Movilidad eléctrica para todos

Un proyecto de ley plantea prohibir la importación, fabricación y armado de vehículos —autos, motos, camiones y ómnibus— propulsados por motores de combustión interna hacia 2030. La iniciativa, presentada por el senador Pedro Bordaberry, también propone prohibir la circulación de vehículos impulsados por motores de combustión interna en base a combustibles fósiles puros o mezclas a partir del 31 de diciembre de 2035.
El argumento de este planteo del senador colorado, que pasó bastante desapercibido, se basa en la existencia de una matriz energética cuyo 33% es renovable y la utilización del excedente de energía disponible para estimular el consumo mediante la utilización de autos eléctricos.
Señalaba el senador colorado que el país tiene “una situación de producción excedentaria de energía eléctrica, sin perspectivas de corto plazo de cambio de circunstancias que permitan dar un destino redituable a esa energía no utilizada, lo que implica un costo de oportunidad para el país de más de 100 millones de dólares”.
El planteo apunta a favorecer a los autos eléctricos, cuya venta se espera que aumente en los próximos años, a medida que los costos vayan bajando. Podrá parecer una utopía pero lo cierto es que existe un movimiento mundial hacia la introducción del transporte sostenible con la sustitución de los autos a combustión por autos híbridos o totalmente eléctricos.
Aproximadamente 2 millones de autos eléctricos ya circulan en el mundo, aunque más del 90% de ellos está concentrado en 10 países desarrollados. Un caso singular es el de Noruega, cuyo parque automotor está compuesto en un 33% de este tipo de vehículos, aspecto en el que notoriamente influyó la decisión gubernamental tomada en la década del 90 al dar incentivos para la compra de este tipo de automóviles, además de invertir en estacionamientos, puntos de cargas y hasta autopistas exclusivas para este tipo de vehículos.
En América Latina la situación es heterogénea y existen países como Costa Rica, Panamá, Brasil y Argentina que han introducido –o lo están haciendo— legislaciones para favorecer la introducción vehículos híbridos o eléctricos.
Uruguay no se queda atrás y desde que el expresidente Mujica asumió transportado en un auto eléctrico hasta el presente, han ocurrido algunos movimientos interesantes en la introducción de este tipo de transportes.
La ministra Carolina Cosse ha resaltado en varias oportunidades que el Ministerio de Industria fomenta la movilidad eléctrica en el país, en particular en el transporte público y de cargas, objetivo que une también a UTE, la Intendencia de Montevideo y a las empresas del transporte.
El año pasado, dicho ministerio y Cutcsa dispusieron el funcionamiento de un ómnibus eléctrico, a la vez que dicha secretaría de Estado también presentó un “modelo económico” para masificar el uso del taxi eléctrico e impulsar la transformación de la flota de transporte hacia ese sistema. En tanto, UTE dispone de 60 camionetas eléctricas y también ya circulan 20 taxis eléctricos en Montevideo.
Por su parte, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravillla, ha sostenido que “no hay ningún tipo de barreras para convertir el transporte hacia el sistema eléctrico, es la siguiente revolución” y que en cinco años Uruguay tendrá un punto de recarga cada 60 kilómetros para transporte eléctrico, lo que fue promocionado como la primera “ruta verde” de América Latina.
Esta red irá en una primera etapa desde Colonia al Chuy y dispondrá de puestos de recarga cada 60 kilómetros en las carreteras principales, cerca de lugares específicos como estaciones de servicio o supermercados. La primera de esas estaciones se inauguró el verano pasado en Punta del Este.
En este contexto, recientemente se informó que el grupo interinstitucional gubernamental integrado por la Dirección Nacional de Energía, UTE, Ancap y los ministerios de Economía y Transporte, está preparando una serie de estímulos para que las empresas cambien sus flotas de vehículos adquiriendo movilidad eléctrica. El cuello de botella para la adquisición de vehículos eléctricos es el costo de compra, que es mayor al de un vehículo a combustión. No obstante, en ciertos sectores como el transporte la ecuación cierra por el ahorro sobre la cantidad de kilómetros recorridos, lo que permite amortizar la inversión. Además, para los primeros taxis hubo una subvención de 10.000 dólares por UTE y cuentan también con importantes incentivos de la Intendencia de Montevideo, tales como la reducción al 50% en el valor de la chapa y la exoneración de patente para taxis eléctricos. En el caso de los vehículos utilitarios, el costo se compensa con la posibilidad de utilizar la Ley de Promoción de Inversiones y la exoneración de IRAE.
Son justamente esos incentivos lo que están volviendo atractivo el cambio en estos sectores pero la movilidad eléctrica de los particulares todavía parece lejana y para un usuario particular aún hay diferencias muy importantes en el costo de adquisición de un vehículo a combustión y uno eléctrico.
En este sentido, resulta alentadora la previsión de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que sostiene que para el año 2022 y para los consumidores, los vehículos 100% eléctricos van a tener un costo que estará a la par de un auto a combustión.
La disminución de la contaminación y de gases que producen el efecto invernadero es un argumento sumamente válido a la hora de pensar en la movilidad sostenible, pero en países como el nuestro no son suficientes para impulsar un cambio en la matriz del transporte doméstico.
Si bien los autos totalmente eléctricos están comenzando a incorporarse al mercado uruguayo –por el momento hay una sola marca que los vende— contando con el incentivo de la aplicación de un 5,45% de Imesi (frente a porcentajes del 20% al 40% para los demás vehículos), el desarrollo de la automoción eléctrica a nivel masivo no será posible sin mayores subsidios gubernamentales y, además, se requerirán mejoras e introducción de infraestructura.
Si hay que aumentar los impuestos de importación a los autos a combustión para favorecer los eléctricos, o si hay que transformar los autos hoy circulantes a híbridos o eléctricos o si las demás intendencias otorgarán similares beneficios que la de Montevideo a sus primeros vehículos eléctricos, son temas que se vienen.
Quizá sea muy temprano para poner una fecha de caducidad a la automoción pero es indudable que las decisiones que en esta materia tome el gobierno en el futuro cercano será definitoria en muchos aspectos y el tema estará presente en nuestras discusiones y decisiones de compra no tan lejanas.