Osepi reveló en la Junta que si no hay solución para febrero, comenzaría el remate de PILI

La Junta Departamental de Paysandú se comprometió anoche a “realizar gestiones por intermedio de la Comisión de Asuntos Laborales y Seguridad Social del cuerpo, al más alto nivel ante los ministerios de Economía y Finanzas, Ganadería, Agricultura y Pesca, Industria, Energía y Minería, Trabajo y Seguridad Social, UTE y BPS, junto a los diputados departamentales y el intendente departamental, a fin de lograr modificaciones consistentes a los efectos de recuperar la rentabilidad de la industria y la cuenca lechera del departamento y de la región”.
La Junta interrumpió el receso anual, en concordancia con el artículo 6 del reglamento interno, que habilita a establecer una sesión extraordinaria “cuando así lo exija la consideración de un asunto grave y urgente”, para recibir a dirigentes sindicales de la Organización Sindical de Empleados de PILI (Osepi), quienes plantearon la crítica situación que vive la industria láctea sanducera, con peligro de cierre y efecto dominó hacia las otras compañías del mismo núcleo empresarial.
En la declaración aprobada al final de la sesión, con 29 votos afirmativos en 30 ediles presentes, se destacó además que “las fuerzas políticas del departamento, representadas en este ámbito, acompañan el proceso de gestión y la solicitud realizada por los involucrados ante tan difícil situación”. Asimismo, se reconoció “el papel jugado por el Banco de la República, liderando el club de bancos para lograr el espacio de tiempo para encontrar una solución a la problemática de PILI”. También apoyó “el planteo realizado por el director nacional de Trabajo, Jorge Mesa, en busca de una solución que contemple los intereses de todas las partes involucradas”.
CAPACIDAD PARA PROCESAR 400.000 LITROS
En régimen de comisión general fueron recibidos directivos de Osepi, entre ellos el presidente Marcel Petrib, el vicepresidente Eladio Aguilera y el secretario Walter Echeverría. Expusieron una situación límite de una empresa que “tiene capacidad para producir 400.000 litros diarios trabajando en tres turnos de ocho horas” pero está “trabajando de lunes a jueves, con 120.000 litros diarios”.
La empresa invirtió en “una planta quesera única en América del Sur, con una tecnología de punta, pero que quedó atrapada por la crisis de Venezuela. Así un crédito de 28 millones de dólares se convirtió en una deuda de 48 millones de dólares”.
Los trabajadores “venimos negociando desde hace dos años, y acompañamos tanto como podemos el proceso empresarial. Hemos accedido a cobrar nuestro aguinaldo en cuatro cuotas y nuestra licencia en tres. Pero vemos en un serio problema la subsistencia de PILI”. Y subrayaron que “si no hay solución antes del 20 de febrero, comenzarán los remates (por orden de los deudores, un club de bancos liderados por el BROU). Esto no solamente involucrará a PILI, sino también a todas las demás empresas” en manos del mismo grupo empresarial. Eso elevaría el riesgo laboral de 150 empleados de PILI a unos 600 del total de empresas.
La solución, como ya ha sido informado “es que Conaprole acepte entregar trabajo a fasón a PILI, procesando 50.000, 70.000 litros diarios para acercarse a los 200.000 litros. Eso es lo que pide el club de bancos. Que Conaprole firme un contrato de ese tipo por un año con PILI, para en ese periodo de tiempo buscar opciones de repago”.
GESTIÓN DE LOS TRABAJADORES
Empero “el directorio de Conaprole ha tomado de rehén a su sindicato (Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole, AOEC) porque quiere que ese contrato se integre a una reestructura que quiere llevar adelante. Los trabajadores no tienen nada que ver con los acuerdos empresariales, pero así están las cosas”.
Si no se encuentra esta solución, los dirigentes sindicales indicaron que “aunque no es un tema que quisiéramos considerar ahora, no tendremos otra que gestionar los trabajadores” la empresa.
Por otra parte, indicaron que “hay decisiones que no entendemos”, como la de “procesar la leche fluida en una planta en Los Cerrillos, cuando podríamos hacerlo nosotros. Claro, conocimos la planta. No hay sindicato, los trabajadores hacen más de una tarea; eso reduce costos. Pero esas cosas no las entendemos cuando estamos comprometidos con la supervivencia de la empresa. Debería haber reciprocidad”.
SIN LA NECESARIA PROFUNDIDAD
Los ediles departamentales no profundizaron en la discusión de posibles soluciones, realizando preguntas a los dirigentes sindicales, algunas de ellas fuera de su ámbito pues claramente eran empresariales o de decisión gubernamental, y contentándose con el habitual fuego de bancada contra bancada.
Los ediles del Frente Amplio hicieron hincapié “en malas decisiones empresariales, donde el más grande se come al más chico” (Roberto Siré); en la lucha de “los capitales, que se atacan unos a otros. Cuando las empresas se liquidan unas a otras, cuando vemos a gobiernos que hablan de libre comercio y tienen grandes subsidios para su producción, fomentando que los capitalistas sigan en su tierra ganando. Estamos viviendo un mundo del sálvese quien pueda; el capitalismo al ir en decadencia va a tratar de matar a quien pueda” (Hermes Pastorini).
Los del Partido Nacional, en tanto, apuntaron al gobierno. “El convidado de piedra no deja de ser la política económica del gobierno, los impuestos, la carga tributaria, el andamiaje de una política económica que termina siendo regresiva, neoliberal, que termina afectando a la industria, a los productos y pone al sistema en situación de crisis” (Marcelo Tortorella). “Hay ayuda para industrias internacionales pero de las nacionales se olvidaron. Si todos los días están cerrando tambos, como pasa en Uruguay, y no hay ayuda, esto va a ser una Venezuela cualquiera” (Arturo Bartzabal). Este mismo edil propuso luego “declarar de interés departamental a PILI”, pero no explicó su intención y no logró consolidar una moción.
Sobre las 21.40, el presidente Ricardo Ambroa hizo leer la propuesta de la Mesa, que fue aprobada por mayoría.
El único voto en contra fue el de Carlos Balparda, quien pidió fundamentar el voto. “Estoy cansado de ver estos comunicados magníficos para quedar bien con la prensa. No me sirve. ¿Qué se gana con esto? No puedo de ninguna manera votar con el partido de gobierno siendo blanco; me traiciono a mí mismo”.
Y siguió más allá de los 2 minutos que corresponden a una fundamentación de voto. Ambroa le llamó la atención, Balparda intentó protestar “¿Otra vez me va a apagar el micrófono?”, dijo. Efectivamente, eso ocurrió. Ambroa se apoyó en el artículo 28, que aprueba lo actuado, y dio por terminada la sesión. Balparda no pareció escuchar. Seguía refunfuñando en su banca, dispuesto a continuar con su fundamentación del único voto en contra.