El edil departamental Jorge Dighiero propuso, en el ámbito de la Junta Departamental, “fijar topes de renta de la tierra, igualándola a los que percibe el INC (Instituto Nacional de Colonización) para igual tipo campo para los agricultores hasta 250 hectáreas, criadores ganaderos criadores hasta 400 hectáreas, lecheros hasta 250 hectáreas y estudiar el caso de los arroceros para fijar los parámetros. La diferencia entre la renta pactada y la equiparada generará un colgamento que se pagará en Unidades Indexadas en cinco años a partir del año tres”.
También, que “las empresas de cualquier ramo podrán deducir la carga fiscal al gasoil de sus obligaciones previsionales o tributarias y, en los casos que no sea posible hacerlo, generarán crédito fiscal”. El edil sostiene que se hace necesario “iniciar la negociación con los empresarios a los efectos de abatir cinco pesos por litro que se apropian estacioneros y distribuidores, a los efectos de mejorar el precio al público” y “finalizar los estudios para ver si es posible abatir el precio al público de las tarifas de energía eléctrica”.
La financiación de estas medidas se podrá concretar, indica Dighiero, “abatiendo gastos superfluos y asignando las economías a la financiación de estos apoyos”. Dighiero descarta “de plano” que el agro “está próximo al colapso”, ya que “en los últimos 40 años del siglo pasado, en promedio, nunca ha estado mejor que ahora”.
Acuerda que “eso no quiere decir que no tenga problemas, mantiene parte de los problemas estructurales que se arrastran desde el fondo de la historia –algunos han sido por lo menos mitigados– y tiene dos sectores en situación crítica (agricultura de invierno y arroz), un tercero que va a estar (hortifrutícola) y un cuarto que va saliendo, la lechería”. Asimismo, sostiene que se hace necesario “reconocer que los integrantes del equipo de gobierno deberían haber tratado con otra dedicación los problemas que realmente existen en el sector agrario”.
El edil por el Frente Amplio establece, en su moción ante la Junta Departamental, que la reducción en el número de productores se verifica en los que trabajan hasta 99 hectáreas, “fenómeno irreversible desde 1961”. Asimismo, “del VAB (valor agregado bruto) agrario entre 2000-2015 el mayor crecimiento de la apropiación lo tuvo la renta del suelo seguida por el ingreso salarial”.
“El ingreso salarial desde 2005 ha crecido en términos absolutos y relativos (78,1%), en tanto, el plus valor (renta + ganancias) cae en términos relativos (%VAB), aunque crece en términos absolutos”, agrega el edil del Frente Amplio. “Dentro del plus valor, la renta creció exponencialmente entre 2003-2015 de 361 millones de dólares a 1.658 millones de dólares”.
“Los resultados muestran que los terratenientes fueron el sujeto que más incrementó su apropiación de valor (tanto en el valor de la tierra como en su arrendamiento), creció levemente la masa salarial y no se modificó la participación estatal en el valor agropecuario ni en la renta del suelo”, subraya más adelante, para concluir que “habrá que buscar soluciones de largo aliento para medianos y pequeños productores, que necesariamente deberán pasar por el compartir los costos fijos, utilizando asociativamente servicios como salas de ordeñe, instalaciones de frío, riego, etcétera. También habrá que habilitar para medianos y chicos líneas de crédito que les permitan abastecer sus empresas sin depender del costoso crédito de los abastecedores de insumos”.