Ford A 1929, señorío en un auto de dos puertas

Pintado de verde, reluciente, estéticamente bien presentado y con un motor que responde como en sus años mozos, apareció este Ford A dos puertas, techo duro o cuadrado –si lo prefieren–, de 1929 para que entendidos y curiosos no escatimaran comentarios sobre una máquina que hizo historia y, después del modelo T, marcó otra etapa rutilante dentro de los productos de la casa del óvalo.
Este Ford A pertenece a María Laura Pesce Acosta. En el desfile de autos de la Fiesta de la Prensa de EL TELEGRAFO, tuvimos oportunidad de conversar con la señora Pesce, quien, con referencia a su Ford A, decía: “Hace varios años lo había comprado mi exmarido, en Guichón, a una señora. Ya en su poder, lo arregló, lo pintó, el auto quedó todo original y así lo vamos manteniendo”.
La carrocería está pintada verde, los guardabarros negros, las llantas y los rayos de alambre en amarillo. Esta versión dos puertas tiene dos grandes cristales, el posterior fijo, los grandes faros se apoyan en la barra transversal que une los guardabarros. La rueda auxiliar se ubica en la parte posterior. Los estribos también se encuentran en perfecto estado. El interior aparece correctamente presentado. El motor desgrana esa particular melodía de los Ford de ese modelo. En suma, un referente más de un auto y un modelo que se hicieron un espacio grande en la historia del automóvil, pero además en excelente estado.