La Justicia resolvió el procesamiento de un hombre al cual se estaba investigando por someter a sus bajos instintos a su propia hija de 7 años. El hecho ocurrió en la ciudad de Quebracho y fue denunciado a mediados de mayo. En tanto, el proceso de investigación demandó al menos tres meses, y finalmente resultó procesado con prisión por desacatar una orden judicial.
Información confiada a EL TELEGRAFO permitió saber que el hombre, de 29 años, fue denunciado por su pareja. Ella se presentó en la Comisaría Sexta junto a sus pequeñas hijas y de acuerdo a su relato la mayor de las niñas le había contado que cuando quedaba sola con su padre, éste la obligaba a realizar actos de naturaleza sexual. La primera medida adoptada por la Policía fue concurrir al domicilio de la familia y conducir en calidad de indagado al sujeto, alojándolo en una celda de seguridad. En conocimiento del juez de Paz, correspondiente a la jurisdicción de Quebracho, se dispuso que quedara detenido y se derivara el caso a la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y de Género. El siguiente paso fue la intervención tomada por el juez penal de Cuarto Turno, que resolvió que la menor fuese vista por el forense y que la policía indagara a la maestra de la menor, la madre y demás allegados.
En tanto, el detalle más escabroso llegaría de la propia declaración del sospechoso. Al parecer éste habría indicado que en ocasión de que su pareja había ido a trabajar y él quedó a cargo del cuidado de las niñas, cometió actos obscenos con una de ellas. De acuerdo a esa versión, dijo que mientras mandó a una a limpiar el dormitorio, ordenó a la otra niña que fuera hacia el baño donde se aprovechó de su inocencia. Luego de ello, la obligó a continuar con la limpieza de la cocina. Además, habría indicado que en varias ocasiones la hacía mirar pornografía a través de varios dispositivos electrónicos.
EL RELATO A LA MAMÁ
La pequeña, completamente aterrorizada, ya que su padre la habría amenazado, narró a su madre lo que había pasado y que ya sucedería desde hacía un tiempo. Según su relato, los ataques ocurrían siempre que estaban solos y en el baño de la finca; y que su padre le decía que solo era con ella porque era la mayor de las hermanas y sabía que no contaría nada. Asimismo, la madre indicó que su pareja no permitía que la niña visitara la casa de sus abuelos porque eso no le haría bien, ya que dejaría de pasar tiempo con su familia.
La justicia penal dictaminó que el hombre, que cuenta con antecedentes penales –aunque debido al parentesco con su víctima, EL TELEGRAFO se reserva dar a conocer su identidad–, recuperara la libertad mientras continuaban las actuaciones, pero exigió que se retirara del domicilio y se le prohibiera acercarse y/o relacionarse con su familia por el término de 90 días. Siete días después, la madre de la niña denunció haber recibido varios mensajes de voz y de texto en que su expareja le expresaba que quería despedirse de ellas porque se mataría, lo que también repicó hacia un familiar, alegando su inocencia en el hecho.
Personal policial, en un trabajo de contención, logró comunicarse con el hombre y negociar para que desistiera de su plan de suicidarse. Una vez que se hizo presente en la comisaría, manifestó que nadie creía en su inocencia. En esta oportunidad, el juez penal de turno dispuso su procesamiento sin prisión por un delito de desacato al violar las medidas cautelares impuestas.
Pero el hombre no desistió de su plan y comenzó a seguir a su expareja e hijas por la ciudad y nuevamente fue denunciado. En ocasión en que iban circulando por la calle, el sujeto se les acercó en una motocicleta y otra vez, cuando estaban esperando para entrar a la escuela, lo vieron merodear a menos de 20 metros de distancia.
En esa instancia, la denunciante logró filmarlo con su celular, por lo que el caso fue presentado en la justicia penal y se dispuso su procesamiento con prisión por un delito continuado de desacato.