El local de la sucursal central del Banco de la República del Uruguay en Paysandú, en 18 de Julio y Montevideo, continuará recibiendo modificaciones cuando termine la reforma que se está haciendo en el ingreso por Montevideo, que estará finalizada el próximo mes.
Las reformas en la sucursal del BROU implican que se instalen cajeros automáticos y buzoneras de depósito en un amplio espacio que se está reformando desde agosto del año pasado y quedará pronto “a más tardar a mediados de mayo”, según confió a EL TELEGRAFO una fuente vinculada con la institución bancaria.
A partir del mes entrante, Paysandú tendrá 15 servicios bancarios autómatas en la red propia del banco, sumando las habilitadas en la Microbanca de la terminal de ómnibus y las que se instalarán en el lobby que la institución está construyendo en el edificio central, con entrada por Montevideo.
Según pudo saber EL TELEGRAFO, en la gran sala que tiene frente hacia esa calle, se instalarán nueve máquinas autómatas, de las que cuatro serán buzoneras para depósitos y cinco, dispensadoras de dinero (cajeros automáticos), donde también pueden hacerse otros trámites, como consultar los saldos de sus cuentas, cotizaciones, pagar recibos, realizar transferencias o cambiar su código personal o PIN. Los cajeros estarán disponibles –como ahora– las 24 horas, los 365 días.
COLOCARÁN LA HISTÓRICA PUERTA
Los dos cajeros automáticos que están actualmente en la entrada del BROU sobre 18 de Julio serán retirados y el único ingreso para usarlos será por Montevideo. Además, se colocará nuevamente la gran puerta de madera que tenía la sucursal bancaria desde su construcción en 1930 y se había retirado hace tiempo para dar espacio al ingreso hacia los dos cajeros automáticos. En la parte central del edificio, también se realizarían reformas, porque los escritorios de atención al público (Ejecutivo de Cuentas) se instalarán en el gran pasillo que una las dos entradas y ocuparán parte de la galería oeste del salón principal del banco, donde hasta hace algunos meses estaban colocados unos bancos de madera de casi 90 años de antigüedad, así como un mostrador que había en la esquina suroeste del edificio.
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