Ancap asegura que “está en peligro” el plan que trazó en 2016 para mantener todas sus plantas de portland abiertas y equilibrar los resultados del negocio a finales de este año 2018.
El directorio dio a conocer un comunicado en el que expone que los conflictos gremiales han ocasionado que el ente haya dejado de ingresar unos 3.400.000 dólares, por las medidas que han afectado el funcionamiento de la planta en Minas, pero además cuestiona la reticencia gremial ante las propuestas que se han formulado en busca de mejorar la competitividad del producto.
“La mano de obra por tonelada producida de cemento de las plantas de Ancap está fuera de cualquier rango de benchmarking internacional”, aseguran, a la vez que mencionan que estudios independientes han analizado la forma de trabajo y recomendado “dotaciones de personal menores a las actuales”, además de mejoras en el equipamiento.
El directorio puso de manifiesto que el domingo 22 de abril, “luego de haber estado prendido el horno de Minas por 16 horas tuvo que ser apagado por paros parciales del sector gremial, que no concedió una guardia operativa que permitiera mantenerlo prendido en condiciones seguras”. Para la conducción de la empresa “esta actitud no demuestra el compromiso que exige la situación de portland de Ancap y afecta seriamente la integridad de las instalaciones provocando su deterioro”. Ante ello se resolvió no volver a poner en marcha la planta “hasta que se pueda asegurar una producción continua en forma segura”.
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