La principal preocupación en muchos productores de la región es la escasez de forraje, que se mantendrá durante todo el otoño e invierno, más allá de que se regularicen las precipitaciones. En esta zona del litoral, hay varias regiones donde las lluvias siguen siendo insuficientes.
En el departamento de Paysandú, son dos las zonas de mayor deficiencia hídrica. La más comprometida sigue siendo el sureste, en localidades como Tambores al sur, Piedra Sola, donde las últimas lluvias de importancia fueron a principios de diciembre. Además, en una radio de 25 a 30 kilómetros de la ciudad de Paysandú, la última lluvia importante fue el martes 23 de enero, con 41 milímetros, y de ahí en más han sido muy escasas.
Buena parte de los productores lecheros de esta zona están brindando al ganado las reservas que estaban disponibles para esa época del año, cuando no abundan las pasturas naturales. Pero también enfrentan el problema de escaso crecimiento de los avenales y praderas, a causa de la poca lluvia. Consultados por EL TELEGRAFO, los tamberos de la zona coinciden en que el panorama es muy delicado y para el rubro “nefasto” para los intereses de superación de los productores que vienen con magros resultados para sus empresas hace varios años y no logran recuperar lo perdido. Otro aspecto a tener en cuenta es la situación de muchas cañadas, tajamares y aguadas naturales. Mientras al norte del departamento y otros puntos recibieron buenas lluvias en el último mes, los poco más de 200 milímetros en el primer trimestre no permiten mejorar la capacidad de agua. De no cambiar el panorama, será otro factor negativo para el sector.
ENCUESTA
El 85% de los productores encuestados por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), en el marco de la encuesta “Ganadería: Relevamiento ante actual déficit hídrico. Verano 2018”, manifestó que su principal preocupación es la escasez de forraje. A su vez, el 60% dijo que su principal preocupación es la pérdida de peso de los animales, el 49% dijo tener preocupaciones financieras y el 40% manifestó como principal problema la falta de agua para los animales, según el relevamiento de INIA.
El contenido de la encuesta fue diseñado por técnicos del Instituto Plan Agropecuario, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria y Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y en un período de siete días se recibieron más de 600 respuestas de los encuestados.
Se incluyeron 592 establecimientos, abarcando una superficie de 541.000 hectáreas, con 407.000 vacunos y 296.000 ovinos. El 85% de los encuestados fueron de Tacuarembó y Rivera, 66% de Paysandú, 58% de Durazno, 44% de Cerro Largo, 36% de Lavalleja y Artigas, 32% de Treinta y Tres y Salto, 31% de Florida, 17% de Rocha, 16% de Río Negro, 13% de Flores, 12% de Soriano y Maldonado, 8% de Canelones, 5% de Colonia y 4% de San José. El trabajó mostró claramente que el déficit de forraje es importante en el norte del país, pero está presente en casi todos los departamentos. Si bien hay situaciones dramáticas, el ganado no manifestó pérdidas de peso significativas, según la encuesta.
Los productores reaccionaron ante la sequía con varias estrategias. En los predios del litoral, se venía con cargas altas hace algún tiempo, aprovechando el clima benigno de los últimos años y los técnicos lo advirtían. Según la encuesta, el 50% bajó las cargas de sus predios vendiendo ganado, el 47% abrió potreros, 36% realizó destete temporario con tablilla para intentar preñar las vacas de cría y el 24% hizo destete precoz. Además, el 16% logró pastoreos fuera del predio. El productor, hasta donde pudo, priorizó la venta de categorías solteras, asegurándose no tocar el rodeo de cría (la máquina de producir terneros).