Un Ford A voiturette de 1928

Lo han ido mejorando en su mecánica, motor, frenos, las ruedas y fue quedando acondicionado para ofrecer un excelente andar. Van de a poco, sin prisa pero sin pausa. Y más adelante irán por la parte estética, chapa y pintura. Pero la imagen vale por sí sola.
Es un Ford A dos puertas, de techo duro, con la pequeña cabina cuadrada, un cristal amplio en la puerta y otro angosto y fijo detrás, y la luneta posterior. Si seguimos hacia atrás, el portavalijas, al abrirse, permite instalar un asiento adicional para que uno, máximo dos, viajen melena al viento.
Es la versión de Ford A denominada voiturette. Muy apreciada, muy popular cuando se cerraba la década del 20 y de las que van quedando varios referentes, aunque parecerían mayoría las de techo descapotable. Los rayos de las ruedas son de alambre y los faros delanteros se apoyan en una barra que remata en los guardabarros. El habitáculo es angosto, para dos personas. A pesar de que está descolorida, se observa que está pintado de verde, con los guardabarros negros como era tradicional en estos autos, que pertenecen al segundo gran éxito de Ford, luego de aquel inicial del modelo T.
“LO VAMOS MEJORANDO”
Este Ford A voiturette pertenece a Jhonatan Borges, quien comentó, antes de dar inicio al desfile organizado por EL TELEGRAFO en la Fiesta de la Prensa, que “este Ford A me lo regaló Laurencena hace cosa de cinco años. De a poquito lo vamos mejorando en la medida que podemos. Entre otras cosas, se repararon los frenos, también las ruedas y (se hizo) una revisada al motor. Claro, nos queda por hacer mejoras, ajustar algo en la mecánica y luego obviamente hacer chapa y pintura. Por ahora nos vamos manejando así; hoy participamos en este desfile, donde hay muchos autos realmente impecables y es un gusto hacerlo”.
Ya vendrán las mejoras, mientras tanto, es grato observar en marcha uno de esos clásicos autos denominados voiturette que Ford lanzó al mercado y fueron furor cuando se cerraba la tercera década del siglo pasado.