorgo en comederos de “autoalimentación”, con tasas de ganancia de 140 gramos por día”, acotó.
ALTERNATIVAS
Con el crecimiento de la agricultura y la obligatoriedad de establecer los Planes de Uso y Manejo de Suelos del Ministerio de Ganadería, aparecen miles de hectáreas de puentes verdes entre cultivos, que presentan una importante oportunidad para el engorde de corderos.
“El objetivo es el engorde en 100 días, con una carga de 10 corderos por hectárea, el pastoreo permanente en 4 franjas, con tasas de ganancia de 120 gramos por día. Se destacan las ventajas de menor compactación y menor pisoteo con el pastoreo de corderos respecto de terneros”, aclaró.
Otra alternativa interesante de verano son los sorgos BMR, por la seguridad en la implantación y la carga que soportan, que se convierten en una herramienta fundamental para producir muchos kilos de carne en una época difícil como es el verano. La entrada al pastoreo es en 45 a 60 días y la utilización durante 110 días a una carga promedio de 40 corderos por hectárea. “Las ganancias en sorgo se ubican en 70 gramos por día y se duplican por suministro de harina de soja en dos veces por semana”.
En cuanto al cultivo de soja, surge como una alternativa posible, por la relación entre el costo del cultivo, la carga que soporta y la ganancia de peso. Es preciso destacar el mayor riesgo por una mala implantación en suelos no adecuados, lo que para el sorgo es un factor menos limitante. El objetivo es producir un cordero precoz pesado, con entrada al pastoreo a los 60 días y una utilización durante 90 días a una carga de 30 corderos por hectárea. Esto permite una ganancia de 130-150 gramos por día. Finalmente se presentó el engorde en semiconfinamiento. En esta alternativa, se pretende que el campo natural suministre la energía y se complementa la proteína con ración. Se debe planificar la posibilidad de diferir forraje de otoño a invierno seleccionando el potrero adecuado. La carga en el campo natural se ajusta a 10-15 corderos por hectárea, según forraje acumulado. Se suministra una ración con energía y proteína a razón de 500 gramos por cordero y por día. Se esperan tasas de ganancia de 130 a 150 gramos por día.
EL APORTE
Respecto al aporte que realiza el negocio de engorde, Grattarola mencionó que se analiza el margen bruto por cordero, por medio de un caso real en un puente verde de raigrás durante 2015, con raza Ideal. Se ajusta un precio de venta más bajo, correspondiente a 2016. Con esos parámetros reales, el ingreso bruto fue de 70 dólares por cordero. Por otro lado, los gastos que generó este negocio fueron de 49 dólares, 38 del valor del cordero más 6 de gastos y 5 de alimentación. El margen fue de 21 dólares por cordero, lo que frente a una inversión de 49 dólares, el retorno fue de un 43%, que se considera muy alto.
En este caso, se realizó una capitalización con idea que quedara una ganancia similar para ambas partes. “De esta manera podríamos tener una visión de cadena productiva con ventajas adicionales más allá del negocio en sí”, explicó.
“Los beneficios adicionales para el criador serían bajar la carga en su predio y así mejorar otra categoría ovina o vacuna. Para el que engorda, de esta manera no es necesario que compre y se asegura el ingreso de corderos sanos y de buena genética”, finalizó.