Un asunto a atender

El cambio climático es un tema de preocupación mundial pero los pasos tendentes a atenderlo en toda su extensión caminan lentos. Para peor, un país que podría contribuir mucho en ese sentido, desde que cambió el gobierno en enero pasado, no lo está haciendo y amenaza con dar por tierra los esfuerzos anteriores. Además, su presidente, se burla de la situación.
El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, bromeó el jueves por la noche sobre el calentamiento global “aprovechando” que una ola de frío de hasta 40 grados bajo cero se ha extendido por el norte del país. “En el Este, podría ser la Nochevieja más fría de todos los tiempos, tal vez podríamos usar parte de este calentamiento global que hace que únicamente nuestro país estuviera a punto de pagar miles de billones de dólares para protegerse. ¡Abríguense!”, tuiteó el presidente estadounidense.
El multimillonario de 71 años siempre ha sido escéptico sobre el cambio climático, incluso hablando, antes de ser presidente, de una “invención” de China. Esta última salida de tono la escribió desde el resort Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, donde pasa unos días de golf, a unos 22 grados Celsius.
Este tuit ha desencadenado una avalancha de reacciones de los usuarios de Internet y científicos que trataban de explicar el cambio climático al presidente de Estados Unidos. “El cambio climático es muy real a pesar de que ahora hace frío fuera de la Torre Trump”, dijo Jon Foley, director de la Academia de Ciencias de California, en Twitter. “De la misma manera, todavía hay hambre en el mundo, incluso si acabas de comer una Big Mac”, agregó.
Después de su llegada a la Casa Blanca, Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo climático de París diciendo que destruiría la industria y millones de empleos. La administración de Trump también eliminó el cambio climático de la lista de “amenazas” para Estados Unidos y recuperó la extracción de carbón. Después de China, Estados Unidos es el mayor emisor de gases de efecto invernadero en el mundo. En su momento, Trump dijo que abandonar el Acuerdo de París ayudará a las industrias de petróleo y carbón de su país y a la generación de empleos.
“No queremos que otros países se rían de nosotros. No lo harán. Fui elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburg, no de París”, afirmó el mandatario. Trump añadió que “es hora de poner Youngstown, Ohio, Detroit, Michigan, Pittsburgh, Pennsylvania antes de París”.
Está claro que el tema no da para mucha broma ni para ningún tipo de pedantería, ni para nacionalismos, muy al estilo Trump. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), 2017 debería ser el año más caluroso jamás registrado en todo el planeta. El pasado octubre fue el segundo mes de octubre más cálido registrado, y esos registros datan de la década de 1880.
Los primeros 10 meses de 2017 fueron, según la NASA, los segundos 10 meses más cálidos, segundos después de 2016. Este año es probable que esté entre los tres años más cálidos en casi 140 años de que se tenga registro, según el Weather Channel. De los ocho años más cálidos, todos han sido desde 1998, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Los números son contundentes. Los ocho años más cálidos, en orden: 2016, 2015, 2014, 2010, 2013, 2005, 2009 y 1998.
Además, según publica CNN, el 97% de los científicos climáticos que han publicado artículos sobre el cambio climático creen no solo que el mundo se está calentando, sino también que el calentamiento es muy probable debido a la actividad humana.
La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, que debería empezar a aplicarse en 2021, se agrega a la falta de desarrollo del marco acordado para luchar contra el cambio climático. Es más, los reglamentos para hacerlo tendrán que esperar a la cumbre de Polonia a fines de 2018, la fecha tope que marca el propio acuerdo. Los temas más polémicos sobre transparencia o contabilidad de las emisiones de cada país siguen abiertos.
La principal discusión –que se dio en la Cumbre del Clima de Bonn en noviembre pasado– se centró en los intentos de los países en desarrollo para conseguir asegurarse que los gobiernos de los estados más ricos y su sector privado pongan sobre la mesa los 100.000 millones de dólares anuales para financiación climática comprometidos con el Acuerdo de París. Ese monto está pensado para que los países con menos recursos puedan poner en marcha estrategias de mitigación (recortes de emisiones de gases de efecto invernadero) y adaptación a los efectos negativos del calentamiento.
El otro punto sobre financiación que ha bloqueado las negociaciones ha sido el Fondo de Adaptación, que los países en desarrollo no quieren que se elimine cuando se aplique, a partir de 2021, el Acuerdo de París. Este fondo se creó con el Protocolo de Kioto, que estará en vigor hasta 2020, cuando el pacto de París tomará el relevo.
Mientras tanto el clima y la incidencia humana en él continúan realizando sus acciones. El tiempo pasa y en cada verano, cada invierno, siempre hay signos patentes de un cambio climático.