“Vuelve atrás la mirada, piensa en los tiempos pasados; pide a tu padre que te lo diga y a los ancianos que te lo cuenten” (Deuteronomio 32,7). La cita bíblica que tomamos de la obra “Paysandú vuelve atrás la mirada”, de Susana Gonçalvez y José Rivero Horta, sintetiza el espíritu de lo que hemos planteado reiteradamente desde estas páginas en el sentido que, al igual que la educación, la historia debe ser un tema de Estado a nivel sanducero. Como bien sabemos, las experiencias pasadas son un elemento de mucha importancia a la hora de tomar decisiones de futuro.
A modo de ejemplo, podemos mencionar que en este momento se generan situaciones preocupantes en torno a una de las grandes industrias del Paysandú de los años 50.
En este momento no es necesario abundar sobre el tema en particular, pues es nuestra intención insistir sobre la imprescindible necesidad de formalizar el estudio y la difusión de la historia de Paysandú fuera del punto de vista oficial, es decir, municipal y, precisamente, crear una academia de historia sanducera, lógicamente encabezada por el gobierno departamental, pero integrada por todos aquellos organismos públicos y privados que se interesen en este valioso aspecto de la actividad local.
Desde hace por lo menos una decena de años, la conducción y en consecuencia la difusión de la historia sanducera ha sido inadecuada, cuando no inexistente y, sin dudas, descuidada en muchas oportunidades mientras que la recuperación patrimonial es bastante auspiciosa.
Repasemos en lo acontecido últimamente en ese sentido. “En 15 días comienza obra de recuperación del Astor”, titulábamos pocos días atrás: “En ‘unos quince días’ comenzará la obra de recuperación del cine Astor, que cuenta con un presupuesto de siete millones de pesos, cinco provenientes de un Fondo de Infraestructuras Culturales del Ministerio de Educación y Cultura, y dos millones aportados por la Intendencia Departamental de Paysandú”.
“Así fue anunciado por la Intendencia Departamental de Paysandú al Grupo Astor, en una reunión realizada anoche en Paysandú Innova, de la que participaron –en nombre de la Intendencia– la directora general de Promoción y Desarrollo, Margarita Heinzen, y el asesor Andrés Piaggio.”
Los mismos técnicos, en presencia del intendente departamental Guillermo Caraballo, informaron a la Fundación de Amigos del Teatro Florencio Sánchez la realización de diversas tareas de mantenimiento y, seguramente, la restauración del cielorraso desprendido para permitir la reapertura de nuestra sala magna, hoy clausurada.
Asimismo, el presidente de la Comisión de Patrimonio Cultural de Paysandú anunció que se procurará la declaración de monumento histórico para el balneario municipal. El arquitecto Rubens Stagno dictó una conferencia sobre el tema indicando: “Hace tiempo que vengo pensando que la ciudad se puede revitalizar a través de valorar, jerarquizar esculturas, murales que estén presentes y otras pequeñas intervenciones que yo les llamo ‘operaciones de cirugía’; eso daría otro aspecto a la ciudad, la mejoraría estéticamente y sería un atractivo para ofrecer al visitante, porque me parece que lo primero que hay que ofrecer, si nos proponemos ser un departamento turístico, es una ciudad atractiva”.
Pese a que hay algunos desconocimientos y omisiones, bien se puede considerar que en este sentido se está actuando lento pero adecuadamente.
En lo que hace a la investigación histórica, no tenemos conocimiento de ninguna actividad a nivel oficial y, es tan poca la atención que se le presta a este aspecto que ni siquiera se ha difundido el completo informe elaborado por los técnicos designados por la Universidad de la República sobre la ubicación de la Villa de la Purificación.
No podemos decir lo mismo de algunos investigadores privados como, por ejemplo, los autores del libro que aludimos al comienzo de esta nota y otros que, en muchos casos, han publicado sus trabajos en nuestras páginas.
No somos partidarios de las comparaciones, pero ¿qué podemos decir después de leer esta información? “Con diversos actos y un conjunto de anuncios, Fray Bentos celebró dos años de la declaración del Anglo como Patrimonio de la Humanidad. En ese marco, por recomendación de la Unesco, la Intendencia de Río Negro realizó una investigación subacuática en el río Uruguay en el área desde donde se fundó Fray Bentos. El equipo de investigación estuvo encabezado por los arqueólogos Alejo Cordero y Valerio Buffa, de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, y el geógrafo español Francisco Martín, que trabajaron junto a la arqueóloga Andrea Castillo, referente de la Intendencia en el área”.
Lo único que podemos decir es que los sanduceros seguimos “sin mover un dedo” para que Purificación, la “Capital de los Pueblos Libres”, así como el Perímetro defensivo de Paysandú, la “Nueva Numancia”, “la Troya americana”, porque lo es, sean declaradas Patrimonio de la Humanidad en un acto tan justo como lo fueron en su momento las nominaciones de Colonia y del Frigorífico Anglo.
Por otra parte, los museos de Paysandú han sufrido una inexplicable transformación. Ni siquiera mencionaremos el Museo de la Tradición ni el “Museo de la Defensa” que estaba en el hoy clausurado Mausoleo a Leandro Gómez. Veamos el Museo Histórico Municipal hoy transformado en una suerte de sala de exposiciones y depósito, fuera de la vista del público, de cientos y cientos de piezas de enorme valor histórico local. Especialistas nos han indicado que se ha tomado inadecuadamente la técnica de “muestras especiales” que son complementos específicos de un conjunto museístico y no el museo en sí.
A su vez, la “moda” de realizar espectáculos en los museos ha ido desviándose y nos encontramos que en el Monumento a Perpetuidad se realizan presentaciones que finalizan en una muestra de falta de respeto y educación, porque no hay que olvidarse que es un cementerio, por más que se lo trate como museo. Allí descansan muchos de nuestros antepasados, ciudadanos de este solar que nos precedieron y no es una sala de teatro o un escenario de rock.
En una instancia convocada por la Comisión Departamental de Patrimonio Cultural de Paysandú y la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, se realizó un taller de sensibilización acerca del patrimonio cultural inmaterial. En la oportunidad fueron sugeridos como patrimonio inmaterial sanducero la música litoraleña, La Covacha, Marcha a Salsipuedes y el Chajá. Tras revisar las disposiciones y criterios de la Unesco, aparece como muy correcta la inclusión de la música litoraleña, quizás debería también mencionarse la música de Los Iracundos, que alcanza mayor difusión a nivel mundial, quizás no sea justo nombrar una agrupación cuando el candombe apareció en Paysandú en las últimas décadas del siglo XIX y ha habido –y hay– tantas y tan buenas agrupaciones.
En realidad no corresponde que polemicemos sobre este tema, sino que definamos, de una vez por todas, la imperiosa necesidad de crear una Academia de Historia de Paysandú al estilo de las que funcionan muy bien, como la de Uruguay (Montevideo) y Argentina (verdaderamente federal).