“No sé qué controles hay para el combate de perros sueltos en el campo”

“Sinceramente no sé qué controles existen para el combate de los perros, porque se controla el ganado, las guías, pero no a los cazadores”, dijo a EL TELEGRAFO el productor que debió soportar el pasado sábado que varias ovejas y dos carneros de su establecimiento cercano a Piñera murieran por el ataque de tres perros que, además, mataron a varias más de su campo y predios vecinos.
Citó que su campo se encuentra a unos 5 kilómetros del río Queguay Grande y a 8 kilómetros de Piñera en línea recta, “así que la única posibilidad es que esos perros sean de cazadores. Pasan muchos por acá y los viernes de tardecita se ve a las camionetas pasando por la calle, tirando un carro con más de 10 perros, pero cuando vuelven del monte, quedan algunos sin rumbo, no sé si lastimados, pero cuando se recuperan, después hacen este tipo de destrozos”, dijo el ingeniero agrónomo Carlos Hiriart Azzato.
Expresó que en los 57 años que lleva la familia en la zona, “a esos dos potreros nunca había llegado el problema de los perros. Ves que es una amenaza muy grande y que por ahora todo se basa en discursos, pero al sector ovino, realmente, no se le ve solución”.
Aclaró que ese campo en línea recta a Piñera –el centro poblado más cercano– está a unos 8 kilómetros. “Pero para venir de ese lado y hacer esos 8 kilómetros, los perros deberían haber pasado cinco o seis majadas de otros productores, por lo que me da la impresión que se trata de perros abandonados en el monte”.
CRONOLOGÍA
El viernes de tarde, la gente de estancia “El Porvenir” en las cercanías de Piñera, haría un cambio de majada de potrero. “Alrededor de las 17.30, me llama uno de los muchachos, explicándome que había una oveja mordida, pero al estar bastante retirado del casco, decidieron retornar, para volver a ese campo en las primeras horas del día siguiente”, explicó Hiriart.
“El sábado se encontraron que en ese mismo campo había muertos tres carneros y unas cuatro ovejas mordidas, que ya se estaban muriendo. En el potrero al lado, en donde había unas 270 ovejas, 10 estaban muertas, unas 15 mordidas bastante graves y alrededor de 10 que tal vez se recuperan”, acotó.
“Los muchachos que trabajan en el establecimiento me indicaron que llegaron a ver los perros y les pedí que se quedaran quietos, que algo tenía previsto realizar. Gracias a la coordinación con mis primos que están en la zona y a los que también les mataron algunas ovejas, pero en menor cantidad, fue que rápidamente se pudieron eliminar estos perros, porque si no, pasaban de nuestro campo a los vecinos y continuaban con la matanza”, dijo el productor.
De los tres perros, dos eran hembras y un macho. “Imaginate si hacés una proyección de esas dos perras de aquí a dos años, se transformaba por lo menos en 20 perros más, por lo menos”, subraya.
EVALUACIÓN
Al evaluar en forma primaria las pérdidas para los datos que se proporciona a la Policía, explicó que las ovejas muertas estaban preñadas “y tenían fecha de parición para la próxima semana. A eso debe sumarse que son ovejas nuevas, que están con varios kilos de lana arriba, a 7,50 u 8 dólares. Y que además tenían varios años más de vida por delante”.
Sostiene que “estaríamos arrancando de un precio estimado de U$S 2.600, pero que si se proyectan para adelante a tres años más de lana y carne, se duplica fácilmente este monto”.
Además, Hiriart y el personal estuvieron toda la semana anterior brindando una toma preparto, “que es muy recomendada en esta época del año. Ordenando la majada, limpiando y mirando ubres y cómo estaban las ovejas previo a la parición”, expresó.
Destacó el trabajo de la gente que trabaja en la estancia y de los vecinos que tomaron rápidamente una resolución y se logró matar a los perros. “También la rápida llegada de los efectivos de la 11ª seccional que concurrieron inmediatamente al llamado”, dijo.