Lula anuncia que se entrega a la justicia ante miles de seguidores

El expresidente brasileño (2003-2011) Luiz Inácio Lula da Silva es llevado por sus seguidores después de asistir a una misa católica en memoria de su difunta esposa Marisa Leticia, en el edificio del sindicato de trabajadores metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, en el área metropolitana de Sao Paulo, Brasil , el 7 de abril de 2018. El líder electoral de Brasil y el controvertido ícono de la izquierda dijo el sábado que cumplirá con una orden de arresto para iniciar una sentencia de 12 años por corrupción. "Cumpliré con su orden", dijo a una multitud de seguidores. / AFP PHOTO / NELSON ALMEIDA

(Servicio AFP) El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció este sábado ante miles de simpatizantes que está decidido a entregarse para cumplir una condena a 12 años de cárcel, pese a que reafirmó su inocencia.

Lula, de 72 años, se dirigió a la multitud que clamaba “¡No te entregues! ¡No te entregues!”, al final de una misa frente al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, en las afueras de Sao Paulo, donde permanece atrincherado desde hace dos días.

“Voy a cumplir la orden de cárcel (…) y cada uno de ustedes se transformará en un Lula”, afirmó el exmandatario de izquierda (2003-2010), desencadenando un clamor unánime de “¡Soy Lula! ¡Soy Lula!”

Según el exmandatario (2003-2010), su condena obedece al propósito de evitar el regreso de la izquierda al poder en las elecciones de octubre, en las cuales es favorito en los sondeos.

“Hace mucho tiempo que soñé que era posible gobernar este país incluyendo a millones de personas pobres en la economía, en las universidades, creando millones de empleos”, proclamó, antes de ser sacado en andas del camión de sonido sobre el cual se había improvisado una capilla.

“Ese es el crimen que cometí (…). Y si fuera por ese crimen, de colocar a negros en la universidad, de que los pobres puedan comprar un auto, viajar en avión, seguiré siendo un criminal”, arengó desde la cima del camión, acompañado por dirigentes de partidos de izquierda y de Dilma Rousseff, su sucesora y heredera política, destituida en 2016 por el Congreso.

Cuando se entregue a la policía, Lula será trasladado a Curitiba (sur), donde le espera una celda de 15 metros cuadrados.

“Creo en la Justicia. Pero en una Justicia justa”, prosiguió, afirmando que el juez Sergio Moro carecía de cualquier prueba fehaciente para condenarlo como beneficiario de un apartamento entregado por la constructora OAS para beneficiarse de contratos en Petrobras.

“Moro mintió al decir que esa apartamento era mío”, reiteró.

“Estamos todos presos”

Lula trató de alentar a sus desazonados partidarios, rodeándose de jóvenes candidatos de otros partidos de izquierda y reafirmando un programa de defensa de los derechos sociales y de las empresas nacionales. Pero los ánimos no daban para ver demasiado lejos.

Poco antes de que se iniciara la misa, un juez de la corte suprema rechazó el último recurso presentado por los defensores de Lula para bloquear la orden de prisión. Lo cual sonó como un tiro de gracia.

Cuando Lula volvía al sindicato aupado por sus seguidores, la música paró repentinamente y por megáfonos se pidió la presencia de un médico, por un presunto malestar del dirigente; pero rápidamente luego circuló la información de que se había restablecido, informó una periodista de la AFP.

“Con Lula preso estamos todos presos”, dijo Adriana Macedo, una profesora de 54 años de Campinas (Estado de Sao Paulo).

“Siento mucha tristeza. Este es el fin de una era de conquistas sociales”, comentó con los ojos humedecidos Renato Silva, un profesor de historia, de 30 años.

La misa se ofició en memoria de Marisa Leticia, la esposa de Lula fallecida en febrero de 2017.

Temer, por “la paz social”

El presidente conservador Michel Temer abogó por “la paz social”, en una reunión con empresarios el viernes por la noche en Salvador (noreste).

“En otros tiempos, había mucho más optimismo y los brasileños querían la paz social. No había divergencias radicales entre los brasileños”, declaró el mandatario, que según una reciente encuesta tiene 5% de opiniones favorables sobre su gestión.

La detención de Lula es un nuevo capítulo de la crisis política brasileña, marcada en 2016 por la destitución de Rousseff –sustituida por Temer, a quien acusa de “traidor”– y por una ola de acusaciones de la Operación Lava Jato, liderada por Moro, que destapó una gigantesca red de sobornos enquistada en el aparato estatal.

Moro justificó la orden de detención de Lula.

El expresidente “fue condenado por lavado de dinero y corrupción. Es preciso ejecutar la sentencia. No veo ninguna razón específica para aplazarla”, dijo en una entrevista a la China Global Television Network (CGTN).